EL MUNDO › PRECISIONES DE JOSEPH STIGLITZ EN LA REUNION DE BOMBAY

“No se debe delegar en el FMI”

Por A. C.

Joseph Stiglitz es, sin dudas, el niño mimado del Foro Social Mundial. Su conversión a los reclamos de los pobres del mundo luego de haber sido uno de los promotores del nuevo orden mundial y, por lo tanto, corresponsable del estado de las cosas, lo transforma en el aliado más estratégico de este movimiento. No es para menos, su curriculum es casi un prontuario visto desde la perspectiva de los organizadores de este encuentro de resistencia antiglobalización: el Premio Nobel de Economía 2001 y actual profesor de la Universidad de Columbia anteriormente fue miembro del consejo de asesores del gobierno de Clinton y durante los años 1997 y 2000 fue economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial. Sus presentaciones suelen ser el gran acontecimiento donde quiera que va. Y ésta no fue la excepción. Lo que sigue es un extracto de algunas de sus principales declaraciones en el panel Globalización Económica y Seguridad Social.
“La política económica de un país no puede ser delegada en una institución como el FMI o el Banco Mundial –dijo el Premio Nobel frente a una audiencia de ONG y periodistas de todo el mundo en el cuarto día del Foro Social Mundial–. No puede ser delegada en tecnócratas porque tendrá un efecto muy adverso sobre la seguridad social y la vida de las personas.” Además, sobre este mismo tema agregó que “las reformas económicas que promovieron y promueven el FMI y el Banco Mundial han llevado a los países en desarrollo a una profunda inseguridad económica. El ejemplo más dramático se está dando en el mercado asiático donde existe una gran inestabilidad que afecta a toda la región. La globalización de los mercados –resaltó– lleva a una mayor inestabilidad y no necesariamente a un crecimiento económico”. De acuerdo con lo dicho por Stiglitz, el este asiático ha tenido un gran éxito y ha conseguido reducir la pobreza en su momento porque supo aprovechar la oportunidad que la globalización les ofreció, pero su equivocación fue aplicar las recetas del FMI sobre las privatizaciones. “Esto los ha llevado a una inestabilidad social muy grande. El desarrollo debe hacerse no sólo con el énfasis puesto en los mercados o el crecimiento económico sino proveyendo seguridad social.”
Según Stiglitz, la globalización puede tener efectos positivos y ser capaz de enriquecer a todas las personas del mundo. “Pero para que tenga ese efecto –advirtió– es necesario que se cambie en forma radical la arquitectura de la integración económica mundial.” En su opinión, la Organización Mundial del Comercio (OMC) debe incluir en sus políticas ayudas al desarrollo de los países pobres.

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