EL MUNDO › EN HEBRON ES NORMAL DISFRAZAR A LOS NIÑOS PALESTINOS DE ATACANTES SUICIDAS

Fiesta de dos años de un futuro kamikaze

Israel intensificó ayer sus acciones militares en Cisjordania, mientras las autoridades militares divulgaban una foto escalofriante hallada en la requisa de una vivienda palestina en Hebrón. Esta es la historia que ayer conmocionó a Israel.

Es apenas una foto, la foto de un bebé que tal vez cumpla dos años. El bebé aparece disfrazado, lo que tampoco escaparía a lo corriente. Pero si se aclara que el bebé es palestino, y el disfraz que está llevando es el de un terrorista palestino suicida, completo con un cinturón cargado de explosivos y alambres conectados entre sí, y una cinta roja en la cabeza con el nombre en árabe de una organización fundamentalista islámica, se entiende por qué la difusión de la imagen ayer por parte de los diarios israelíes y por Internet desató una nueva y feroz guerra de palabras entre los israelíes y los palestinos (mientras la otra guerra, la guerra de las balas, continuaba con la destrucción por Israel de parte de la central palestina de la misma ciudad donde la fotografía fue encontrada: Hebrón).
De entrada, el caso se vio envuelto en el usual intercambio de artillería verbal. El ejército israelí dijo que sus soldados encontraron la fotografía en un álbum familiar mientras registraban el martes por la noche la casa de un palestino buscado por Israel. El ejército no divulgó el nombre de la familia del bebé, ni practicó arrestos, ni dijo si creía que el cinturón de explosivos era de verdad (seguramente no lo era). Pero del lado palestino, las reacciones fueron inmediatas. “Eso es propaganda barata israelí. Ellos están usando esa foto para justificar los crímenes israelíes contra el pueblo palestino y para continuar su ocupación de los territorios autónomos palestinos –declaró el ministro de Información Yasser Abed Rabbo–. Esas fotos pueden ser fácilmente falsificadas y distribuidas, y eso lo han hecho los medios de prensa israelíes muchas veces.” Del lado estadounidense, el usualmente elusivo Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, calificó al hecho de “cuestionable”, sin aclarar si lo cuestionable era la autenticidad de la foto, el hecho de haberla sacado, el de haberla divulgado o el de disfrazar a un bebé de terrorista kamikaze.
Pero con el paso de las horas, el caso fue asimilándose a una suerte de escalofriante canon de normalidad. Primero, palestinos de a pie citados por las agencias de noticias dijeron que si la fotografía fuera genuina probablemente el niño habría sido vestido así como una broma, y que no significaría que los palestinos consideren usar menores en sus atentados suicidas. De hecho –alegaron–, niños palestinos han asistido vestidos como atacantes suicidas a ceremonias escolares y marchas de apoyo a los militantes que encabezan la Intifada de 21 meses de duración, que ha dejado 1427 muertos del lado palestino y 548 del israelí. Algo parecido puede verse también en los programas infantiles de la televisión palestina, donde junto a figuras familiares como el Ratón Mickey o el Pato Donald niños de jardín de infantes entonan cánticos a la Jihad, diciendo cómo les gustaría inmolarse al modo de sus ídolos en las calles de Jerusalén o Netania. Finalmente, un pariente del bebé citado por la agencia Reuters confirmó que la foto era genuina, pero señaló que fue vestido así para una fiesta infantil y que no había intención alguna de convertirlo en atacante suicida. ¿Por qué tanta sorpresa ante una inofensiva diversión de la vida diaria? “Lo que es obvio es que los palestinos están alimentando el odio contra los judíos y los israelíes en sus hijos a la edad más temprana posible”, interpretó David Baker, funcionario de la oficina del primer ministro Ariel Sharon.
En todo caso, el microcosmos de odio ejemplificado en la foto se ampliaba al exterior. Entre 10 y 15 milicianos palestinos fuertemente armados resistían anoche en el cuartel general de los palestinos en Hebrón, que fue parcialmente destruido por el ejército israelí después de un sitio que duró varios días. Israel mantuvo su cerco en Hebrón, la séptima ciudad cisjordana reocupada y puesta bajo estado de sitio por los soldados tras una ola de atentados suicidas palestinos y luego que los ocho grandes poderes internacionales dijeran que Arafat debe impulsar reformas si quiere un Estado palestino. Casi 600.000 palestinos han sido confinados a sus hogares por un toque de queda en Cisjordania y muchos más se encuentran limitados en aldeas que han sido rodeadas durante lasoperaciones del ejército. Nadie dice que el sitio, ni el odio, vayan a terminar pronto.

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Esta es la foto que ayer estalló en toda Israel, desatando una feroz polémica.
“Si la foto es genuina, disfrazar al niño así fue una broma”, dicen los palestinos de a pie.
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