EL MUNDO › UN DíA DESPUéS DE LA RUPTURA DEMOCRáTICA EN EGIPTO, EL EJéRCITO DETUVO AL LíDER SUPREMO DE LOS ISLAMISTAS, MOHAMED BADIE

Golpe al liderazgo de los Hermanos Musulmanes

Mientras el juez Adly Mansour asumía como presidente interino, los militares mantenían bajo custodia y con paradero desconocido al depuesto Mohamed Mursi y detenían a sus socios. La Hermandad llamó a una protesta para hoy.

El juez Adly Mansour juró ayer como presidente interino de Egipto tras el golpe de Estado que anteayer depuso al mandatario constitucional Mohamed Mursi, mientras que el ejército lanzó una campaña de persecución contra su movimiento islamista, los Hermanos Musulmanes. Con Mursi bajo custodia de los militares, la fiscalía dictó una orden de arresto del líder supremo de esa formación, Mohamed Badie, y horas después fue detenido en una finca en una ciudad costera del Mediterráneo. Furiosos, los Hermanos Musulmanes dijeron que no participarán del proceso de transición y llamaron para hoy a una jornada de protestas.

Las fuerzas armadas no dijeron dónde se encontraba Mursi y afirmaron que planean instaurar un gobierno civil interino que allane el camino a nuevas elecciones, en un plazo aún por definir. Los militares insistieron en que se mantendrán al margen de la política y que actuaron en nombre de millones de egipcios que tomaron las calles los últimos días para pedir a Mursi que dimita. Para los opositores que se manifestaron –partidos políticos no islamistas, organizaciones juveniles y hasta ex aliados islamistas de Mursi–, el mandatario y los Hermanos Musulmanes “secuestraron” el proceso político abierto en Egipto luego del derrocamiento del dictador Hosni Mubarak, en 2011, quien gobernó treinta años.

Quizá consciente del riesgo de una polarización violenta, el nuevo líder interino, el juez Mansour, aprovechó su acto de jura para tender la mano a la Hermandad Musulmana, una cofradía muy poderosa con una gran penetración popular. “La Hermandad Musulmana es parte de este pueblo y está invitada a participar en la construcción de la nación, porque nadie será excluido, y si responden a la invitación, serán bienvenidos”, dijo el mandatario interino. Sin embargo, estaba bastante solo con esa decisión. El ejército mantuvo al destituido Mursi y a su círculo más íntimo bajo arresto, con denuncias de que al menos veinte personas fueron detenidas en las últimas horas.

Sin embargo, el principal grupo de la oposición, el Frente de Salvación Nacional, difundió un comunicado en el que dijo que rechazaba “totalmente excluir a cualquier partido, en particular a los grupos políticos islámicos”. Al jurar su cargo, Mansour dijo también que “la revolución del 30 de junio corrigió la revolución del 25 de enero de 2011”, que derrocó al dictador Hosni Mubarak y añadió que cuando cientos de miles de personas salieron a las calles para pedir la renuncia de Mursi, se produjo “la reunificación del pueblo egipcio sin divisiones”.

Ante esto, los Hermanos Musulmanes anunciaron que no quieren tener nada que ver con el nuevo proceso político de transición. “Declaramos nuestro rechazo completo al golpe de Estado dado contra el presidente electo y la voluntad de la nación”, según un comunicado leído por el clérigo Abdel-Rahman el-Barr ante partidarios de Mursi que realizan una sentada en El Cairo. “Rechazamos las prácticas represivas del Estado policial, como los asesinatos, las detenciones y la restricciones a la libertad de los medios de comunicación”, agregó, en alusión a los cierres de emisoras islámicas y detenciones de sus responsables.

Asimismo, un grupo de once organizaciones islamistas encabezadas por la Hermandad Musulmana convocó para hoy a una jornada de protestas pacíficas “para denunciar el golpe militar contra la legitimidad y en apoyo de la legitimidad del presidente Mursi”. En un comunicado, la llamada Alianza Nacional para Defender la Legitimidad pidió a los seguidores de Mursi manifestarse tras las plegarias musulmanas del viernes.

El golpe desató temores a una reacción violenta de los islamistas contra el ejército, especialmente de los más radicales, algunos de los cuales pertenecen a ex grupos armados. Desde el anuncio de la ruptura institucional, se registraron enfrentamientos entre partidarios de Mursi y fuerzas del orden en distintas ciudades del país, y la agencia de noticias oficial MENA informó que al menos quince personas murieron en esos choques.

El líder espiritual de la Hermandad, Mohamed Badie, fue detenido anoche en la norteña ciudad de Marsa Matrouh, dijeron el canal estatal y fuentes de seguridad citadas por la cadenas internacionales. Algunos fiscales también pidieron el arresto de su segundo, Jairat al-Shater, luego de acusar a ambos de incitar a la violencia contra manifestantes que el domingo pasado protestaron frente a la sede de la Hermandad en El Cairo, informó la agencia MENA. También ayer, la Justicia emitió una orden para prohibir la salida del país a Mursi, quien está acusado de haber insultado al poder judicial junto a otros ocho dirigentes de su partido, dijo también la agencia de noticias oficial.

En este contexto, la idea del ejército es aplicar una hoja de ruta que posibilite el llamado a nuevas elecciones. Esa hoja de ruta establece también la suspensión temporal de la Constitución, que deberá ser remodelada por un comité de expertos, y la formación de un gobierno de unidad nacional. En el ámbito judicial, el Consejo Superior de la Magistratura restituyó ayer al fiscal general, Abdelmeguid Mahmud, en lugar del anterior, Talaat Ibrahim, nombrado por Mursi.

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Las fuerzas armadas no dijeron dónde se encontraba Mursi y afirmaron que planean instaurar un gobierno civil interino.
 
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