EL PAíS › DANIEL FILMUS, CANDIDATO A JEFE DE GOBIERNO PORTEÑO DEL FPV

“Queremos un Estado activo en la solución de problemas”

El candidato del Frente para la Victoria imagina que mucha gente decidirá su voto el mismo domingo y que puede ganar si elige un modelo de ciudad que priorice una sociedad más igualitaria.

 Por Nora Veiras

En el cierre de campaña, Mauricio Macri lo cruzó ayer en una radio y, mientras le extendía la mano, dijo entre dientes: “Voy a saludar a la víctima” (ver página 4). Daniel Filmus no lo escuchó. Horas más tarde, el candidato del Frente para la Victoria se descargó ante Página/12: “A confesión de parte, relevo de prueba. Claro que soy la víctima y que Macri, cuando no tiene a Durán Barba detrás, dice verdaderamente lo que piensa. Esa agresión y falta de respeto se contraponen con la buena onda y la pose de pastor evangélico que adoptó. Es evidente que el único que agrede es él”. Las cartas están echadas, el domingo se define la elección. Filmus confía en seducir a quienes no fueron a votar, lo hicieron por otro o se refugiaron en el voto en blanco para evitar otros cuatro años de gestión PRO.

–¿Cómo define a Mauricio Macri?

–En el momento de mayor presupuesto de toda la historia de la Ciudad –llegó a 6500 millones de dólares–, Macri realiza una gestión muy mediocre y en sus concepciones, no ya teóricas, sino de la práctica concreta de distribución de recursos y fijación de prioridades, claramente retrógrado y conservador en el sentido neoliberal de la palabra.

–¿A qué atribuye que lo hayan votado mayoritariamente en primera vuelta?

–Estamos muy cerca para hacer un análisis profundo y hay que ver la Ciudad en el contexto nacional. Debe haber un grupo de gente que está de acuerdo ideológicamente con la perspectiva de Macri. Otra parte de la gente que en momentos de bienestar vota a los oficialismos. En general, la gente ve que está mejor y lo adjudica indistintamente al gobierno local o nacional. Macri en los últimos días insistió con votar a Cristina...

–Pero de inmediato salió a aclararlo.

–Es evidente que le dan letra, no sabe cuándo aplicarla. Es lo mismo que hizo María Eugenia Vidal, parece que hay una persona que les dice qué decir a los dos y el objetivo es disminuir esta conflictividad que siente un habitante al votar a los dos oficialismos: uno conservador y el otro transformador. Hay un sector que debe votar por una cuestión de popularidad, eso lo sentí mucho en la zona sur. Había lugares donde el 50 por ciento de la gente no podía opinar sobre mí. A algunos lugares se llega por popularidad, por estar en los programas no políticos, por haber sido presidente de Boca. Debe haber también otras variantes con la aparente modernidad de su campaña y otros votos que se oponen al gobierno nacional. Esto explica el corrimiento desde la Coalición Cívica hacia el macrismo. También el radicalismo, que tuvo poco más de un punto, y el Peronismo Federal, que sacó 0,3. Quizás hubo sectores que temieron un Frente para la Victoria triunfante y corrieron esos votos ya en la primera vuelta como lo hubieran hecho en la segunda.

–¿Qué de lo que hizo Macri usted seguro no haría?

–Hablando de lo estructural, priorizaría las áreas sociales: educación, salud, vivienda, la urbanización de villas. Serían privilegiadas las grandes obras de la Ciudad y no colocar muchos recursos en obras de maquillaje. Seguramente no hubiera suspendido la Ley de Basura Cero, no dejaría de hacer el hospital de Lugano, avanzaría en la descentralización buscando la armonización norte-sur, pero también resolviendo el tema del tránsito, del transporte, generando mayor heterogeneidad en los barrios. Ir llevando justicia, comercio, cultura, trabajo e incluso circuitos turísticos a los barrios.

–Al Frente para la Victoria se lo señala por tener un discurso muy ideologizado que no llega a hacer carne en la gente, ¿hace alguna autocrítica en ese sentido?

–La peor conclusión a la que podemos llegar es que nosotros deberíamos haber maquillado nuestro discurso. Porque la gente está bien y no necesita lo público, entonces abandonemos lo público. La gente que yo llamaría “marxista”, pero por Groucho Marx, por aquello de “éstos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros”, me parece que está en una actitud equivocada. Debemos saber llegar con nuestra propia mirada pero, por supuesto, con una comunicación que quizá no fue la más acertada. Nosotros en la Ciudad de Buenos Aires subimos del 11 por ciento a 28 de las legislativas del 2009 y si miro la del 2007, de 23 a 28. Si pensamos que ese 23 anticipó un 45 por ciento para Cristina a nivel nacional, ¿cuánto va a predecir este 28? Es decir que hemos interpelado mucho mejor a los sectores medios teniendo una tercera fuerza que ahora la comenta como anecdótica, pero que cuando empezamos la campaña estaba cabeza a cabeza con nosotros, que es Pino Solanas.

