EL PAíS › EN RIO NEGRO, EL CANDIDATO DEL FPV, CARLOS SORIA, SE IMPUSO ANOCHE ANTE EL RADICAL K CESAR BARBEITO

Sopló el viento patagónico para los radicales

Al cierre de esta edición, Soria alcanzaba el 51,4 por ciento de los votos y el candidato del oficialismo provincial llegaba al 34. “Necesitamos que Cristina sea presidenta el 23 de octubre, ese es el gran paraguas que nos cobija”, dijo el intendente de Roca.

 Por Nicolás Lantos

Por primera vez desde 1983, un peronista gobernará Río Negro: el intendente de General Roca, Carlos Soria, se impuso ayer por un amplio margen al candidato radical y ministro de Educación de esa provincia, César Barbeito. De estrecha relación con Eduardo Duhalde pero alineado dentro del Frente para la Victoria, Soria no contó con el apoyo de un sector del kirchnerismo local, que se mantuvo junto al actual gobernador Miguel Saiz, un dirigente de la UCR que se sumó primero a la Concertación Plural y se mantuvo junto a la Casa Rosada tras la defección del vicepresidente opositor Julio Cobos. De todas formas, eso no le impedía anoche a Soria llegar al 51,45 por ciento de los votos (al cierre de esta edición), mientras que el oficialismo provincial alcanzaba 34 puntos. Alrededor de las diez de la noche, Barbeito, delfín del gobernador, salió a reconocer la victoria de su rival. “Necesitamos que Cristina Fernández sea presidenta el 23 de octubre, ese es el gran paraguas que nos cobija”, dijo Soria anoche, con la elección asegurada. “Tenemos las ganas y la fortaleza para sacar adelante la provincia, como hicimos con Argentina desde 2003”, agregó. Así, Río Negro se convirtió en la segunda provincia del país, después de Catamarca, en la que el oficialismo local perdió los comicios a gobernador este año.

La de ayer fue la última escala del calendario electoral argentino antes de las elecciones presidenciales del 23 de octubre, y se enfrentaban dos fórmulas que se referencian en el gobierno nacional, cuya boleta había alcanzado el 60 por ciento en las primarias del 14 de agosto. Finalmente, alrededor de la medianoche, el Frente para la Victoria, que presentó la fórmula Carlos Soria-Alberto Weretilneck, obtenía, con el 69 por ciento de las mesas escrutadas, el 51,45 por ciento de los votos válidos emitidos. El binomio César Barbeito-Julio Arriga (Alianza Concertación para el Desarrollo más adherentes), en tanto, conseguía el 34 por ciento sumando las diversas listas de apoyo, un número bajo para el radicalismo en la única provincia en la que, hasta ayer, tuvo hegemonía durante los últimos veintiocho años.

A pesar de que los datos se fueron cargando con parsimonia, cerca de las diez de la noche ya resultaba evidente que la ventaja que tomaba Soria se volvería irremontable, por lo que Barbeito salió a reconocer la derrota y felicitar a su adversario, acompañado por el gobernador Saiz. “No pudimos llegarle a la gente con este proyecto. Asumo la responsabilidad –dijo el actual ministro provincial en una conferencia de prensa convocada para dar por concluida la compulsa electoral–. Hay que seguir trabajando y voy a acompañar a Miguel para que termine bien su mandato”, señaló, sentado junto al mandatario.

Barbeito reivindicó el trabajo hecho por Saiz en los últimos cuatro años como “el gobierno que mayores posibilidades les dio a los rionegrinos”, aunque también pidió ser “respetuoso de la decisión del pueblo” que “ha decidido otro camino” político tras 28 años de hegemonía radical. Por su parte, el gobernador felicitó a Soria por lo que calificó como “un muy buen triunfo” del peronismo y remató: “Nos hubiera gustado estar festejando un nuevo triunfo, pero las urnas dicen otra cosa. Ojalá los que ganaron mantengan la paz social, que es muy importante. Hemos perdido una batalla y no la guerra”.

Bastante más tarde el ganador dio sus primeras declaraciones, desde su local partidario en General Roca. Allí salió con dureza a contestarle al gobernador: “Depende de Saiz que se mantenga la paz social. Tendría que haber hecho muchas cosas que no se hicieron”, criticó, en referencia a las acusaciones de fraude (ver aparte). Luego atribuyó la victoria a que “existió un cansancio moral” de los rionegrinos hacia las actuales autoridades porque “a la provincia le ha ido muy mal” y “ha tenido muy malos funcionarios”. Incluso concluyó: “No hemos tenido un gobernador, no hemos tenido una cabeza visible”.

El gobernador electo le pidió “a la comunidad que ayude a gobernar” y negó que tenga planeado despedir trabajadores estatales, como sostenía un rumor que circuló durante los últimos días de campaña. Minutos antes de la medianoche, Soria salió a saludar a los simpatizantes que se acercaron a su local a festejar y, en diálogo con los medios, relató que la presidenta Cristina Fernández lo llamó para felicitarlo y se manifestó “gratamente sorprendida” por la amplitud del resultado. Junto a él, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, destacó que tanto el gobernador electo como su vice, el actual intendente de Cipolletti, “han hecho de la gestión dos valores fundamentales para que hoy el pueblo de Río Negro se exprese a favor de esta fórmula”.

El tercer lugar de los comicios lo disputaban la candidata de la Coalición Cívica, Magdalena Odarda, con el de la Confluencia para la Emancipación Rionegrina, conformada por el Partido Socialista, Proyecto Sur y otros aliados de centroizquierda, que llevaba como postulante a Omar Lehner y que al cierre de esta edición conseguía unas décimas de ventaja, 5,72 a 5,39 por ciento. Completaban la nómina el Partido Comunista, el Partido Obrero y el Partido Demócrata Progresista, aunque en ningún caso pudieron mover el amperímetro.

Además de las autoridades provinciales, se eligió la nueva conformación de la legislatura rionegrina, que desde el recambio de diciembre tendrá tres bancas más que hasta ahora, llegando a 46 escaños. En ese rubro, el FpV también se imponía con comodidad y, según los cálculos que se hacían ayer al cierre de esta edición, estaba obteniendo unos 31 legisladores, mientras que la Concertación se quedaría sólo con 11 bancas. El peronismo, además, conseguía la intendencia en la mayoría de las veinte localidades que estaban en juego.

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Soria, junto a su vice Alberto Weretilneck, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el senador Miguel Pichetto.
Imagen: Télam
 
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