EL MUNDO › UZBEKISTAN, SEDE DE UN TIRO POR ELEVACION A EE.UU.

Tirando a Washington por Asia

Por Anne Penketh *

Un nuevo flanco en la “guerra contra el terror” se abrió en Uzbekistán, donde el aliado de Estados Unidos castigó cruelmente a supuestos militantes islámicos. Al menos 26 personas murieron ayer en la capital de este estado del centro de Asia, Tashkent, cuando la policía entró en un supuesto escondite rebelde, en un suburbio de la ciudad. El presidente, el neocomunista de línea dura Islam Karimov, acusó a los extremistas islámicos por los dos días de ataques y explosiones que, con apoyo extranjero, dejaron 19 muertos. Es el peor estallido de violencia desde que intentaron asesinarlo en 1999. Pero se teme que la política represiva de Karimov, que tiene el aval de Washington, alimente la escalada de violencia.
La cacería empezó luego de que dos atacantes suicidas detonaran sus bombas el lunes, en un negocio de ropa para chicos y una parada de colectivo, en la capital. En este atentado, el primero en esta ex república soviética, murieron tres policías y un nene. Aparentemente, el blanco de las bombas eran las autoridades, ya que los atacantes activaron los explosivos en el momento en que los policías se reunían para reportarse a sus superiores, como hacen todas las mañanas. El domingo a la noche, una explosión en un supuesto escondite –donde también se fabricaban bombas– mató a 10 personas en la ciudad histórica de Bukhara.
“Les pido a todos que se unan y protejan a nuestro país de enemigos como éstos”, dijo Karimov en la televisión estatal. El mandatario está en el poder desde antes de la independencia de Uzbekistán, en 1991. Ayer, durante cinco horas, las fuerzas gubernamentales rodearon el aguantadero de los rebeldes, ubicado cerca de la residencia presidencial. Mientras, en la ciudad se escuchaban tiros y explosiones. Un funcionario del Ministerio del Interior dijo que 23 sospechosos de terrorismo murieron en la confrontación, afuera del edificio de departamentos donde estaban escondidos.
Karimov responsabilizó a los militantes de Hiz Ut Tahrir (Partido de la Liberación) por los ataques. Es la primera vez que a este grupo radical prohibido por el gobierno se lo vincula con actos terroristas. Ayer, esta facción negó su responsabilidad en los ataques. Otros sospechosos incluyen a los militantes del Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU), cuyo cuartel general está en el valle de Fergana, cerca de la frontera con Kyrgyzstán. El IMU, que ha sido relacionado tanto con Al Qaida como con el régimen talibán de Afganistán, está a favor de derrocar al gobierno secular y ha sido acusado por el atentado fallido contra el presidente Karimov, en el que murieron 16 personas. Karimov afirmó que los ataques fueron planeados durante seis u ocho meses y que el financiamiento requerido para perpetrarlos indicaba un apoyo externo.
Analistas y periodistas, junto con el Instituto de Información sobre la Guerra y la Paz (IWPR), dijeron que los ataques en Uzbekistán, donde cientos de soldados estadounidenses se han desplegado luego de los episodios del 11S significar un tiro por elevación a los norteamericanos, debido de EE.UU. a Karimov.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.

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