EL PAíS › FEDERACION AGRARIA CRITICO LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO. CONFEDERACIONES RURALES DIJO QUE SON INTERESANTES

Mesa de Enlace con discrepancias (internas)

En conferencias de prensa separadas, Buzzi arremetió contra los anuncios para el campo e insistió en que se preparan medidas de fuerza. Llambías evitó cuestionamientos directos y elogió que se hubiera tenido en cuenta uno de sus pedidos.

El tenor de las respuestas de los dirigentes ruralistas a los anuncios presidenciales marcó una distancia entre la mayor dureza de la Federación Agraria, cuyo titular, Eduardo Buzzi, las consideró beneficiosas “sólo para los fideicomisos y grandes pooles de siembra”, y Confederaciones Rurales Argentinas, mucho más elíptica a la hora de calificarlas. En lo que sí coincidieron los gremialistas es en pintar un cuadro crítico para el sector, tan comprometido por la sequía como por la caída de los precios internacionales de los commodities. Todavía no se avizora consenso en la Mesa de Enlace para la aplicación de medidas de fuerza.

Buzzi, que en esta ocasión quedó nítidamente cumpliendo el papel de díscolo, comenzó los cuestionamientos antes de los anuncios de la Presidenta, al señalar que éstos sólo estimulaban la “esperanza” y “no expectativas”. Para tener expectativas, consideró, los empresarios del sector deberían haber conseguido alguna participación en la elaboración de las medidas, pero no tuvieron ninguna, subrayó en tono de reproche. A ese “pecado de origen” se habría añadido luego el escaso entusiasmo que provocaron los datos concretos.

“Siempre es bienvenida una línea de crédito con apoyo estatal para comprar maquinaria. Pero lamentablemente las van a poder aprovechar sólo los poles de siembra y los fideicomisos, con más espalda financiera que los chacareros”, se quejó el hombre de FAA, cuya expectativa está puesta en la reunión prevista para el 5 de febrero. Ese día, la Federación definirá medidas de fuerza con “la idea de consensuarlas con otras entidades del campo”. Hoy mismo habrá una protesta conjunta con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Villa Constitución, Santa Fe, donde la crisis del campo tiene como corolario despidos en la industria metalmecánica ligada a la actividad y en pleno proceso de retraimiento.

Después de que la Presidenta aludiera específicamente al pedido de CRA para no subir el peso de la faena, reclamo que consideró atinado, la entidad no tuvo más que celebrar la decisión de suspender por 180 días la resolución que preveía aumentar de 260 a 280 kilos el pesaje mínimo para mandar un animal al matadero. Pero más que una ponderación de las medidas, Mario Llambías se dedicó a explicar los complejos problemas que vulneran la rentabilidad del sector y deja a algunos chacareros en una situación muy complicada. Sin embargo, fue evidente la diferencia en el tono de Llambías respecto del de Buzzi. El titular de CRA no descargó críticas rotundas a los anuncios de Cristina como hizo su par de Federación Agraria, y además fue mucho más ambiguo para referirse a eventuales medidas de fuerza. La Presidenta, al mencionar a CRA, pareció buscar que quedaran en evidencia las discrepancias dentro de la Mesa de Enlace.

Llambías consideró “interesante” el apoyo crediticio para la compra de maquinarias y dudosa la aplicación de la norma que permitiría contener el precio de los fertilizantes, ligados a la cotización de los granos: si éstos suben, es posible encarecer los insumos; si bajan, el valor de estos productos debería retroceder. El sistema gatillo se funda en acuerdos que el Gobierno celebró con los productores de agroquímicos, cuya implementación inmediata y eficaz despierta algunas dudas en los hombres de campo.

Algo similar a lo que ocurre con la declaración de la emergencia agropecuaria en distintas provincias: estas normas, según se quejó CRA ayer, suelen luego no ser homologadas por las legislaturas, con lo que las medidas derivadas de ese estado excepcional quedan sólo en promesas. Pero Llambías se cuidó de cargar las tintas en estas cuestiones adversas y, aunque no descartó de modo rotundo la participación en alguna medida propiciada por la Mesa de Enlace, dejó en claro que no está en el ánimo de la entidad decidirla en lo inmediato. “La confrontación es un paso de la actividad gremial. El último. Y espero que no tengamos que darlo”, señaló.

Una prudencia similar a la que mostró ayer el jefe de Gabinete, Sergio Massa, quien aseguró que el Gobierno tiene la puerta abierta al diálogo con la Mesa de Enlace y que “despacito” todos los problemas que se puedan ir solucionando, “se irán solucionando”. Los dirigentes de la oposición, en tanto, tienen su propio posicionamiento en esta puja que eclosionó con la frustrada suba de retenciones, que muestra una mayor empatía con los problemas denunciados por los hombres de campo. Pasado mañana, Elisa Carrió, Gerardo Morales, Felipe Solá y Francisco De Narváez participarán en una reunión que los productores están organizando en Mar Chiquita para analizar la situación del sector. Parte de una seguidilla de encuentros para debatir qué hacer y cómo posicionarse ante el Gobierno y, en ese caso, también para aceitar contactos con figuras políticas. Llambías no fue muy contundente cuando se le preguntó sobre una posible candidatura en el marco de la Coalición Cívica. “Tengo que ocuparme de los problemas del campo hasta octubre. Luciano Miguens (ex presidente de la Sociedad Rural) está más libre”, sugirió.

Hermes Binner, gobernador de Santa Fe, celebró las medidas aunque destacó su insuficiencia: “No hay ninguna para solucionar los problemas de fondo, como la caída de la producción”, juzgó el socialista. Visión similar a la de Juan Carlos Schiaretti, su colega cordobés, quien se limitó a aplaudir el impulso para la compra de maquinaria agrícola, rubro destacado en la provincia mediterránea.

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“La confrontación es un paso de la actividad gremial. El último. Esperamos no darlo”, dijo Llambías.
 
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