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Pasen y vean los restos de lo que hicieron con el World Trade Center

Un lugar desolado en el distrito más lejano de la ciudad de Nueva York es la sede de la investigación forense más tétrica en la historia de Nueva York: allí van los restos de las Torres Gemelas.

Por Oliver Burkeman *
Desde Nueva York

Es difícil, al principio, saber exactamente qué es lo que uno está mirando ante el paisaje de acero retorcido y compactado, las montañas de hormigón y escombros aplastados que llegan en lanchones a un promedio de 12.000 toneladas por día. Pero después de eso cargado en camiones y tamizado, lentamente salen a la luz los sombríos detalles. Hay alhajas, licencias de conductor, tarjetas de identidad, relojes de pulsera, algunos todavía funcionando. Y restos humanos: 3000 dientes, fragmentos de huesos, pedazos de piel.
La limpieza de la Zona Cero está casi terminada, pero a 30 kilómetros de allí, en Staten Island, el vasto basural Fresh Kills es el escenario de la mayor y más tétrica investigación forense de la historia de Nueva York. Unos 300 oficiales de policía y bomberos clasifican los restos del World Trade Center. Hasta ahora, los análisis de ADN de restos humanos identificaron a 46 personas que figuraban como desaparecidas. Pero igualmente importante es el esfuerzo por reunir a las desconsoladas familias con cualquier pedacito de las posesiones de las víctimas que se pueda encontrar. “Ustedes se asombrarían –dijo el subinspector James Luongo–, pero, para algunas familias, algo ínfimo puede significar enfrentarse a la verdad.”
Más de un millón de toneladas de escombros han sido procesados en el solar de 70 hectáreas, incluyendo más de 1000 vehículos destrozados y 50 pistolas que se presume que pertenecieron a los oficiales de policía. También hay pedazos rotos de esculturas de bronce firmadas por Auguste Rodin, parte de una colección reunida por Gerald Cantor, fundador de Cantor Fitzgerald, y exhibida en el “museo del cielo” en el piso 105. La empresa de corredores de bolsa iniciada por él perdió más de 600 empleados en los ataques.
Los objetos más pequeños son llevados a unas hileras de tiendas donde son descontaminados y recogidos por detectives vestidos con trajes protectores y respiradores. Los restos humanos son temporariamente depositados en una unidad de refrigeración móvil antes de ser llevados a los laboratorios de patología en la ciudad. El agente especial Richard Marx, el más alto representante de la FBI en Fresh Kills, dijo que tenía esperanzas de encontrar los grabadores de voces de las cabinas de pilotos que todavía faltan, pero añadió: “Aún si los encontramos, no sabemos como estarán de dañados. Vemos cajas fuertes acá y han sido completamente compactadas y destruidas”. William Allee, el jefe de detectives del Departamento de Policía de Nueva York, dijo: “Este es un lugar especial. Hemos creado algo donde podemos llevar a cabo este proceso con dignidad... éste es un lugar muy sagrado, que nos hace sentir humildes”.
Inmediatamente después de los ataques, los escombros eran transportados por tierra; ahora, para poder afrontar el volumen, son trasladados por agua. Pero a medida que las últimas piezas de las torres son retiradas del sur de Manhattan, surgen pistas acerca de lo que las reemplazarán. Las “huellas” de las torres van a ser dejadas intactas para poder erigir monumentos en memoria de las víctimas, según una nota del New York Post.
Larry Silverstein, que tiene un alquiler por 99 años del lugar, le ha encargado a los arquitectos que diseñen algo para dos de los tres lotes libres de oficinas y negocios. Algunos de los desconsolados familiares han condenado su intención de mezclar monumentos con cinco edificios de oficinas de 70 pisos y un centro cultural. Monica Iken, cuyo marido murió el 11 de septiembre y quien, como el ex alcalde Rudy Giuliani, está a favor de un monumento conmemorativo en todo el lugar, dice: “No sabemos adónde fueron a descansar nuestras almas. En esencia, todas las 8 hectáreas son ahora un cementerio”.
Silverstein está tratando de establecer que los ataques fueron dos hechos, lo que le posibilitaría cobrar un seguro de 3500 millones de dólares. Swiss Re, el principal grupo de aseguradores involucrado, le pidió a la corte que los declarara un hecho único, diciendo que el sótano compartido significaba que la destrucción de uno hubiera desestabilizado al otro. Silverstein no estaba disponible para comentar.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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Tarjetas de identidad y de crédito clasificadas por orden alfabético en Fresh Kills.
“Se asombrarían, pero, para algunas familias, algo ínfimo puede significar enfrentarse a la verdad.”
 
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