–¿Cuáles serían las tres iniciativas más importantes que promovería en el Congreso si logra su reelección como diputado?

–Todos los diputados del FAP por la Ciudad hemos presentado un compromiso con cinco ejes. La democratización, con un tema fundamental para el esquema de gobernabilidad de la Argentina que es la libertad y la democracia sindical. La igualdad: sacar por ley la Asignación Universal por Hijo, un seguro de empleo y formación para los desocupados y el 82 por ciento para los jubilados. Un fondo nacional para el desarrollo para ferrocarriles, industria naval y la creación de una petrolera estatal. El compromiso con la autonomía de la Ciudad en transporte, medio ambiente y seguridad. Y la integración regional y la elección directa de los diputados del Parlasur.

–Jamás descartamos algún acuerdo. A todos nos resultó insólita la decisión de Pino y sus amigos de no ser parte del FAP, donde ahora está la mayoría de las expresiones políticas que integrábamos el Movimiento Proyecto Sur. La propia ciudadanía ya le dijo, en la elección porteña y en las primarias, que la decisión que tomó no fue la más adecuada.

–No vamos a octubre al debate por un legislador más o menos, vamos por la discusión del gobierno en la Argentina. En las primarias quedó claro que la gente sepultó al pasado y que frente a la confrontación con el pasado privilegia mantener lo que tiene. Al mismo tiempo, el respaldo que conseguimos en muy corto de tiempo con la candidatura de Hermes Binner demuestra que hay aliento para la construcción de una perspectiva diferente. Se puede gobernar mejor.

–Vamos a discutir el gobierno. Queda claro que para nosotros el resultado de las primarias es un piso y que para el resto de la oposición fue un techo.

–El resultado de las primarias demuestra que la discusión tiene que ser para adelante, cómo crear una nueva matriz productiva, cómo se replantea la explotación de los recursos naturales o cómo se democratiza la Argentina. El Congreso debería ser caja de resonancia de esa discusión. Es hora de terminar con un Parlamento atosigado por una lógica de oficialismo y oposición para pasar al debate de los grandes temas nacionales.