EL PAíS › CAMBIO EN EL MINISTERIO DE EDUCACIóN PORTEñO

Un intento de calmar a Bergoglio

El destino de Mariano Narodowski al frente del Ministerio de Educación porteño está sellado. Es vox populi entre los hombres del macrismo que será reemplazado. La perinola de nombres parece haberse detenido en Luis Liberman, ex subsecretario de Educación durante la gestión de Jorge Telerman. En los corrillos educativos aseguran que la decisión se inclinaría por Liberman como una forma de compensar el malestar que le causó al arzobispo Jorge Bergoglio el pase libre al matrimonio gay que facilitó Mauricio Macri. El ex subsecretario suele jactarse de sus buenas relaciones con el cardenal.

Narodowski timonea un ministerio jaqueado por la mala relación con los gremios docentes mayoritarios. Su procedencia de izquierda, su pase por los sindicatos ceteristas y su anclaje en PRO preanunciaban un vínculo complejo que se transformó en realidad. Sobre ese terreno, la aparición del espía Ciro James, contratado por 6000 pesos mensuales en la cartera educativa, terminó de enviciar el ambiente.

“Por ahora no”, repiten los hombres más cercanos a Macri cuando se les pregunta por la renuncia de Narodowski. Mientras tanto, sondearon sin éxito al ex ministro de Educación de la Alianza, Andrés Delich, y a su ex vice, Gustavo Iaies. También merodearon cerca de otro radical, Enrique Olivera. El titular de la comisión de Educación de la Legislatura desmintió un ofrecimiento oficial.

En el caso de Liberman, en cambio, los macristas lo dan ya como futuro ministro. El hombre supo consolidar su vínculo con la Iglesia como director general de Educación Privada. Durante su gestión, los subsidios a las escuelas particulares se incrementaron superando todos los parámetros históricos. Desde la subsecretaría, en la última etapa de gobierno de Telerman, reforzó esa tendencia que siguió profundizando el macrismo.

La ex vicejefa de Gobierno y diputada electa, Gabriela Michetti, tiene en Bergoglio a un guía. El cardenal tronó cuando se enteró de que Macri no iba a apelar la decisión judicial que habilitó el matrimonio gay en su arquiciócesis. En un intento por evitar el escarmiento, el macrismo habría decidido extender la mano eclesiástica a todo el sistema educativo. En la Dirección General de Educación Privada ya está Enrique Adolfo Palmeyro, un ex seminarista, profesor de Teología y representante de la Vicaría de Educación en la Comisión Arquidiocesana de Pastoral y director del Programa Escuelas Hermanas del Arzobispado de Buenos Aires. De más está decir que gran parte de las escuelas privadas que representan la mitad del sistema porteño son católicas.

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