Por primera vez desde que comenzó el conflicto, los principales líderes rebeldes de Darfur se reunieron para resolver sus diferencias y crear un frente común de cara a futuras negociaciones de paz con el gobierno sudanés. Los señores de la guerra decidieron que era tiempo de unir sus fuerzas después de que Naciones Unidas aprobara el envío de una nueva y más fuerte misión de paz.

El encuentro comenzó el viernes y finalizará hoy. La Unión Africana y la ONU, las dos organizaciones auspiciantes, eligieron como sede el norte de Tanzania. La comunidad internacional busca unificar a los rebeldes de Darfur, ya que sólo así se podrá comenzar un proceso de paz que ponga fin a un genocidio que ya lleva cuatro años, cerca de 300 mil muertos y 2,5 millones de desplazados y refugiados. Actualmente la ONU y otras agencias internacionales la consideran la peor crisis humanitaria del continente y del mundo.

Cuando se inició el conflicto, en febrero de 2003, los grupos rebeldes que se alzaron en armas para protestar contra la pobreza y la marginación de Darfur se concentraban en dos grupos: el Movimiento de Liberación de Sudán (MLS) y el Movimiento de Justicia e Igualdad (MJI), una facción del anterior. Desde entonces, las fuerzas rebeldes se han fraccionado mucho y actualmente hay más de una decena de facciones. El MJI firmó un acuerdo de paz con las autoridades sudanesas en mayo de 2006, como resultado de las conversaciones de paz de Abuya, Nigeria, y su líder, Minni Minawi, se ha integrado al gobierno central de Jartum. Pero como no todas las facciones adhirieron al acuerdo, la paz nunca se instaló en la provincia sudanesa.

La reunión significa un gran avance en el conflicto de Darfur, que por primera vez parece encaminarse a un diálogo entre los rebeldes y el gobierno central de Omar Hassan al Bashir. Sin embargo, ya hay quienes alertan que podría terminar como el acuerdo de paz del año pasado, ya que la cúpula de una de las principales facciones del MLS no se presentó en Tanzania y prefirió, en cambio, viajar a París.