EL MUNDO › DAN PLAZO AL CONGRESO PARA
LLAMAR A UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Un ultimátum sobre la Mesa

Tres marchas masivas reclamaron en La Paz la nacionalización del gas, la Asamblea Constituyente y el rechazo a las autonomías. Comenzó un paro por tiempo indefinido en El Alto. El ejército exhortó a la legalidad mientras el gobierno denunció “preparativos golpistas”.

Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz

Un “cabildo popular” que reunió a unas 10.000 personas en la céntrica Plaza de los Héroes de La Paz le dio un plazo de cuatro días al Congreso para que le ponga fecha a la Asamblea Constituyente; una instancia percibida como “refundacional” por los movimientos sociales y como un contrapeso a la ofensiva autonomista de Santa Cruz de la Sierra. La concentración reunió a varios sectores sociales cercanos al MAS, que llegaron caminando desde Caracollo, a 200 km de La Paz, encabezados por Evo Morales, quien por una reciente operación en las rodillas sólo pudo participar de algunos tramos de la caminata. Adicionalmente, se desarrolló la primera jornada de paro cívico indefinido convocado por las organizaciones sociales alteñas con un acatamiento parcial, pero que impidió el tránsito y provocó el cierre de la terminal de micros paceña. Por su parte, el ministro de Interior, Saúl Lara, denunció que "se están registrando preparativos golpistas de radicales".
Los manifestantes, portando cientos de whipalas –banderas indígenas con los colores del arco iris– que contrastaban con el monótono marrón del Altiplano, propinaron fuertes críticas contra Carlos Mesa, pero sobre todo contra el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez –acusado de promover un golpe cívico-militar– y las empresas transnacionales. Oradores espontáneos amenizaban la espera de la columna que se acercaba a la urbe alteña. “No tenemos que sertan borrachos y folkloristas”, decía con tono moralista uno de ellos, que convocó a “vigilar a los dirigentes para que no se vendan”. La llegada del líder del MAS fue aplaudida por algunos vecinos, que no dejaban de reclamar “nacionalización”. La influencia del MAS en esta ciudad es moderada: en las últimas elecciones municipales, su candidato –el ex sacerdote Wilson Soria– sólo obtuvo el 18 por ciento de las preferencias ciudadanas. “El gobierno debe ejercer el derecho de propiedad sobre los hidrocarburos, en función de sus atribuciones constitucionales, y ocupar los campos y pozos petroleros con las FF.AA. y la policía”, dijo el líder cocalero a Página/12 mientras la marcha se desplazaba por las laderas hacia la “hoyada” paceña.
El cabildo se desarrolló siguiendo la tradición sindical boliviana de abrir una interminable lista de oradores. “En esta oportunidad voy a prestarme el español para que me entiendan los blancos que han venido chupando por 500 años la sangre del país”, disparó el dirigente de los campesinos paceños, Gualberto Choque, los cuales, sin embargo, no se sumaron activamente a las protestas. “Que los diputados y senadores –que se encuentran en un receso de una semana– se reúnan inmediatamente para tratar la convocatoria a la Asamblea Constituyente”, emplazó el dirigente campesino y senador del MAS, Román Loayza, al que se sumaron varios oradores que amenazaron con recuperar “no solamente los hidrocarburos sino todos los recursos naturales” para el Estado boliviano.
La cuestión de las autonomías –agravada por la convocatoria de facto a un referéndum por Santa Cruz de la Sierra y Tarija– también formó parte de la agenda del cabildo: “Las fuerzas armadas tienen la tarea de defender el territorio nacional, de evitar la división de Santa Cruz, si no lo hacen demostrarán que sólo sirven para matar indios y obreros”, disparó Evo Morales. Al tiempo que la tensión con el dirigente de la COB, Jaime Solares, era evidente, incluyendo intercambios de “indirectas” en el propio palco. Mientras el primero señaló que no está promoviendo la renuncia del primer mandatario ni el cierre del Parlamento y que se opondrá a un golpe “venga de donde venga”, el segundo pidió exactamente esas tres cosas. Su llamado a los “militares patriotas” es leído por algunos analistas como parte de su “impotencia para resolver el problema del poder que él mismo se planteó”. Por su parte, el ejército publicó un comunicado en el que advertía que “cualquier decisión que vulnere la Constitución y las leyes no será aceptada por la institución”, en referencia a las decisiones “inconstitucionales” como los referendos autonómicos.
Ayer, al menos tres marchas –incluyendo una numerosa de maestros rurales- enarbolaron por separado las mismas demandas (nacionalización, Asamblea Constituyente y rechazo a las autonomías). “Cada uno va por su lado, algunos no quieren darle protagonismo a Evo”, dijo la historiadora Magdalena Cajías. Al tiempo que el sociólogo Franklin Ramírez advirtió que los sectores sociales bolivianos se encuentra atrapados en la “trampa de la radicalidad”. “Los movimientos sociales se han planteado nuevamente el problema del poder, pero tanto en la vía electoral como insurreccional –que son los únicos métodos que tienen para alcanzarlo– están débiles, de ahí la impasse actual”, evalúa el analista político Alvaro García Linera, para quien la única posibilidad de articulación pasa por la Asamblea Constituyente.
Es posible que los presidentes de juntas vecinales revean en las próximas horas el carácter indefinido del paro cívico, dadas las dificultades de mantener esta medida extrema en una ciudad de comerciantes y transportistas en la que la gente “vive al día”. Entretanto, se prevén marchas diarias de los sectores afines al “pacto de unidad” articulado por el MAS hasta que los parlamentarios reanuden sus sesiones y atiendan sus demandas. “Si esperamos 500 años, una semana no es nada para nosotros”, dijo Morales.

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