EL MUNDO › EL JOVEN ESTá ACUSADO DE FILTRAR DOCUMENTOS SECRETOS DE EE.UU. A WIKILEAKS

Arranca el juicio militar al soldado Manning

Bradley Manning, de 25 años, se declarará culpable de 10 de los 22 cargos que le imputa la Justicia norteamericana, excepto el de “ayuda al enemigo”, según anunció su abogado, que además denunció la lentitud del proceso.

Tres años después de haber sido arrestado en Irak, hoy arranca finalmente el juicio contra el soldado Bradley Manning, acusado de haber filtrado miles de documentos clasificados del gobierno estadounidense a Wikileaks. Manning, de 25 años, se declarará culpable de 10 de los 22 cargos que le imputa la Justicia militar de su país, según anunció en febrero su abogado David Coombs. Esa actitud corresponde a una estrategia orquestada en marzo pasado por la defensa al aceptar una parte de los cargos que le garantizan veinte años de cárcel. Si fuera encontrado culpable por el cargo más importante –entre otros, la violación del Acta sobre Espionaje de 1917–, probablemente nunca podrá salir de prisión en su vida, y tampoco pedir la libertad condicional.

El pasado 21 de mayo, la jueza militar Denise Lind cerró un año y medio de visitas preparatorias y fijó las reglas para el juicio que se realizará bajo fuertes medidas de seguridad en la cárcel de Fort Meade, a unos 50 kilómetros al nordeste de Washington, en el estado de Maryland, y que no concluirá hasta fines de agosto. Uno de los cargos más graves al que se enfrenta es el de “ayuda al enemigo” –castigado con la cadena perpetua y del que se declarará inocente–, por haber transferido a la organización Wikileaks información confidencial sobre las guerras en Irak y Afganistán y más de 250 mil cables del Departamento de Estado.

El gobierno de Estados Unidos afirma que el soldado puso conscientemente en peligro al país al filtrar toda esa información, a la que tuvo acceso cuando trabajó cerca de Bagdad como analista de inteligencia militar entre noviembre de 2009 a mayo de 2010, cuando fue arrestado. “Manning fue un analista estadounidense que formábamos y en que confiábamos para usar los varios sistemas de inteligencia, y él los usó intentando desafiar nuestra confianza”, declaró el fiscal Major Ashden Fein en una vista preliminar. Sin embargo, la jueza Lind determinó que la acusación deberá demostrar este alegato.

Por su parte, Manning sostiene que nunca quiso perjudicar a su país. “Creía que la publicación (de los documentos confidenciales) podría provocar un debate público sobre nuestras fuerzas armadas y nuestra política exterior en general”, reconoció frente la jueza en una de sus dos comparecencias con la prensa.

De esta forma admitió la transmisión intencionada de un video que muestra un helicóptero de combate disparando contra civiles iraquíes en julio de 2007, así como información sobre las guerras en Irak y Afganistán y los detenidos en la base militar de Guantánamo, en la isla de Cuba.

Además, la jueza ya anunció que 24 personas testificarán a puertas cerradas, entre ellas varios embajadores, funcionarios del Pentágono y expertos en inteligencia. Uno de los Navy SEAL que participó en el operativo en el que falleció el líder de Al Qaida, Osama bin Laden, durante un asalto a su residencia en Pakistán en mayo de 2011, ofrecerá su testimonio a puertas cerradas. Este militar debería contar que varios documentos difundidos por Wikileaks fueron encontrados en la casa de Bin Laden, por lo que la información filtrada por Manning llegó a manos del jefe de Al Qaida.

El joven soldado, encerrado desde 2010, denunció las condiciones de aislamiento a las que fue sometido durante nueve meses en la cárcel militar de Quantico (nordeste), y que el relator de la ONU sobre tortura calificó de crueles, inhumanas y degradantes. Después fue trasladado a la cárcel de Fort Leavenworth (Kansas) en abril de 2011, y luego a Fort Meade para su juicio. Su abogado logró que la jueza redujera 112 días la eventual condena, después de denunciar el trato excesivamente duro del personal militar.

Este caso convirtió al soldado en una de las causas que más apoyan las organizaciones en defensa de los derechos civiles. Según el diario inglés The Independent, “alrededor de mil simpatizantes y activistas para la defensa de los derechos humanos se reunieron al lado de la entrada del Fort Meade anteayer para expresar su oposición al proceso. Llevaron pancartas con mensajes como “Bradley libre” y “Bradley Manning: presos por haber expuesto crímenes de guerra”. Entre ellos estaba presente Daniel Ellsberg, un antiguo funcionario del Departamento de Defensa que filtró documentos secretos del Pentágono sobre la guerra de Vietnam.

Por su lado, Elizabeth Goiten, responsable del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Centro Brennan para la Justicia, declaró, citada por el diario El País: “El juicio de Manning supone probablemente el ejemplo más dramático de la utilización por parte de la Administración de la Ley de Espionaje para perseguir judicialmente las filtraciones de información a los medios de comunicación”. El abogado defensor Coombs denunció la lentitud con la que se está juzgando al soldado, así como el secretismo que envolvió las vistas preliminares y la cobertura de los medios de comunicación. El juicio, que debería terminar el 23 de agosto, se desarrollará a puertas cerradas, es decir que ningún público o medio de comunicación asistirá al proceso debido al contenido secreto de las informaciones tratadas.

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El caso convirtió al soldado en una de las causas que más apoyan las organizaciones en defensa de los derechos civiles.
Imagen: EFE
 
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