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Por Juan Jesús Aznarez *
Desde Caracas

La heterogénea coalición contra Hugo Chávez deberá cribar pugnas y ambiciones para encontrar un líder capaz de batir electoralmente al presidente venezolano, dispuesto a aspirar a la jefatura de la república si pierde el referéndum revocatorio del domingo. Políticos de diversas tendencias, organizaciones empresariales y laborales, ex militares, ex guerrilleros, francotiradores y arribistas integran la opositora Coordinadora Democrática (CD), ideológicamente contradictoria pero cohesionada en la aversión a Chávez.
El mensaje de regeneración política y conciliación nacional de la coordinadora, nacida en el año 2001, en cuyo seno también conviven ultras de derecha y de izquierda, no cuajó en los estratos populares, proclives a la ratificación del presidente. No es suficiente reunirse para oponerse a Chávez, según Michael Shifter, analista de Latinoamérica en el centro de estudios para el Diálogo Interamericano, con sede en Washington. “¿Todos estos sectores distintos están anclados en el pasado o ha habido un proceso de renovación y autocrítica? Las señales no han sido alentadoras.”
Las maquinaciones de algunos sectores son frecuentes y sus notables no abdican de sus aspiraciones presidenciales. El gobernador de Mendoza, Enrique Mendoza, portavoz de la alianza, es uno de ellos: otro es el ex candidato presidencial por el derechista Proyecto Venezuela, Henrique Salas Römer, derrotado por Chávez en las generales del año 1998. Henry Ramos Allup espera su oportunidad. Ahora dirige el mayor partido de la CD, el socialdemócrata Acción Democrática (AD), con cinco presidencias desde el año 1958, fecha de arranque del bipartidismo imperante por cuatro decenios.
El ex octogenario ex guerrillero Pompeyo Márquez es citado como “presidenciable” en un hipotético gobierno de transición. AD y Copei, democracia cristiana, al que pertenece Mendoza, encabezan la coordinadora junto con una pléyade de formaciones, entre ellos el Movimiento al Socialismo (MAS), ideológicamente ajeno a los dos grandes partidos tradicionales. El diputado Julio Borges, del conservador Primero Justicia, y el ex gerente de planificación de la petrolera estatal Pdvsa, Juan Fernández, especialmente activo en la huelga petrolera de diciembre del año 2002 y febrero del año 2003, figuran en la relación de los dirigentes de la CD. Los dos principales sindicatos de empresarios y obreros: Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) integran, asimismo, la amalgama opositora, que en su documento Consenso País prometió modificar la Constitución.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.