EL MUNDO › EL ACUSADO DE BATON ROUGE, EN EL SUR DE ESTADOS UNIDOS, ES UN VETERANO DE LA GUERRA DE IRAK

Un ex marine con sed de venganza

Gavin Lond, ex sargento, condecorado en la guerra de Irak del 2008, declaró en un video de YouTube su deseo de iniciar una guerra contra la policía por los casos de gatillo fácil y afirmaba que “sólo con dinero y sangre” podría salvarse a los Estados Unidos.

Gavin Eugene Long, un ex marine que sirvió en Irak, acusado de matar a tres policías el domingo en Baton Rouge, Luisiana, decía estar afiliado “al espíritu de la justicia” y declaró en videos de Internet, conocidos ayer, su deseo de “guerra” contra la policía en venganza por los casos de gatillo fácil de negros en las últimas semanas.

“Este es un tiempo para la paz, pero es un tiempo para la guerra, y en la mayoría de las ocasiones en las que se desea la paz, hay que ir a la guerra”, se le escuchó decir a Long, de 29 años y originario de Kansas City (Missouri), en un video que subió a YouTube bajo el seudónimo Cosmo Setepenra.

En declaraciones a la prensa local, el jefe de la Policía de Luisiana, Mike Edmonson, dijo ayer que Long “definitivamente estaba buscando a policías”, aunque rechazó indicar si su ataque estuvo relacionado con las protestas por la violencia policial contra los negros.

Ayer también las autoridades dieron a conocer los nombres de los tres policías fallecidos y dos de los tres heridos. Entre los fallecidos están el policía negro de 32 años, Montrell Jackson; el ex soldado y policía Matthew Gerald, de 41 años; Brad Garafola, de 45 años. Y las otras víctimas son Nicholas Tullier, de 41 años, que se encuentra en grave estado, y Bruce Simmons, de 51 años, que sigue internado con heridas más leves.

En los videos que se conocieron ayer, Long habló de la muerte de hombres negros a manos de la policía, entre los que incluye a Alton Sterling, el ciudadano de 37 años al que dos policías blancos dispararon a quemarropa en Baton Rouge cuando ya lo tenían inmovilizado en el piso durante su detención.

Gavin Long fue un marine condecorado por su valor entre 2005 y 2010 y obtuvo el rango de sargento en 2008, año en el que sirvió en la guerra de Irak. A su regreso con honores, se retiro, se casó, se separó y estudió seis meses en la Universidad de Alabama. El día de su cumpleaños se vistió de negro y salió con un arma a recorrer Baton Rouge, en donde cometió el ataque que mantuvo en vilo al país y que terminó con la vida de tres policías e hirió a otros tantos. Long finalmente murió acribillado horas más tarde.

Según un documento publicado por el periódico local Kansas City Star, Long –admirador del líder por los derechos civiles Malcolm X– declaró su lealtad a la nación Washitaw, concebida como el lugar que les corresponde a un grupo de nativos negros dentro de los límites territoriales de Estados Unidos. En otro video publicado el 10 de julio, en el que aseguraba encontrarse en Dallas para participar en las protestas por las muertes de Philando Castile y Alton Sterling, dos negros muertos en casos de gatillo fácil, Long decía que estaba harto del maltrato financiero y aseguraba que sólo “con dinero y sangre” se puede combatir y cambiar la situación de injusticia en Estados Unidos.

El tiroteo en Baton Rouge se produjo sobre las 8.40 de la mañana. Inmediatamente la policía local recibió una llamada de alerta sobre un individuo sospechoso armado con un fusil de asalto que caminaba por la autopista Airline, que pasa frente al cuartel policial de Baton Rouge.

Cuando llegaron al lugar, los agentes fueron recibidos a tiros por el sujeto, que supuestamente mató a tres policías, e hirió a otros tres, uno en situación crítica.

El presidente Barack Obama llamó rápidamente a “centrarse en estar unidos” y “templar las palabras y abrir nuestros corazones” sin importar la ideología política, en referencia a la celebración inminente de las convenciones de los dos grandes partidos, que “tienden a calentar la retórica política”, dijo. Y dijo que “nada justifica la violencia contra las fuerzas de seguridad” y que “los ataques a la policía son ataque a todos nosotros”.

El ataque del domingo en Baton Rouge, una ciudad caldeada por la tensión racial, ocurrió una semana después de otro cometido contra la policía en Dallas (Texas), donde Micah Johnson, otro ex veterano de guerra negro de 25 años, mató a cinco policías e hirió a otras nueve personas, dos de ellas civiles, antes de que la policía acabara con él con explosivos.

Paradójicamente, ayer el juez estadounidense Barry Williams absolvió de todos los cargos al policía blanco Brian Rice acusado de la muerte de Freddie Gray, un joven negro asesinado en Baltimore en abril de 2015 en un caso que desató la ira de miles de personas y alimentó la tensión racial en el país. Rice estaba acusado de homicidio involuntario, imprudencia temeraria y contribuyó a las heridas mortales en la columna vertebral que sufrió el joven negro mientras estaba bajo custodia policial en un furgón tras ser arrestado.La muerte de Gray, el 19 de abril de 2015, después de haber estado en coma una semana, reabrió la grieta racial de Estados Unidos con la declaración del estado de emergencia en Baltimore, el despliegue de la Guardia Nacional, la instauración del toque de queda y centenares de detenciones.

Desde hace un mes, Estados Unidos vive un clima violento marcado por la tensión racial tras los tiroteos de Dallas y la muerte de dos jóvenes negros por gatillo fácil en Baton Rouge y en Minessota.

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Gerald, Garafola y Jackson son las tres víctimas fatales del ataque contra el cuartel de policía en Baton Rouge.
Imagen: EFE
 
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