EL MUNDO › REPORTAJE A GEORGE SOROS

“Bush minará el orden mundial que queda”

El millonario especulador está metido de lleno en su propia campaña pro Kerry, convertido en férreo activista contra el actual mandatario republicano.

Por Sandro Pozzi *
Desde Nueva York

El especulador y filántropo húngaro-estadounidense se ha revelado como un duro opositor a la reelección de Bush y firme defensor del candidato demócrata, John Kerry. Soros cree que si Bush gana, EE.UU. y el mundo entrarán en una espiral de violencia que no tendrá fin y acusa al actual presidente de haber creado un planeta menos seguro y de utilizar el miedo para justificar el uso de la fuerza. Con 74 años, se ha lanzado en una gira por una docena de ciudades para explicar las mentiras que llevaron a la guerra en Irak, para que el 2 de noviembre los estadounidenses voten en consecuencia.
–¿Por qué esta campaña?
–Estas no van a ser unas elecciones normales. Es un referéndum sobre George W. Bush. Hace cuatro años no fue elegido por sus políticas. Pero sufrimos los ataques del 11-S, su doctrina y la invasión de Irak. Si los estadounidenses volvemos a reelegirlo, estaremos apoyando sus políticas y tendremos que asumir las consecuencias de éstas. Y entraremos en un círculo vicioso de violencia que no tendrá fin. Pero si lo rechazamos, entonces todo habrá sido una situación temporal. Es de lo que intento convencer a la gente: nuestro futuro depende de estas elecciones.
–¿Hace campaña por John Kerry, o contra George Bush?
–Quiero que la gente vote a John Kerry y me sentiré muy contento con él como presidente. Lo apoyo de una manera totalmente independiente porque las reglas electorales son muy peculiares.
–¿Por qué apoya a Kerry?
–Lo conozco personalmente. Tenemos nuestras casa de verano muy cerca la una de la otra. Conozco sus puntos de vista, que fueron formados durante la guerra de Vietnam, y sé que sólo recurrirá a la acción militar como último recurso. El no quiere ser un presidente de guerra. Defenderá el país pero sin ir a un conflicto bélico a la primera de cambio. Esto es muy importante.
–¿Y qué piensa del entorno de Bush?
–Que el vicepresidente Dick Cheney es el espíritu real del diablo que hay detrás del presidente.
–En estas elecciones prima el factor seguridad. ¿Aceptarán los estadounidenses un presidente que no sea de guerra?
–Bush nos ha hecho menos seguros de lo que éramos. La gente tiene más miedo y la administración lo alimenta. Hay un mensaje subliminal por el que llevando la guerra contra el terror fuera de EE.UU. nos hace más seguros en casa. Pero es un argumento muy peligroso. Las madres que piensan que sus hijos estarán más seguros porque se está librando la guerra en Irak, en lugar de en casa, se equivocan. Lo que se está consiguiendo es que cada vez más gente odie a los estadounidenses. Y al haber víctimas inocentes, reforzamos la causa de los terroristas. Pero el argumento de Bush es poderoso y las elecciones están siendo más reñidas de lo que me gustaría. Por eso he decidido hablar y hacer todo lo que esté a mi alcance para asegurarme que no sea reelegido, porque los valores y principios de nuestra sociedad están en peligro.
–¿Es posible democratizar un país como Irak?
–No se ha ido para llevar la democracia y tampoco vamos a tener éxito a la hora de introducirla. Es un argumento falso, que se inventó para justificar la invasión. El punto más importante que intento explicar a los estadounidenses es que no se trató de una falla de inteligencia. Fue una concepción deliberada de la Casa Blanca. Ahora sabemos que no había armas de destrucción masiva ni conexiones con Al Qaida. Y la Casa Blanca lo sabía en ese momento y por alguna razón no informó ni al Congreso ni secontó la verdad a los ciudadanos. El resto del mundo lo sabe, pero la opinión pública en EE.UU. no.
–En España mucha gente piensa que la mentira hizo caer al gobierno tras los atentados del 11-M en España. ¿Podría pasar lo mismo en EE.UU.?
