EL PAíS

Dos miradas sobre la reunión de CFK-Obama

Jorge Taiana *

“Es un reconocimiento”

La reunión de la Presidenta con Barack Obama implicó un reconocimiento a la solidez de la situación de recuperación de la Argentina en general y, en particular, un reconocimiento a la consolidación del liderazgo de Cristina Kirchner. Ese reconocimiento se da en tres planos: el multilateral, el regional y el bilateral. En lo multilateral, el reconocimiento tiene que ver con la actuación de Argentina en el G-20, ya que es una voz con cada vez más respeto por varias razones: porque desde 2003 venimos diciendo lo mismo, porque la salida de Argentina de la crisis y su recuperación muestran la validez del rumbo que tomó, y porque la experiencia de lo que hizo una líder como Cristina se escucha con atención en el marco de la crisis mundial. En el plano regional, se reconoce a nuestro país en su carácter de tercero en Latinoamérica y segundo en Sudamérica, y creo que la reelección de Cristina plantea un fortalecimiento del liderazgo de Argentina por lo que desde el punto de vista regional, también hay un reconocimiento de ese rol. A nivel bilateral, hay puntos en común importantes entre Argentina y Estados Unidos, como la defensa y el fortalecimiento de la democracia en la región, la lucha por la no proliferación nuclear y contra las armas de destrucción masiva y el terrorismo mundial. En resumen, ha sido una buena reunión, un reconocimiento a la consolidación política del proceso abierto en el 2003, y esto tiene consecuencias favorables tanto en lo global como en lo regional y lo bilateral.

* Ex canciller.


Carlos Escudé *

“No son nuestros amigos”

Fue un encuentro magnífico que demuestra que lo que ha dicho la oposición sobre que las relaciones con Estados Unidos estaban rotas era un discurso falaz. Estos países cooperan en los temas fundamentales, por lo que los incidentes menores, como el de la valija por la que los yanquis trataron de contrabandear elementos de espionaje, pasan a un segundo plano. Pero hay que estar advertido y saber que la reconciliación es superficial; porque Estados Unidos no está interesado en un gobierno que gobierne para los argentinos. Ellos quieren un gobierno que haga un megacanje como el de De la Rúa o que privatice las empresas estatales como el de Menem. Quieren un gobierno que permita un juego libre de los flujos financieros para que sus capitales entren y salgan, succionando las riquezas del país. Esa es la razón por la que la Embajada de Estados Unidos ha sido más amiga de la oposición que del Gobierno y la embajadora se juntó con Macri en su propio despacho y le permitió que él le pidiera que fueran más duros con el Gobierno (como pudimos enterarnos por las filtraciones de Wikileaks). En este momento, Estados Unidos se da cuenta de que la oposición le vendió pescado podrido: le hizo creer que Cristina Kirchner no sería reelecta, lo que resultó ser burdamente falso. Entonces, nos encontramos con esta situación. Enhorabuena, porque con Estados Unidos es mejor llevarse bien que llevarse mal. Pero, a no hacerse ilusiones: no son nuestros amigos.

* Doctor en Ciencia Política de la Universidad de Yale.

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