EL MUNDO › VOLVIO DE NICARAGUA Y LLAMO A UN DIALOGO, PERO SIGUE LA TENSION

Paños fríos de Evo después de la riña

El gobernador de Cochabamba pasó a la clandestinidad y dijo que no renunciará después de los choques del jueves, que dejaron tres muertos y un tendal de heridos. El conflicto se extendió al resto del país.

 Por Pablo Ortiz
Desde Sucre

El regreso a Bolivia de Evo Morales, que se encontraba en la asunción de Daniel Ortega en Nicaragua, no fue suficiente para calmar los odios tras los enfrentamientos en Cochabamba. Notoriamente cansado y antes de que se lleve a cabo el cabildo convocado por cocaleros, campesinos y obreros, el presidente de la República se ofreció como mediador entre los movilizados y el prefecto (gobernador) cochabambino, Manfred Reyes Villa. “La gente pobre, la gente del campo es permanentemente maltratada, torturada y, ayer, asesinada”, dijo Evo, a tiempo de convocar a ambos bandos a la mesa de diálogo.

Sin embargo, como lo asumió el vicepresidente del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), Gerardo Torrico, las bases ya han rebasado a los dirigentes y eso quedó de manifiesto a las 11, cuando una multitud de productores de coca, campesinos y gente de las zonas marginales de Cochabamba se congregó en la plaza de armas de la ciudad para tomar decisiones. Ahí, con la rabia del enfrentamiento del jueves aún en sangre, definieron que la única forma de que se acabe el conflicto es con la renuncia de Reyes Villa sobre la mesa y llamaron a los sectores a masificar el cerco sobre la gobernación.

Omar Fernández, senador del MAS y una de las cabezas visibles de la movilización, aseguró que las medidas incluyen la toma de los bienes de Reyes Villa y que se hará un alto en los bloqueos para permitir que más campesinos lleguen a reforzar a los de la ciudad. También llamaron a los miembros del Consejo Departamental a desconocer a Reyes Villa y elegir de entre los consejeros al nuevo gobernador. Como los consejeros son elegidos por los municipios, el MAS domina de forma absoluta esta instancia.

Mientras tanto, Reyes Villa, como en el tiempo de las dictaduras, se ha declarado en la clandestinidad, no sin antes asegurar, como el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003, justo antes de renunciar, que no-re-nun-cia-rá. Los otros cinco gobernadores opositores lo apoyan hasta el final, tanto como para asegurar que si se va Reyes Villa ellos también renunciarán, pero eso implicaría que Evo también debería renunciar y llamar a nuevas elecciones. El vocero de la propuesta fue José Luis Paredes, gobernador de La Paz.

Si la hoguera ya no era pequeña, hubo elementos que echaron más gasolina al fuego. El primero fue que el número de víctimas subió de dos a tres. Ayer se informó que otro joven fue linchado. Tenía alrededor de 20 años y se apellidaba Resa. A ello se sumó una torpeza política de Morales, que sólo pidió el esclarecimiento de la muerte de su compañero cocalero, Nicomedes Gutiérrez, olvidándose de Resa y de Cristian Urresti (17), que fueron linchados por los cocaleros. Otra señal de torpeza del gobierno es que mientras llamaba al diálogo a Reyes Villa emitía un spot en su contra en el canal estatal, lo cual agrandó la desconfianza del gobernador. A ello se sumó una sistemática persecución de periodistas por parte de campesinos y cocaleros. Primero apedrearon e intentaron tomar las oficinas de la Red Unitel, a la que Evo sindica de opositora, y luego hicieron lo propio con el canal Universitario. Luego, cualquiera que se identificara como periodista era una víctima potencial, a tal punto que el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, tuvo que ordenar a la policía proteger a los comunicadores.

Como si la tragedia de Cochabamba no fuera suficiente, ahora surge la posibilidad de enfrentamientos en Santa Cruz de la Sierra. El Comité Cívico Popular, afín a Morales, anunció un cabildo en la capital oriental para el lunes 15 y desde todos los sectores de la población ya aseguraron que no lo permitirán. Los empresarios cruceños están molestos y no quieren que el conflicto continúe, ya que cada día pierden alrededor de dos millones de dólares, debido a que no pueden enviar sus productos al resto del país, ni exportar a través de los puertos chilenos.

Mientras Cochabamba sigue militarizada, el temor de nuevos enfrentamientos crece, ya que hay deseos de venganza de ambos lados. La chispa que encienda la mecha puede venir de los sepelios de los tres muertos, que se presumen serán masivos.

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Miles de indígenas, cocaleros y mineros partidarios de Morales armaron un congreso en Cochabamba.
 
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