–Sí. Y lo espero. Pero no estoy muy seguro de si el pueblo americano se preocupa por saber la verdad tanto como en su día el pueblo español. Lo veremos en el 2 de noviembre. Pero si no se preocupan y Bush es reelegido a sabiendas de que nos mintió, tendremos que asumir las consecuencias de sus políticas, y el sentimiento antiamericano en el mundo estará justificado. Si se preocupan, la gente que se declara hoy antiamericana debería pasar a ser anti Bush. Será una liberación y EE.UU. podrá cambiar de dirección para ganarse de nuevo el respeto del mundo.
–¿Cuál es el impacto de las políticas de la Casa Blanca en la economía?
–La economía ha sido estimulada por todos los medios para que mostrara el mejor rendimiento posible durante el segundo y el tercer trimestre de este año, antes de las elecciones. Sin embargo, el resultado no está siendo tan bueno y eso puede ser negativo para Bush de cara al voto. George Bush padre perdió las elecciones por la economía. Bush hijo es el único que dice que la economía atraviesa por un buen momento, pero la gente no lo siente así. Primero, por la pérdida de empleos. Segundo, porque los ciudadanos no están en una situación financiera tan buena como hace cuatro años. Por no hablar de la salud o del medio ambiente. La administración Bush está favoreciendo a los más ricos y a las grandes corporaciones.
–Usted ha sostenido que la actual escalada del petróleo es consecuencia de las políticas de Bush en Irak. ¿Bajará el precio si gana Kerry?
–No necesariamente. Porque antes, Kerry deberá pacificar Irak y no será una empresa fácil, porque la situación es muy difícil, aunque tendrá mejores opciones para conseguirlo que George Bush.
–¿Cuál es su previsión del precio del crudo?
–No hago previsiones. Demasiadas incertidumbres. El precio del petróleo, en todo caso, es una cuestión de equilibrio entre oferta y demanda. Si se quita a Irak del mercado, el sistema se vuelve más vulnerable ante otras disrupciones en el suministro en Nigeria, Venezuela o por los huracanes. Y están además la especulación y el miedo.
–¿Cuál es el impacto del elevado déficit estadounidense para la economía internacional?
–El déficit es malo. Es un problema más a largo plazo que a corto plazo. EE.UU. está consumiendo más de lo que produce. Y los países asiáticos producen más de lo que consumen. Se puede seguir creciendo hasta que se vuelva insostenible. Es un desequilibrio en el sistema global, poco sano. Los países desarrollando están chupando los ahorros y la acumulación de capital de los menos desarrollados. Sería más equilibrado si el capital fluyera de los países ricos hacia los pobres.
–¿La idea de EE.UU. como tierra de oportunidades está en peligro?
–Como oportunidades individuales, no. Pero como una sociedad abierta e icono de la esperanza para el resto del mundo, sí. La economía es un factor importante de cara al voto. Pero lo que a mí me irrita es que Bush considere las críticas como algo antipatriota, esa idea de que los que no estén con EE.UU. son terroristas y que bajo la excusa de la guerra contra el terror se invadiera Irak. El orden mundial es imperfecto. Pero Bush está minando el poco orden que hay. Eso hace al mundo más vulnerable ante el desorden.
–¿Cuánto dinero lleva invertido en su campaña?
–Una cantidad próxima a los 20 millones de dólares. Y estoy gastando tres millones de dólares más en anuncios a doble página en los periódicos, en mandar dos millones de copias de mi mensaje y en mi gira.
–¿Cuál es su opinión del Fondo Monetario Internacional?
–Que ha perdido el rumbo. No tiene en claro el sentido de la dirección y no está listo para lidiar con los problemas a largo plazo con los que se enfrentará en el futuro. Además, hay un desequilibrio entre los diversos niveles del capitalismo. Eso requiere un remedio a largo plazo y no está en la agenda.
–¿Y sobre su director gerente, Rodrigo Rato?
–No tengo una opinión creada sobre su persona.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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