Aunque los bombardeos del Ejército iraquí en el norte de Bagdad mataron ayer a 52 miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI), el creciente número de bajas jihadistas no permite ver un pronto final del conflicto. El Titular del Departamento de Estudios Arabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid, Waleed Saleh Alkhalifa, conversó con Página/12 sobre las causas que impulsaron el surgimiento de la organización terrorista y sus repercusiones en los países que se encuentran por fuera de las fronteras de Medio Oriente. De paso por Buenos Aires con motivo de su presencia en el encuentro “Nuevas realidades internacionales: América Latina y evolución del conflicto en Medio Oriente”, organizado por la Untref, el especialista explicó por qué, tras meses de enfrentamientos, un minúsculo grupo de insurgentes equipados con armamento liviano todavía no pudo ser eliminado por una poderosa coalición internacional que los supera en número y poder de fuego.

El especialista señaló dos motivos fundamentales que explican la aparición de la organización jihadista en Medio Oriente y el norte de Africa. Por un lado, el surgimiento del “Islam político”, expresión con que se conoce desde hace algunas décadas a la ocupación del espacio público por parte de los islamitas en la mayoría de los países árabes. “Sin haber tenido anteriormente ningún tipo de protagonismo en la vida política de estos países, de pronto se hacen con el protagonismo del poder, tal como lo fue el caso de Egipto con los Hermanos Musulmanes”, recordó. Alkhalifa apuntó que estos grupos negaron tener interés real en el poder, pero dado el vacío que habían dejado las dictaduras árabes, que durante muchos años se encargaron de eliminar todo tipo de oposición laica o liberal, pudieron llegar a tomarlo. “Los islamistas también fueron perseguidos, pero ellos tienen mejor organización. Recibieron apoyo de muchos países, especialmente de Arabia Saudita, que financió centros y todo tipo de mezquitas, ¿y quienes son los miembros del EI más que los hijos de Al Qaida?”, señaló. Sin embargo, el académico iraquí expresó que el mundo entero no tiene en cuenta que el otro factor que propició la aparición de los insurgentes fue la invasión de los Estados Unidos a Irak. “La invasión y destrucción de Irak dejó una amargura tremenda en la mayoría de los árabes y musulmanes, aunque no sean religiosos. Esto tiene que ver con el sentimiento de identificarse con cualquier país árabe que sufre una agresión.” El experto dijo que otro de los elementos que permitieron el surgimiento del EI fue la lucha encarnizada entre dos polos regionales. “Arabia Saudita, por un lado, financió mezquitas y centros para fomentar la interpretación radical del islam. Por el otro, Irán, que desde el cambio que hubo en 1969 con la revolución islámica, apoya a Hezbolá y a los chiítas, a partir de la organización de milicias”, explicó. El académico señaló que mientras él vivió en Irak, el conflicto entre chiítas y sunnitas no existía. El tema de discusión era la política y no la religión. “He sido víctima del régimen de Saddam Hussein y nunca he visto sectarismo religioso confesional. Cuando detenían a alguien jamás le preguntaban por su religión, sino por su orientación política”, recordó. “Estas circunstancias son nuevas para la región, y no tienen fundamento, dado que el problema era otro. Pero ahora hay sangre y víctimas por la identidad religiosa”, opinó.

El especialista lamentó, por otro lado, la actitud de los países europeos respecto del avance del EI. “Europa está un poco dormida”, opinó. “Los países de ese continente hacen lo que dicen los estadounidenses, y esto es un error gravísimo. Europa está pegado a estas regiones, y lo que pasa allí, afecta directamente en la vida, la política, la economía y la cultura de los países europeos”, expresó Alkhalifa. El académico iraquí señaló que a causa de la crisis económica, los gobiernos europeos abandonaron sus obligaciones para con la lucha contra el terrorismo, perdiendo de vista que sus intereses pueden verse afectados. “Tal fue el caso de los atentados en París o los ataques en las playas de Túnez”, expresó. Además, dijo el especialista, existe la idea entre algunos políticos europeos de que es mejor que los radicales viajen a Medio Oriente mientras no vuelvan a sus propios países. “Piensan que es mejor facilitar su salida, pero ponen todo tipo de trabas para que vuelvan a sus países de origen, a los que sus padres llegaron hace algunas décadas para echar raíces.”

El especialista expresó que para activar sus ataques fuera de sus áreas de influencia, el EI recurre a los llamados lobos solitarios. “En las redes sociales, el EI se presenta a sí misma como un lugar de fraternidad y de relacionamiento, donde quienes se sumen a sus filas podrán casarse con mujeres hermosas y jóvenes”, señaló Alkhalifa. Sin embargo, expresó que la figura del lobo solitario suele ser exagerada, lo que hace que las poblaciones de muchos países tengan prejuicios sobre los musulmanes, desde su procedencia a color de piel. “En el mundo occidental, por ejemplo, en los Estados Unidos, un joven toma un arma y dispara a sus profesores y alumnos. ¿Qué ha pasado ahí?”, reflexionó.

Alkhalifa opinó que hay muchas incógnitas en torno de los motivos que le permitieron al EI, pese a los ataques del Ejército iraquí y la coalición internacional, mantenerse en pie. El académico explicó que, si bien no hay pruebas contundentes, hay indicios que permiten sospechar que hay países, ya sea de Medio Oriente o alejados de la región, que tienen interés en la permanencia del EI. “(El presidente de los Estados Unidos, Barack) Obama mismo dijo ‘Vamos a necesitar diez años para acabar con el EI’. ¿Cómo es posible eso?”

Informe: Gustavo Gerrtner.