EL MUNDO › HOMBRES Y MUJERES FUERON INTERLOCUTORES EL SABADO

En el Zócalo, como en casa

 Por Elena Poniatowska *

El Zócalo es la sala de la casa de Andrés Manuel López Obrador. A más de 500 mil hombres y mujeres de todas las edades, les pregunta: “¿Les parece el miércoles a las seis?” y ellos responden que sí, levantan la mano al unísono, la sacuden en el aire. “Aquí, aquí, aquí estoy.” “Soy yo, veme.” Se sienten reconocidos. La intimidad de la relación de AMLO abarca toda la plaza. La conversación pública se vuelve privada. Cada hombre, cada mujer es su interlocutor personal. Andrés Manuel vuelve a consultar: “El domingo 16, ¿les gusta? ¿Les parece que salgamos desde el Museo Nacional de Antropología?” “Síííííí.” El “sí” ondea a través de todos los cuerpos, las banderas de México lo sostienen en el aire. “Síííííí.” Vuelve a interrogar: “¿A las cuatro?” Mane, mi hijo, que se siente directamente concernido, le responde en voz alta a 100 metros de distancia: “No, yo a esa hora no puedo, ya tengo un compromiso”, y los demás ríen.

Andrés Manuel López Obrador ha convertido el Zócalo en la sala de su casa. El nos recibe y nos sienta a conversar. Nos sentimos a nuestras anchas, que son las suyas. No importa que llueva y se abran los paraguas, no importan las horas de espera, no importa la incomodidad y las apachurradas, la gente está prendida. Una señora ha llevado sus canarios, otra su gallo, bien tapaditos. A los niños de brazos tampoco les asusta la multitud. Nadie tiene miedo, aquí en este Zócalo se desconoce la palabra “peligro”. Aquí ningún mexicano es un peligro para el otro. “Orale, órale no empujen”, y el orden se restablece porque la fraternidad es inmensa. El ingenio también.

La paz, AMLO insiste en la paz, todo se va a hacer en paz, cuando AMLO dice que no se van a tomar las carreteras, una señora responde como si estuviera platicando con él: “Pero, ¿por qué no?”. Recuerdo las piedras que los campesinos colocaron en 2001 en la carretera de La Paz, Bolivia, al lago Titicaca y quitaron para que pudiéramos pasar. Seguramente eran seguidores de Evo Morales. “Todo lo vamos a hacer por la vía pacífica, nada con la violencia”, AMLO echa a andar las consultas, las redes (“traigan a 10 más”), la información nacional; un inmenso movimiento popular ha nacido, “aquí no se rinde nadie” –dice una mujer a otra que llora–, “no, si no estoy llorando, sino de felicidad de ver a tanta gente”. Un hombre de bigote blanco advierte “2006 no es 1988”. Arrancan, meten primera, el movimiento popular es una inmensa consulta. “Antes que nada, ¿aprueban ustedes esta propuesta para empezar así?” “¿Estamos de acuerdo con esto para empezar?” “¿Qué les parece si hacemos el compromiso de que cada uno de los que están aquí invite para el domingo 16 de julio cuando menos a 10 más?” “¿Cómo ven?” “¿Qué les parece?” “¿Está bien?”

* De La Jornada de México. Especial para Página/12.

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Doscientas mil personas apoyaron el sábado a López Obrador.
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