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Preventiva para uno de los banqueros de Menem

Después de una indagatoria de seis horas, la jueza Servini de Cubría ordenó que Carlos Rohm quedara detenido. Fue arrestado el miércoles cuando se iba a Suiza.

El vicepresidente del Banco General de Negocios (BGN), Carlos Rohm, quedó detenido con prisión preventiva ayer a la madrugada por orden de la jueza federal María Romilda Servini de Cubría, quien le imputó el delito de “subversión económica”. A Rohm lo acusan, por un lado, de haber participado de diversas maniobras de lavado de dinero. Y por el otro de haber fugado capitales después de la implementación del corralito financiero que ordenó Domingo Cavallo cuando era ministro de Economía. La prisión del banquero fue una sorpresa, ya que el rumor judicial indicaba que la jueza iba a conceder su excarcelación.
El banquero había quedado detenido el miércoles pasado, cuando intentaba partir a Zurich, Suiza. “Soy inocente” fueron las únicas palabras que pronunció la primera vez que intentaron tomarle declaración. El viernes a la mañana, la jueza volvió a intentar que el detenido hablara. Pero recién lo consiguió en la madrugada del sábado, cuando finalmente Rohm declaró durante más de seis horas en los tribunales de Comodoro Py ante Servini de Cubría, quien finalmente dispuso que continuara detenido a pesar de que la defensa –sus abogados– había pedido su excarcelación. La lógica indica que la magistrada consiguió pruebas que comprometen al acusado.
El miércoles, en su primera declaración ante la jueza, Carlos Rohm se había limitado a declararse inocente y no respondió a las preguntas de María Romilda Servini de Cubría, que fueron formuladas ante el fiscal Carlos Stornelli –quien sigue la causa por lavado de dinero– y la fiscal Alejandra Perrau, de la Procuración General de la Nación. Ese día, sus hijos y sus sobrinos estuvieron dándole apoyo moral en la puerta de los tribunales y, de paso, aprovecharon la ocasión para polemizar con los cronistas que estaban trabajando en la puerta del edificio.
El vicepresidente del BGN –apodado en la jerga periodística “Banco General de Negociados”– es uno de los bancos preferidos del ex presidente Carlos Menem. En la madrugada del viernes, Rohm negó tener vinculación con la causa. Se ve que no logró convencer a la jueza, quien dispuso que continuara detenido, tras haberlo indagado durante algo más de seis horas. El BGN está siendo investigado por su vinculación con operaciones de lavado de dinero y también con la fuga de divisas que se produjo tras las restricciones impuestas a la transferencia de fondos a principios de diciembre: el famoso corralito. La Justicia dispuso allanamientos en oficinas relacionadas con el banco y secuestró material que probaría la existencia de maniobras de fuga de capitales al exterior posteriores a la implantación de la norma, según dijeron las fuentes consultadas.
La magistrada había pedido además a la Justicia helvética la detención con fines de extradición del hermano del banquero, José Rohm, quien la semana pasada viajó a Suiza, pero luego, según parece, tomó un vuelo a Nueva York. Las autoridades suizas, según trascendió, no lo arrestaron ni impidieron su salida del país porque consideraron que el pedido de Servini de Cubría no reunía todos los requisitos exigidos por la legislación helvética para conceder una extradición.
Como banquero, Carlos Rohm siempre intentó conservar un perfil bajo. Por estos días, ver su foto en los diarios vinculada con diversos delitos debe parecerle un pesadilla casi tan siniestra como estar detenido. Rohm está preso porque tiene una causa abierta a partir de la denuncia del partido Alternativa para una República de Iguales (ARI), que apuntó al BGN como “el continuador de las operaciones que realizó el Banco de Crédito y Comercio Internacional (BBCI) para el lavado de dinero ilegal en Argentina”.
Una de las denunciantes, la diputada del ARI Graciela Ocaña, consideró además verosímil la hipótesis de una connivencia entre bancos y algunos ex funcionarios para permitir la fuga de dinero una vez instituido el corralito financiero que impide el retiro de fondos.
El BCCI fue colocado por el ARI en el centro de las sospechas por presuntas maniobras de lavado de dinero. De acuerdo con el informe, el BCCI había sido propiedad del banquero egipcio Gaith Pharaon y se habíaestablecido en Argentina para que “lavara el dinero de la droga y de las armas en el país”.

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Servini intentó interrogar a Rohm el viernes, pero él se negó a hablar de las acusaciones.
El banquero está sospechado de sacar fondos del país después del corralito y de lavado de dinero.
 
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