EL PAíS › CRISTINA FERNáNDEZ DE KIRCHNER POSTERGó POR RECOMENDACIóN MéDICA SU VISITA A CUBA

El viaje a La Habana puede esperar

La Presidenta tenía previsto partir hoy rumbo a la isla. Decidió aplazar su salida al exterior, que incluye un paso por Venezuela, para recuperarse de la lipotimia y la deshidratación que sufrió el último jueves. Viajará el próximo sábado.

 Por Martín Piqué

La Presidenta suspendió por consejo del médico de la Unidad Médica Presidencial, Luis Buonomo, el viaje oficial de tres días a Cuba, que tenía previsto emprender hoy a las 23. La visita a La Habana –que incluía un paso posterior por Caracas– se aplazó una semana, lo que obligó a hacer llamados a Cuba y Venezuela para postergar toda la agenda pautada con ambos gobiernos. El cambio sorprendió a varios funcionarios, ya que el jueves a la noche las mismas fuentes oficiales que ayer informaron del aplazamiento decían que el estado de salud de Cristina Fernández de Kirchner, una lipotimia producto del calor y la deshidratación, no obligaría a reprogramar su salida al exterior.

La Presidenta permaneció ayer en la quinta de Olivos. Allí hizo reposo, cuidada de cerca por Buonomo, un médico de carácter afable, con militancia política y muy cercano a la familia Kirchner. Anoche, allegados al matrimonio presidencial aseguraban que CFK retomará su actividad habitual a principios de la semana próxima.

A última hora de la tarde, una vez que el Gobierno ya había informado la reprogramación del vuelo para el próximo sábado 17, Buonomo se encargó de difundir un comunicado oficial. “En atención al episodio de lipotimia y deshidratación presentado en el día de ayer (por el jueves) por la Presidenta de la Nación, del cual se recupera con tratamiento sintomático, se mantiene la recomendación médica de reposo por 48 horas”, aseguró Buonomo. El médico de la jefa de Estado explicitó que recomendaba “no viajar hasta que nuevos controles diarios lo permitan”.

El esperado viaje a Cuba se postergó una semana con el compromiso de respetar la agenda acordada con el gobierno cubano en las últimas semanas. Según pudo averiguar Página/12, la Presidenta tuvo un cuadro de baja presión bastante pronunciado, agravado por cierta deshidratación, lo que obligó a aconsejarle descanso y a recetarle que ingiriera bastante líquido. Buonomo tuvo que recetarle una dieta especial con muchas bebidas, como caldos de verdura y la deportiva Gatorade, que incluye sales minerales. Aparte de la dieta y el reposo, la Presidenta fue sometida a un chequeo general de su salud.

Según la información que recibió este diario, proveniente de la Unidad Médica de la Presidencia, todos los estudios habrían dado muy bien. Aparentemente, el tipo de malestar que sufrió CFK se produce cuando alguien se excede en el ejercicio físico, sobre todo si en el entorno hay altas temperaturas. El jueves a la noche, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, había dicho que el problema de salud de la Presidenta “no era grave”. También dijo que Cristina retomaría sus actividades en forma normal en el día de ayer. Pero eso no sucedió.

El viaje a La Habana estaba programado para hoy a las 23. Junto a la Presidenta iban a viajar ministros, secretarios de Estado y empresarios. También tenían un asiento garantizado los gobernadores Fabiana Ríos (Tierra del Fuego) y Mauricio Closs (Misiones). Tras escuchar el consejo del médico, quien pidió postergar todo una semana para evitar que la Presidenta viajara muchas horas y a un país con temperaturas más altas que las de Buenos Aires, el Gobierno aceptó prorrogar el viaje hasta el fin de semana próximo. El canciller Jorge Taiana se comunicó con su par cubano, Felipe Pérez Roque, para explicarle la situación. El propio presidente de Cuba, Raúl Castro, respondió que no había problema. Y le mandó decir a CFK que “no se preocupara” y que la esperaba “el domingo 18”.

La suspensión del viaje obligó a hacer más llamados de último momento. El subsecretario de Integración Latinoamericana de la Cancillería, Eduardo Sigal, se encargó de avisar a todos los empresarios que formaban parte de la delegación que el viaje se postergaba siete días. Dentro de la Cancillería, Sigal es el diplomático a cargo de la relación comercial con Cuba y Venezuela. Como el viaje de la Presidenta incluía una escala en Caracas, también hubo contactos con el gobierno de Hugo Chávez. Enterado de la situación, el bolivariano aseguró que reprogramarían todo el protocolo para recibir a CFK allí dentro de diez días.

Las últimas 48 horas fueron algo extrañas para los habitués de la Casa Rosada. La rutina se modificó en forma sustancial luego de que CFK suspendiera todos sus compromisos –entre ellos un esperado anuncio para el sector agrícola– por un cuadro de “lipotimia asociado a deshidratación”, según el parte médico oficial del Ejecutivo. El primer indicio de que la Presidenta había sufrido una descompensación fue su sorpresiva ausencia en un anuncio de obras públicas en Florencio Varela. Fue el jueves a la tarde, y quien terminó confirmando que la mandataria tenía una indisposición fue nada menos que su esposo, Néstor Kirchner.

Mientras el titular del PJ encabezaba el acto en el conurbano, Buonomo hacía difundir un primer parte médico. Allí se atribuía el malestar de la Presidenta a un “cuadro de lipotimia asociado a una deshidratación leve, sin causas orgánicas, ocasionado por las altas temperaturas de la época”. Buonomo también informó entonces que le había aconsejado a CFK permanecer en reposo por 48 horas. Pero las 48 horas podrían extenderse un poco más.

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Cristina Fernández de Kirchner decidió bajarse del vuelo que hoy la llevaría a Cuba, adonde viajará el próximo sábado.
Imagen: Télam
 
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