EL PAíS › LA COMUNIDAD GAY, ENTRE EL FESTEJO Y EL ANALISIS DE LO SUCEDIDO

“Es una conquista titánica”

Los principales referentes de las organizaciones de gays y lesbianas pasaron el día dando notas, conferencias de prensa, brindando y llorando. Aquí explican el significado del logro político y los desafíos que se abren a partir de ahora.

 Por Emilio Ruchansky

La voz ronca tras el largo festejo en la calle y el castigo del frío que se soportó hasta la aprobación de la ley de matrimonio igualitario no opacan el orgullo en el que está embebido Esteban Paulón, secretario de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt). “Lo que más me impactó fue la cantidad de mensajes que recibí de la gente que conocí después de tantas reuniones, viajes a las provincias; mensajes hermosos de personas que se animaron a ser visibles, que fueron conmigo a la plaza a festejar”, dice este militante desde la primera hora. El punto más alto, agrega emocionado, fue el pedido de casamiento que una activista marplatense le hizo a su novia, en un plenario nacional de la Falgbt: “Volví a ver la dimensión humana de la ley, es como que te pegan un sopapo y te acordás de qué se trata”.

Ayer, muchas parejas de militantes que no se animaron a pedir matrimonio por la vía judicial en su momento, dice Paulón, “salieron del armario” y ya estaban haciendo sus planes, como las marplatenses. Otros, como la María José Di Bello y Alex Freyre, la primera pareja en contraer matrimonio en Latinoamérica, decidieron irse de una buena vez de luna de miel. “La tarea está cumplida”, dijo Freyre en una conferencia de prensa, ayer a la mañana. “Hace 200 años que nuestro Himno nos viene hablando de la igualdad: Ved el trono a la noble igualdad... Eso dice y eso estamos festejando porque hemos conseguido la igualdad”, completó su marido.

Martín Canevaro, quien también logró casarse tras presentar un amparo en la Justicia, habló de alivio. “Esto viene a sanar tanta agresión”, dijo el presidente de 100% Diversidad y Derechos y agregó: “Soportamos que se digan tantas cosas en este debate, que somos perversos, promiscuos y cuántas cosas más. A partir de ahora no se puede discriminar más. Esta ley es para eso, va a servir para que los jóvenes que todavía tienen miedo puedan vivir mejor”. Paulón, Freyre, Di Bello y Canevaro coincidieron en el profundo cambio que habrá en la cotidianidad de miles de parejas de gays y lesbianas en Argentina.

Sin embargo, como observó ayer Analía Molinari, una integrante de la organización de estudiantes autoconvocados Andamio de Santa Fe, “una ley no termina con la discriminación ni con los prejuicios”. Un coterráneo suyo, el presidente de la Asociación Vox, Guillermo Lovagnini, también resaltó este desafío: “De aquí en más, el trabajo de los activistas será por la igualdad social, tendremos que hacer un trabajo fuerte en lo cultural, porque el problema más complicado que tenemos es la homofobia”.

Entre los activistas “históricos”, como César Cigliutti, el entusiasmo dejó paso a la nostalgia. En diálogo con Página/12, el presidente de la Comunidad Homosexual Argentina contó que lloró mucho cuando estaba festejando en el escenario montado por el Instituto contra la Discriminación en la Plaza del Congreso. “Lloré como la mitad de la gente que estaba ahí y no podía dejar de abrazar a mi marido –recordó–. Lloré de la emoción y también de la tristeza por todos los compañeros y compañeras que no llegaron a vivir para ver esto. Sobre todo, me acordé de Carlos Jáuregui, el primer activista en poner su nombre y apellido, en poner el cuerpo y bancarse todas las críticas.”

Las leyes, además de dar derechos, educan. Es lo que rescató ayer Cigliutti, quien señaló que el matrimonio igualitario se inscribe en una larga acción militante y recordó aquel primer antecedente jurídico en 1992, cuando la CHA logró la personería jurídica, luego de acudir hasta la Corte Suprema de Justicia. “Esta es una conquista titánica por todo lo que se debió hacer y una conquista histórica, de esas que van a figurar en la cronología de la Argentina y de Latinoamérica”, agregó.

La presidenta de la Falgbt, María Rachid, al frente del plenario nacional de activistas por la diversidad en el porteño Hotel Bauen, señaló ayer lo que sigue por delante, al menos, parlamentariamente hablando. La ex diputada socialista Silvia Augsburguer presentó un proyecto de Identidad de Género en el Congreso, para que las y los travestis puedan tener un documento acorde a la identidad sexual que eligieron mediante un trámite administrativo, y no judicial como ocurre actualmente.

“Este no reconocimiento genera sufrimiento y dolor a muchas travestis, cuyo promedio de vida son los 35 años, por lo cual deben poder acceder a derechos humanos básicos”, dijo Rachid. Y siguió mirando para adelante:

“También vamos a estar trabajando articulados con otros sectores sociales, ya que esta ley puede abrir la puerta a otras, referidas a migrantes, discapacitados o el tema de la despenalización del aborto, que en Argentina tiene un obstáculo común con la de matrimonio, ya que la Iglesia quiere imponerse sobre el conjunto de la sociedad”.

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Hasta la tardía hora de la votación, y más también, los militantes estuvieron en la Plaza del Congreso.
Imagen: Rolando Andrade
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