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La pareja no hizo un anuncio oficial, pero algunos amigos y allegados se apresuraron a dar la buena nueva: a la edad en que casi todos los hombres disfrutan dándoles gustos a sus nietos, Carlos Menem será nuevamente papá. El tratamiento de fertilidad asistida al que se sometieron el ex presidente y su esposa Cecilia Bolocco parece así haber dado sus frutos e, incluso, hay quienes afirmaron que la ex Miss Universo chilena está esperando mellizos. A poco más de dos meses de las elecciones, si es que finalmente se concretan el próximo 27 de abril, todo lo que tenga que ver con un candidato presidencial puede influir en su performance, y en el ambiente político ya empezaron a hacerse especulaciones sobre si la paternidad le dará a Menem algún tipo de rédito electoral. Diversos encuestadores consultados por Página/12 coincidieron en señalar que mal no le viene, pero que es imposible medir si en última instancia le reportará una mayor cantidad de votos.
El anuncio de que volverá a ser padre a los 72 años no lo hizo Menem, ni tampoco su esposa de 37 años, sino hombres que hacen gala de su amistad con el ex presidente. “Cecilia Bolocco está embarazada”, declaró, por ejemplo, el conductor televisivo y ex interventor de ATC durante la gestión menemista Gerardo Sofovich. El sindicalista y ex titular del Banco Hipotecario Nacional Alfonso Millán, otro integrante del círculo íntimo de Menem, tampoco pudo ocultar su entusiasmo con la novedad y que la ex Miss Universo chilena está embarazada de mellizos. “De los cuatro óvulos que fecundaron –precisó–, dos prendieron” (ver aparte).
Los peronistas que acompañan a Menem en su campaña para retornar a la Casa Rosada dijeron ayer a este diario que el ex presidente no les comentó nada al respecto, pero reconocieron que el tema es motivo de conversaciones de marcado tono jocoso.
Al margen de las bromas y los comentarios de todo tipo que por cierto no sólo los menemistas hacen, en el mundillo político la paternidad de Menem ya se analiza desde otro ángulo porque el ex presidente está en plena carrera electoral. La atención está centrada en determinar hasta qué punto el hecho de ser padre podría influir en su campaña.
“Un anuncio de estas características no le va a restar ninguno de los votos que ya tiene; eso es seguro. Lo que no está claro, en cambio, es que le vaya a sumar electores”, reflexionó Rosendo Fraga. El responsable del Centro de Estudios Nueva Mayoría dijo, de todos modos, tener la sensación de que la paternidad “tiene más chances de beneficiarlo que de perjudicarlo”. Su razonamiento fue sencillo: “Le va a permitir aumentar su presencia mediática y para un político en campaña estar en los medios siempre trae más ventajas que desventajas”.
El titular de la consultora Equis, Artemio López coincidió en el análisis. “La figura de los pibes es bastante poderosa y a Menem, sobre todo, puede llegar a reforzarle un perfil más humano que para mucha gente no tiene”, explicó. También especuló con que el hecho de tener un hijo “va a desbordar el ámbito político y le va a permitir entrar directamente en las revistas del corazón. O sea, lo mete derecho en las mesitas de la peluquería, lo cual es una búsqueda incesante de todo político”.
López –quien celebró que “el nacimiento de un chico siempre es una buena noticia, más allá de quién sea el padre”– recordó, además, que “en el PJ hay una larga tradición de asociar poder, virilidad y capacidad de gestión. A Perón, por caso, siendo ya septuagenario los peronistas lo asociaban con atributos de virilidad que en verdad no se sabe si tenía”.
“La estrategia de Menem siempre ha sido la de mantenerse en el medio del escenario, siendo figura con noticias para bien o para mal. Como efecto de marketing, tal vez no consciente, este hecho es importante y tiene un gran efecto. La incógnita es si se traduce en una mayor cantidad de votos”, apuntó Ricardo Rouvier. El consultor opinó también que la paternidad es “favorable para el personaje y aparece como una reafirmación de su capacidad hormonal. En un hombre que busca permanentemente afirmar su yoesto contribuye y puede reportarle una mayor inserción, sobre todo, en los sectores medios bajos y bajos de la población”.
“Esto refuerza su imagen de todopoderoso”, acordó Heriberto Muraro y se permitió una broma: “Yo tengo 65 años; la verdad que para mí es un ídolo”. En tono irónico señaló, además, que “mientras el jefe sea prolífico puede ser el jefe de la tribu. O sea, en un sentido mítico lo puede favorecer, pero vaya a saber si los argentinos creen a esta altura en los mitos”. Si bien Muraro coincidió también en que ser padre le reportará a Menem mayor presencia mediática, consideró que “eso va a convencer a los que ya están convencidos, pero todos los demás verán el hecho como algo trivial o imaginarán las cosas más siniestras al respecto”.