Mariano Rajoy hizo un guiño a los independentistas catalanes en plenas negociaciones para formar gobierno. Hoy autorizará a Cataluña, una de las regiones más endeudadas, a emitir deuda a corto plazo por 680 millones de euros, importe pendiente de un pedido hecho por Cataluña de 5100 millones de euros. Ciudadanos advirtió a Rajoy que volverá a vetarlo si acuerda con los nacionalistas vascos y catalanes, como ocurrió en la elección de la conservadora Ana Pastor para presidir el Parlamento español. En este contexto de fuego cruzado, el rey Felipe VI iniciará el martes la ronda de contactos con los partidos españoles con representación parlamentaria para designar al candidato que buscará formar gobierno tras las segundas elecciones en seis meses, sin que existan garantías de que Rajoy, que resultó vencedor, logre los apoyos suficientes.

La noticia del acercamiento con los nacionalistas se filtró a la prensa tras una reunión en Madrid entre el vicepresidente económico catalán, el secesionista Oriol Junqueras; la número dos del Ejecutivo de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda interino, Cristóbal Montoro. Desde el gobierno español aseguraron que en el encuentro se abordaron temas como el interés de Barcelona, capital catalana, por albergar alguna institución que pueda salir de Londres a consecuencia del Brexit.

Las sospechas de un posible respaldo de los nacionalistas catalanes al PP en la conformación del órgano de gobierno del Congreso de los Diputados generaron un terremoto político. El (PSOE) y Podemos no tardaron en atribuir a partidos como Convergencia Democrática de Cataluña algunos de los diez votos misteriosos que permitieron a PP y Ciudadanos hacerse con el control de la Cámara baja española.

Ciudadanos, nacido en 2006 con afán antinacionalista en Cataluña, amenazó con votar en contra de Rajoy en una hipotética investidura en caso de confirmarse cualquier pacto con los separatistas. Las relaciones entre éstos y el gobierno de Rajoy fueron malas en el último lustro a raíz del desafío independentista lanzado por el gobierno catalán, que se mantiene actualmente. Se espera que el candidato que surja de la ronda de reuniones que el rey Felipe VI iniciará el martes sea Rajoy, el más votado en los comicios de junio, que fueron una repetición de las elecciones del 20 de diciembre. El líder conservador necesita el apoyo o al menos la abstención de otros partidos para superar con éxito la votación, que podría celebrarse a principios de agosto. Tiene 137 escaños, 39 menos de los que marca la mayoría absoluta.