Mientras desde el Gobierno se señaló que el proceso de nacionalizaciones que anunció el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, era un tema interno de ese país, “que no afecta tampoco al Mercosur”, el discurso de asunción del mandatario venezolano provocó reacciones críticas desde sectores de la oposición.

“Nosotros no tenemos nada que decir ni mucho menos que cuestionarle a un Estado soberano”, aseguró ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, mostrando la postura del gobierno argentino frente a la decisión de Chávez de nacionalizar las empresas de luz y teléfonos de su país. Después de recibir en la Casa de Gobierno al embajador de los Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, y ante las preguntas periodísticas sobre similitudes y diferencias del proceso argentino y venezolano, Fernández expresó que la “Argentina tiene una forma que fue propuesta el 25 de mayo del 2003 que por aquel entonces era un manojo de palabras y hoy son todos hechos a la vista que uno puede exhibir con satisfacción. No hay por qué compararse ni cuestionar la decisión de otro país que sabrá por qué hace sus cosas”.

También aseguró que tenía entendido que “nada va a cambiar en el Mercosur; la situación en Venezuela es de Venezuela, y ellos sabrán lo que hacen”, descartando que las nuevas políticas venezolanas pudieran generar roces entre los integrantes de la alianza regional. Con respecto a los rumores y versiones sobre el temor de los inversores extranjeros por el rebote que esas medidas pudieran tener en el país, el ministro destacó que “la Argentina no tiene ese peligro, si es que existe en algún lugar, el peligro lo tuvo en el 2001 con el desgobierno”, ya que en aquel momento el riesgo país era de “unos cuatro mil puntos, y ahora es de menos de doscientos”.

Desde la oposición fue el gobernador neuquino y precandidato presidencial, Jorge Sobisch, quien criticó duramente la influencia que el mandatario caribeño tenía en América, y sobre todo la cercanía que éste tenía con el gobierno de Néstor Kirchner al declarar que “nuestro país tiene mucho de qué preocuparse con el nuevo panorama político y económico que habrá en el Mercosur tras las serias reformas que plantea en Venezuela Hugo Chávez, imbuido de un nuevo y mesiánico espíritu socialista”.

Por su parte, también fue crítica la opinión de la titular del ARI, Elisa Carrió, quien destacó que había dos opciones políticas a desarrollar, “un modelo de confrontación de clases, un modelo de ruptura de relaciones, de violencia para dividir a las sociedades, que es el modelo chavista, o un modelo de reconciliación de las sociedades, de lucha por la verdad y la justicia, y la república desde otro lugar, como se llevó adelante en Sudáfrica”.