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El embargo que se mantiene y que no convence ni a los “gusanos”

George Bush pronunció su anunciado discurso sobre el embargo a Cuba. No habló de “endurecimiento”, pero igual cosechó críticas hasta de los anticastristas de Miami y los disidentes de la isla.

Ayer, la República de Cuba cumplió 100 años. Se festejó más en Estados Unidos, donde al presidente George Bush le importa mucho la reelección de su hermano como gobernador de Florida, que en Cuba, donde la fecha significa el paso de una dominación a otra (de España a Estados Unidos), antes que una verdadera independencia. Estos 100 años sirvieron para que ayer Bush se trasladara a la región de Florida, atestada de anticastristas, para anunciar que usará todo su poder para impedir un alivio del embargo económico contra Cuba, luego de la visita del ex presidente Jimmy Carter a la isla y en medio de una renovada presión demócrata para que sí se alivie. George Bush creyó así ayudar a su hermano Jeb, gobernador de Florida y candidato a la reelección en noviembre. Sin embargo, algunos indicios sugieren que ni en Florida la postura proembargo se mantiene tan firme. Las palabras de Bush fueron criticadas hasta por los propios disidentes dentro de Cuba.
“Quiero que sepan qué significa el comercio con un tirano. Significa que avalamos la tiranía, y nosotros no podemos permitir que eso ocurra. Y también quiero que sepan que no permitiré que el dinero de nuestros contribuyentes vaya a enriquecer el régimen de Fidel Castro. Y estoy dispuesto a usar mi poder de veto”, dijo Bush ante 10.000 enfervorizados anticastristas en el James Knight Center en Miami. El presidente norteamericano se refería concretamente a un proyecto de ley que, de ser aprobado, permitiría financiamiento norteamericano a Cuba para comprar productos agrícolas en la isla. Bush dijo que mantendrá las restricciones y sanciones a los viajes de norteamericanos a la isla, y la financiación de la emisión de las anticastristas Radio y TV Martí, hasta que Cuba dé muestras de ir hacia “la democracia y el libre mercado”. No dijo nada del controvertido título III de la ley Helms-Burton, que permitiría a los exiliados cubanos demandar en los tribunales norteamericanos a los extranjeros que hayan invertido en las que fueron sus propiedades en Cuba. Esta parte de la ley fue prolijamente cajoneada por la administración Clinton. Pero, en líneas generales, no hubo anuncios de endurecimiento del embargo, como en realidad se preveía.
De paso, Bush recaudó un millón de dólares para su hermano. Además, puede decirse que el presidente norteamericano le debe en buena parte al estado de Florida su condición de inquilino de la Casa Blanca, ya que allí se definió la controvertida elección presidencial de noviembre del 2000. La cuestión es que, quizás, el exilio cubano ya no sea lo que fue, y que los favores de los hermanos Bush no sean ya tan apreciados. Según una encuesta realizada en Florida apenas terminado el viaje de Carter a Cuba, el 79 por ciento de los cubanos-norteamericanos favorece la reconciliación con Cuba antes que la confrontación. La Comisión de Comercio Internacional del Congreso aporta otras razones para la reconciliación: según un informe suyo, la balanza comercial de Estados Unidos con Cuba podría ascender a cerca de 1000 millones de dólares anuales, si se levantara el bloqueo. “Bush tiene un guión atrasado. Esta es una política fracasada”, dijeron los senadores demócratas Christopher Dodd, Byron Dorgan y Barbara Boxer.
Las críticas vienen también de los anticastristas en Estados Unidos y de los disidentes en Cuba. Eloy Gutiérrez Menoyo, héroe de la Sierra Maestra y encarcelado 20 años por Fidel Castro, dijo que le pareció que Bush vino a Miami más interesado en la campaña electoral para su hermano Jeb que en el problema cubano. “Si mantenemos crispadas las relaciones pueden malograrse nuestras esperanzas de una transición a la democracia”, dijo Vladimiro Roca, uno de los disidentes cubanos. “El discurso de Bush estuvo enmarcado en la retórica de la Guerra Fría”, declaró Elizardo Sánchez Santacruz, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación, “aunque fue correcto al plantear el tema de los derechos humanos”. Por su parte, el vicepresidente cubano, Carlos Lage, retrucó que”las elecciones en Cuba son más transparentes que en Estados Unidos”.
El contrapunto también se produjo con la Unión Europea (UE). La UE expresó ayer su respaldo a una petición de disidentes cubanos de reformas, enmarcadas en el llamado “Proyecto Varela”. “Quisiera ver una Unión Europea más independiente, más libre”, declaró el canciller cubano Felipe Pérez Roque.

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“El discurso de Bush tuvo la retórica de la Guerra Fría”, dice Elizardo Sánchez con su puro.
 
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