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Por pedido de una asociación de empresarios israelíes, un tribunal de ese país prohibió ayer la huelga general por tiempo indefinido convocada por el sindicato Histadrut. Pero pese a la prohibición, los trabajadores de servicios públicos afiliados a ese gremio hicieron paro durante cuatro horas. La huelga, que paralizó al país, provocó retrasos en los vuelos, mientras que los puertos permanecieron cerrados y los servicios de transporte no funcionaron. Con esta medida de fuerza, Histadrut quiere lograr que el gobierno dé marcha atrás con los despidos de funcionarios y el recorte de pensiones estatales. Pero, aparentemente, la huelga de cuatro horas no logró todos su objetivos, ya que, ante la sentencia judicial, algunos sectores se plegaron al paro, mientras que otros fueron a trabajar como todos los días. El juzgado laboral que a la mañana había prohibido la medida de fuerza consideró que una huelga nacional indefinida le habría costado al país unos 400 millones de dólares por día. El ministro de Finanzas, Benjamin Netanyahu, y el jefe de los sindicatos, Amir Perez, acordaron nuevas conversaciones para solucionar el conflicto.