EL MUNDO › EL TSUNAMI PROVOCADO POR EL TEMBLOR ARRASó CON PUEBLOS COSTEROS

La ola que se llevó todo

Veinte minutos después del sismo, una ola gigante arrastró barcos hacia la tierra y casas y personas hacia el mar. En el pueblo de Penco se registraron al menos 150 desaparecidos. La Marina reconoció su error al descartar la alarma de tsunami.

“Primero alcanzaron las rodillas de los habitantes costeros, luego la cintura y posteriormente los arrastraron al mar.” Así, los testigos chilenos del tsunami relataron cómo varias localidades costeras de la región del Maule, 240 kilómetros al sur de Santiago de Chile, y el archipiélago de Juan Fernández, a 600 kilómetros de la costa, fueron afectados por olas gigantes y marejadas que causaron gran parte de las 708 víctimas tras el temblor, un número indeterminado de desaparecidos y una gran destrucción material. El ministro chileno de Defensa, Francisco Vidal, admitió ayer que la Marina cometió “un error de predicción” al descartar la posibilidad de un tsunami tras el terremoto de 8,8 en la escala Richter. En Japón, Australia, Nueva Zelanda, Fiji, Samoa y otros países del Pacífico sufrieron ayer el impacto, pero las olas que se abatieron en sus costas midieron en general entre uno y tres metros de altura y rompieron sin causar daños y bajaron las alertas de tsunami.

En la mañana de ayer, algas marinas colgaban de las casas y los postes en Penco, una población costera a diez kilómetros de Concepción, que fue reflejo de cómo golpeó el tsunami después del terremoto. El sábado, una ola gigante se abatió sobre gran parte del borde costero del pueblo, arrastrando casas a su paso. En la ciudad, una estación de combustible, varios restaurantes y viviendas, además de los rieles del ferrocarril permanecían aún cubiertos por algas marinas y arenilla, como vestigios de que el mar copó la ciudad.

“La ola llegó y tapó todo. Era como de seis metros de alto. Botó las casas, un taller mecánico y los restaurantes”, relató Carlos Palma, mientras recorría la costa de Penco para ver si rescataba algunas de sus pertenencias.

Más al sur, en el puerto de Talcahuano, adyacente a la ciudad de Concepción, el tsunami que sucedió al terremoto dejó varios barcos varados en tierra firme, entre autos y casas. Y las localidades de Constitución, Pelluhue e Iloca, en la región del Maule, fueron arrasadas por una ola que se abatió sobre la costa veinte minutos después del terremoto y las autoridades locales temen que haya numerosos muertos, entre lugareños y turistas que pasaban sus vacaciones en la zona. Carlos Torres, un teniente de policía de la zona dijo a la agencia DPA que “hay por lo menos 150 desaparecidos”.

El ministro de Defensa chileno admitió que hubo un error en el organismo de la Marina encargado de la predicción de tsunamis. “Lo que se vio en la costa, entre Maule, Bío Bío y La Araucanía es un maremoto aquí y en Burundi. Y hubo un error”, admitió Vidal. “Afortunadamente, cuando se produce una evaluación (de los niveles del mar), se activa el sistema (en coordinación con capitanías de puerto, comisarías y otros organismos) que ayudó a salvar a centenares o a miles de personas”, matizó. En el caso del archipiélago Juan Fernández, sostuvo que “existió un aviso y sin él, habría más que las seis víctimas fatales y 13 desaparecidos”.

Por otra parte, las autoridades de sismología de Estados Unidos cesaron ayer el alerta de tsunami que regía para todos los países del Pacífico ante el peligro del terremoto que afectó el sábado a la zona centro-sur de Chile. Tras el alerta, la actuación rápida de los gobiernos, la evacuación de decenas de miles de personas y la cooperación de la población permitió que el tsunami pasara por Oceanía y el Pacífico sur sin causar víctimas mortales.

El gobierno japonés había anunciado el alerta de “gran tsunami” –algo que no ocurría hace 17 años– esperando olas de tres o más metros en tres provincias donde fueron evacuadas 320 mil de personas, pero con el correr del día bajó el alerta y en la costa occidental se esperaban olas de medio metro. La mayoría de los países del Pacífico sur también rebajaron ayer el alerta de tsunami en sus costas al considerar que pasó la amenaza más grande de olas gigantes como réplica del terremoto en Chile. “Todos respondieron particularmente bien, las estructuras de Defensa Civil en las distintas regiones, la policía, los bomberos, el servicio de guardacostas”, aseguró el ministro neocelandés de Defensa Civil, John Carter.

Olas de hasta dos metros también alcanzaron la costa del Pacífico en Rusia. “Todavía habrá perturbaciones sobre el océano Pacífico en los próximos dos o tres días después del tsunami”, afirmó la jefa del centro para tsunamis de la isla Sajalín, Tatiana Ivelskaya.

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Dos barcos estacionados en la calle, arrojados por el mar, que levantó bruscamente su nivel, en el puerto de Talcahuano.
 
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