EL MUNDO › LOS CHOQUES DEJARON DOS MUERTOS, 120 HERIDOS Y EL REPLIEGUE POLICIAL

Sucre sangró por la Constitución de Evo

La ciudad boliviana vivió escenas dantescas. La policía mató a un joven de 24 años; todos sus cuarteles fueron quemados y saqueados. Los uniformados ayudaron a escapar a los presos de la cárcel, golpearon y amenazaron a los periodistas. No quedó autoridad alguna. El presidente pidió la paz social.

 Por Pablo Ortiz
desde Sucre

Sucre ardió y sangró por la Asamblea Constituyente. El pragmatismo del partido de Evo Morales provocó que su texto en grande sea aprobado a cualquier costo, incluso al precio de dos vidas de jóvenes que trataban de llegar hasta el Liceo Militar en el que se encontraban los 146 de los 255 asambleístas escribiendo el texto constitucional. Durante toda la madrugada de ayer, la policía se enfrentó con la población de Sucre, que trataba de defender su derecho a que su propuesta de ser sede de los poderes del Estado se respete. Producto de ello, hay más 90 heridos, entre bala, balines, impacto de granadas de gases y quemaduras. A ello se suman por lo menos 30 policías, que fueron atrapados por los manifestantes y golpeados. Tienen quemaduras de segundo grado producto de bombas molotov, fracturas en las piernas y heridas.

Tras dos días de enfrentamientos, la policía comenzó a ser rebasada la tarde del sábado, pero para la madrugada de ayer ya no podía poner oposición. Los gases lacrimógenos no dispersaba a los manifestantes, que llegaron hasta sus mismos cuarteles, les quitaron sus armas, quemaron sus vehículos y edificios y los hicieron replegarse hasta su comando central. De a poco fueron cayendo las reparticiones de bombero y operaciones especiales y la Escuela de Policías. Cuando amaneció, los sucrenses se dirigieron hacia la división de Tránsito. Allí se encontraban parapetados más de 200 efectivos, que resistieron por cuatro horas, pero a las 10:15 (local), fueron superados, golpeados e incendiados por los manifestantes. De cada una de las reparticiones, los jóvenes recuperaron armas, cascos, escudos y armas policiales.

Todos se replegaron hasta el comando central, ubicado a una cuadra de la plaza central de Sucre. Cuando los heridos llegaron, los efectivos perdieron la cabeza y no encontraron de quién más vengarse que de los periodistas que estaban cubriendo la información. Un camarógrafo y reportera de la red PAT, el fotógrafo de la agencia AFP y el periodista y fotógrafo del periódico El Deber fueron los afectados. Los golpearon, les robaron y rompieron sus equipos. Los trabajadores de PAT corrieron hasta una casa ubicada a 100 metros del lugar y los miembros de El Deber se refugiaron en la Cruz Roja, justo al frente del comando. Los policías amenazaron de muerte a los periodistas y cuando las autoridades locales y el resto de los comunicadores trataron de rescatarlos, fueron agredidos, repelidos con gases lacrimógenos y pateados por los policías.

Para ese momento, los efectivos no obedecían a nadie y tenían sed de venganza. Además, los presos de la Cárcel de San Pedro iniciaron un tibio motín y los policías los dejaron fugar, abriendo puertas y dejándolos saltar los muros sin oposición. Desde La Paz, llegó la orden de replegarse y los que se encontraban en el comando se fueron golpeando al que se les cruzaba en frente, rompiendo vidrios de movilidades y agotando sus gases lacrimógenos.

En ese momento, los desmanes se multiplicaron. Los jóvenes asaltaron el comando, quemando camionetas, patrullas y motocicletas policiales. Asimismo, quemaron toda la documentación del lugar, incluyendo computadoras, mobiliario y patentes de vehículos. También lograron liberar a los periodistas. Una hora más tarde, Evo Morales anunció desde La Paz que estaba contento con la aprobación de Constitución y que había que seguir hasta concluirla. Lamentó los hechos de Sucre, ordenó la investigación de los muertos y acusó a la fuerza opositora Podemos, a los empresarios y cívicos de Santa Cruz de ser lo responsables de todo los sucedido. Aseguró que su Constitución será aprobada por un referéndum y que deberá ser aceptada por todos. Los asambleístas también creen esto. Se estudia nuevamente a Oruro como sede de la última fase de la Constituyente, que podría durar sólo una sesión.

Mientras tanto, el luto se paseaba por Sucre. El féretro del segundo muerto, asesinado por los policías a quemarropa en la toma de Tránsito, era paseado por el centro de la ciudad para rendirle un homenaje. Desde La Paz, el comandante nacional de la policía anunciaba que ellos también tenían un muerto y que un efectivo había sido degollado. Nadie lo ha visto y su cuerpo no se encuentra en ninguna morgue y hospital local.

Al mismo tiempo, Sucre intentaba encontrar la paz. Los jóvenes se paseaban por la ciudad portando ropa y armamento policial y nadie salía a pacificar. El gobernador se encuentra desaparecido luego de que en la madrugada quemaran su casa, la alcaldesa está de viaje por Bélgica y nadie impone su autoridad. Fue ahí que se vio obligado a salir el presidente del Comité Interinstitucional (ver aparte), el rector de la universidad San Francisco Xavier, Jaime Barrón. Pidió calma y se dedicó a organizar brigadas barriales para ofrecer seguridad. No hay policías ni militares en las calles y con los delincuentes fugados de la cárcel, los saqueos en la ciudad abundan. La gente trata de calmarse, de resguardar sus casas y limpiar un poco la ciudad. Mientras tanto, dos madres lloran a sus muertos, muchas cuidan a sus heridos y nadie se puede explicar por qué y para qué sucedió todo esto. La ciudad todavía humea y los graffiti de sus paredes piden juicio de responsabilidades contra Morales, que ya lleva 31 muertos en su gestión. Casi la mitad de los que causó en octubre de 2003 Gonzalo Sánchez de Lozada.

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Una de las 120 personas que resultaron heridas, entre manifestantes y policías; luego los uniformados se replegaron.
 
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