–¿No es llamativo que Macri después de cuatro años de gestión haya incrementado dos puntos la elección de 2007?

–Lo que tuvo Macri fue la protección enorme de los grandes medios de comunicación. Discutir que Macri estaba procesado, que había nombrado al Fino Palacios, que estaba Ciro James, que tenía la UCEP, que en medio de la campaña tuvo que ir a declarar a Tribunales, que Palacios confesó que utilizó a la ciudad para investigar a legisladores de la oposición, los problemas de salud y educación. Fue una ventaja ser oficialismo a pesar de que la gestión fue de mediocre para abajo. Supo a través de obras de maquillaje hacer muchos pequeños movimientos en distintos lugares de la Ciudad, pero ningún gran movimiento urbano importante. Tuvo el acierto de hacer como que hacía, sin resolver los temas centrales, y victimizarse. Muchos creyeron que era la Nación la que le impedía avanzar a la Ciudad.

–Los sondeos muestran un crecimiento del voto en blanco para el ballottage. ¿Cómo va a hacer para convencerlos de que lo voten?

–Mucha gente tomará la decisión a último momento y tiene que ver con la comparación de los modelos de Ciudad. Con la posibilidad de incidir con nuestras propuestas, mostrar que somos los que estamos capacitados para hacer una línea divisoria: los que quieren un Estado activo en la resolución de los problemas o un Estado contemplativo para que resuelva el mercado, entre quienes quieren una ciudad más igualitaria y los que no quieren. Se trata de igualdad y eficiencia por un lado y prescindencia por otro. Creo en la apelación al voto positivo porque la Ciudad puede estar mucho mejor, puede ser mucho más igualitaria, porque no sólo puede ser rica, sino que también puede ser justa, porque si funcionan bien la educación y el hospital público, no sólo están mejor los que tienen que apelar a esas instituciones, sino todos los porteños. Fue muy difícil perforar la agenda que nos pusieron los medios: entrar al debate era contestar cinco preguntas sobre Schoklender primero y en algunos lugares tenía que decir “escúcheme, soy el candidato, hágame una pregunta sobre la Ciudad”. Cuando entramos al ballottage, la primera semana se la llevó el debate sobre Fito Páez y después la autocrítica en Carta Abierta.

–“Lo ayudaron”.

–Un debate en Carta Abierta o una nota de Fito nunca pueden llegar a ser titulares de diarios durante no sé cuánto tiempo. Macri hizo una campaña para no estar en los medios, ni con periodistas que lo cuestionaran. Yo fui a todos lados y siempre me vincularon con temas nacionales.

–¿Se sintió respaldado por la Presidenta durante la campaña?

–Me sentí totalmente acompañado en lo personal, con un seguimiento diario, y en lo público, todas las veces que compartimos espacios. Se hace muy difícil. El titular de un diario cuando se inauguró Tecnópolis fue “Inauguró Tecnópolis y Cristina no mencionó a Filmus”. En el acto por Eva, titularon: “Inauguró el monumento metiéndose en la campaña porteña” porque estaba yo en la primera fila. Hicimos una buena elección, obtuvimos medio millón de votos. Me acuerdo de Néstor (Kirchner) diciéndome: “Necesitamos llegar alguna vez al medio millón de votos en la Ciudad de Buenos Aires”. Tenía esa expectativa. El desafío está en la segunda vuelta, llegar al 50 más uno de los votos. El contexto que tenemos que evaluar es que nunca hubo tanta militancia, tanto trabajo en los barrios, ganamos en villas, en circuitos de la zona sur. Recuperar el espacio de los más humildes es fundamental.

–¿Cómo espera el domingo?

–Haciendo campaña hasta mañana (por hoy) a las 8. Con mucha expectativa. Con Carlos (Tomada) nos decimos: ¿Dónde están los que no nos votan? Todo el mundo nos saluda, hay afecto, hay casi una demanda: “Ganen”. Tuvimos un voto de cada tres y es un voto muy intenso. En 2007 había una adhesión, hoy hay un enamoramiento con nuestra fuerza de un sector importante de la Ciudad que si uno lo organiza está en condiciones de llegar al poder.


El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, candidato del PRO para las elecciones del domingo, no respondió a los pedidos de entrevista realizados por Página|12.

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