EL MUNDO › OLLANTA ROGO A SUS PADRES QUE SE CALLEN POR TRES SEMANAS

Con una familia como los Humala...

Después de las críticas del establishment y de sus rivales, el candidato nacionalista peruano Ollanta Humala tiene un nuevo frente de tormenta: las declaraciones de sus padres y hermanos.

Lo de Ollanta Humala ya es una victoria épica. Hasta ahora, asombraba cómo había sobrevivido a las decenas de acusaciones de la oposición y de los medios; sin embargo, su verdadero logro será sobrevivir a la familia más políticamente incorrecta de la historia. Su madre afirmó ayer que se debería fusilar a los homosexuales para terminar con “tanta inmoralidad”. Su padre decidió, en cambio, defender la liberación de una de las figuras que mayor rechazo generan en la sociedad peruana como Abimael Guzmán, ex líder del grupo terrorista Sendero Luminoso. Como si fuera poco, su hermano –y su rival en la contienda presidencial– lo acusó indirectamente de torturador. A pesar de todo esto, este héroe peruano contemporáneo salió adelante y un nuevo sondeo lo volvió a posicionar como el favorito, aunque achicando la distancia con la conservadora Lourdes Flores, que siguiendo el tono entre dramático y cómico de la extraña campaña peruana aseguró que recién “le volvió el alma al cuerpo” con la nueva encuesta.

“El clan Humala” es como cualquier otra familia. Su madre, Elena Tasso, es una confesa homófoba, aunque su marido la describe como “una mujer muy abierta y tolerante”. Su padre, Issac, es un hombre orgulloso de sus hijos que casi consiguieron cumplir, en el 2000, el sueño de su vida: “Tener un hijo militar para llegar al poder mediante un golpe”, según contó su esposa. Además, es un hombre de convicciones como así lo demuestra su férrea defensa al “etnonacionalismo”, una corriente ideológica que combina la homofobia, la xenofobia, el antisemitismo y el militarismo. El candidato presidencial también tiene tres hermanos. Antauro, que actualmente cumple condena en prisión por encabezar una toma de una comisaría; Ulises, que compite con él por la presidencia y no duda en atacarlo cada vez que tiene un micrófono en frente, e Isaías, con un perfil más bajo.

El protagonismo de los Humala llegó a su clímax ayer cuando el diario sensacionalista Extra publicó unas declaraciones inesperadas de Tasso: “Yo les apuesto a ustedes que con dos violadores fusilados ya no habría más violaciones. Y con dos homosexuales que se fusilen ya no habría en la calle tanta inmoralidad”. El ataque estaba puntualmente dirigido al conductor de televisión peruano Jaime Bayly, un bisexual declarado, que semanas atrás había invitado a su programa al padre del candidato, que se negó a ir por no compartir la orientación sexual del conductor.

Desde el humalismo restaron importancia a las declaraciones y afirmaron que su partido, Unión por el Perú, no era “un proyecto familiar”. Sin embargo, esto no fue suficiente para Ollanta, que decidió ir a la casa de sus padres para, seguramente, rogar por tres semanas de silencio hasta la elección. El regreso del candidato a su hogar paterno fue seguido por las cámaras y los medios como si fuera una novela –aunque quizá para Ollanta lo sea–. Poco se sabe lo que sucedió del otro lado de la puerta; lo único seguro, según los periodistas peruanos, fue la cara de irritación con la que se fue el candidato.

Pero todos los Humala juntos no fueron suficientes para boicotear una candidatura que parece estar lejos de extinguirse. Un nuevo sondeo de la empresa CPI confirma lo que ya había anunciado la encuesta de Apoyo del domingo pasado: Ollanta es el favorito, aunque en una segunda vuelta con la candidata conservadora el resultado es todavía dudoso. La encuesta de CPI, no obstante, sí achicó levemente las brechas entre los tres primeros –Ollanta, Flores y Alan García–. Resta ver cuánto de la comedia familiar afectará las cifras de Ollanta, que hasta ahora ha demostrado ser casi impermeable a los ataques externos –de amigos y enemigos–.

Si la palabra comedia puede caracterizar la actual situación familiar de los Humala, dramatización sería la que describiría mejor la campaña electoral. Alan García reforzó ayer su nueva estrategia, dirigida principalmente a minar la popularidad de Ollanta: “Si al presidente Alejandro Toledo la popularidad le duró un mes, a este señor le va a durar un día” y agregó que todo el tiempo que se pierda de allí en más sólo beneficiará a los capitales colombianos y chilenos que seguirán ganando espacios. Así, con una mezcla de alarmismo y nacionalismo, el ex presidente aprista se presentó como la “verdadera alternativa” a los proyectos de “derecha”, tanto de Ollanta como de Flores.

Flores también optó por demonizar al líder nacionalista y a pronosticar un empeoramiento de la situación nacional en una eventual victoria humalista. La candidata, que ha sido retratada por sus opositores como la representante “de los ricos”, aseguró que hay una “ira pura” que recorre a la sociedad y advirtió que “si esa ira se canaliza hacia una protesta pura y a un proyecto que no tiene norte, que convive con la violencia, se va a agudizar el descontento”. La solución: por supuesto, ella.

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Humala debió aclarar que el suyo no es un “proyecto familiar”.
 
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