EL PAíS › OPINION

Las flores de Catamarca

 Por Alicia Kirchner *

En Catamarca ganamos los argentinos porque triunfó el reconocimiento de un pueblo a la recuperación de un proyecto nacional que tiene al federalismo como principio articulador de su crecimiento y desarrollo.

Para quienes conocemos la realidad política y social de la provincia no fue una sorpresa la victoria de Lucía Corpacci, como tampoco desde una mirada nacional nos sorprende el comportamiento de las corporaciones monopólico-mediáticas que inmediatamente comenzaron a de- sacreditar el triunfo del Frente para la Victoria Catamarqueño. Corporaciones que en alianza con intereses económicos, intentan sistemáticamente obstruir el desarrollo, consolidación y, en este caso, la “descentralización” del proyecto nacional y popular de la mano del federalismo.

El pueblo catamarqueño quiere sentirse parte de la Argentina y estar a la altura del momento histórico que vivimos, confía y es consciente del cambio en las políticas del gobierno nacional a partir del 25 de mayo del 2003. Habló claro a través de las urnas el pasado domingo. El oportunismo político de adelantar las elecciones provinciales con la intención de debilitar el proyecto nacional en Catamarca, y desde ahí esmerilar la elección presidencial, evidenció falta de lectura de la realidad política nacional, más aún de la comprensión de lo que realmente se está discutiendo en estas elecciones.

La nueva gobernadora electa, Lucía Corpacci, fue elegida por los catamarqueños porque visualizaron en ella la expresión política del proyecto nacional en la provincia. La legitimidad de su fuerte trabajo territorial y su compromiso en tratar de revertir en Catamarca las asimetrías en términos sociales y económicos marcan una clara coherencia y sintonía con esa misma legitimidad que construyeron en primer lugar Néstor Kirchner y posteriormente Cristina Fernández de Kirchner. Corpacci supo imprimir ese compromiso transformador y entrega para con su pueblo a través del desarrollo en la provincia de las políticas sociales del Ministerio de Desarrollo Social bajo mi responsabilidad política institucional y posteriormente su vocación militante la expresó a través de las funciones en los poderes Ejecutivo y Legislativo.

La participación de una nueva generación política imprimió un impulso decisivo el último domingo, participación no sólo expresada en la figura del vicegobernador electo Dalmacio Mera, sino en la activa militancia de los jóvenes durante la campaña, en la elaboración de las propuestas de gobierno y en la masiva concurrencia juvenil en la votación del domingo. Expresión de la militancia de la nueva Argentina que nuestra Presidenta define como “la generación del Bicentenario que tiene la oportunidad esta vez de escribir su propia historia y ser el sujeto social que profundice este modelo de país”.

El partido radical debe saber leer y comprender en profundidad el momento histórico que transita nuestro país, realizar una fuerte autocrítica de su alineamiento ideológico como propuesta política, en relación con la representación que desea asumir y los caminos para lograrla. O se ubica en los senderos de las mayorías populares y construye en ese sentido o se coloca en la funcionalidad a los intereses económicos monopólicos que buscan el regreso al neoliberalismo.

Nuestro movimiento nacional abre las puertas a todas las expresiones políticas que coincidan en los ideales de independencia económica, soberanía política y justicia social; el radicalismo, en algunos momentos de la historia, supo coincidir con estos ideales. Cuando se alejó, el pueblo argentino vivió sus horas más difíciles; la peor crisis económica, política y social que sufrió nuestro país en el año 2001 quedó marcada en la memoria colectiva; el comportamiento de muchos de sus dirigentes en los últimos años también quedará inscripto en las páginas grises de la historia.

Como decía el general Juan D. Perón, “es la hora de los pueblos” y no de las corporaciones económicas. Esperemos que el radicalismo supere la crisis de identidad que sufre desde hace muchos años y retome los ideales democráticos populares que supo defender. Es hora de reflexionar, el pueblo avanza.

Construir un país que se articule desde el desarrollo de las economías regionales, que imprima una matriz productiva diversificada, que revierta las fuertes asimetrías al interior profundo de las provincias que los proyectos oligárquicos liberales impusieron a sangre y fuego a lo largo de la historia de los siglos XIX y XX necesita del apoyo popular de todos los argentinos de todas las provincias. Catamarca demostró al país el último domingo qué proyecto de provincia y país está dispuesta a construir.

* Ministra de Desarrollo Social.

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