EL PAíS › PELEA ENTRE UN GRUPO DE INTELECTUALES CRITICOS AL GOBIERNO

Una plataforma inestable

“Plataforma para la recuperación del pensamiento crítico”, se titula un documento que se dio a conocer el miércoles. Ayer, algunos de sus firmantes se retiraron en desacuerdo con la presencia de Beatriz Sarlo.

Un grupo de intelectuales y artistas dio a conocer el miércoles, a través de un blog, un documento llamado “Plataforma para la recuperación del pensamiento crítico”, en el que se cuestionan varios aspectos de la política del Gobierno y el rol de los “intelectuales oficialistas”. Beatriz Sarlo, el escritor Guillermo Saccomanno, el jurista Roberto Gargarella y la socióloga Maristella Svampa fueron algunos de los que lo firmaron. El documento fue reproducido ayer en algunos medios de comunicación y circuló por redes sociales bajo el nombre de “Plataforma 2012”. Fue presentado como “la contracara de Carta Abierta”. Pero la discusión sobre el rol de la intelectualidad duró poco y, ayer por la tarde, Saccomanno difundió una carta anunciando que tanto él como la socióloga Norma Giarracca habían decidido retirar su firma debido a la presencia de Sarlo entre los firmantes (ver aparte). “Sentimos que hubo una manipulación de los medios hegemónicos”, expresó la socióloga.

En diálogo con Página/12, Sarlo se desmarcó del grupo. “Fui una simple firmante. Me lo mandaron un día antes de publicarlo, así que no sé nada”, explicó la autora de La batalla de las ideas al ser consultada por la renuncia de Saccomanno y Giarracca, quienes fueron acompañados en su decisión por el epistemólogo Miguel Teubal y el médico investigador del Conicet Andrés Carrasco.

Clarín presentó al grupo como “una contracara para Carta Abierta” y La Nación como “un frente alternativo a Carta Abierta”. El conflicto, según Giarracca, surgió del hecho de que la mayoría de los firmantes no sabía que Sarlo iba a acompañar la Plataforma. “Hay personas y medios de comunicación que tienen una carga simbólica. Nosotros no sabíamos que se le había pedido la firma a Beatriz Sarlo”, agregó. Si bien los chispazos se desencadenaron a raíz de ese problema, la heterogeneidad ideológica de quienes conformaron el grupo también fue un factor que intervino en la renuncia de algunos integrantes. “Tenemos tradiciones distintas. Las personas que tenemos raíces nacionales y populares tenemos disidencias con algunas políticas del gobierno de Kirchner, pero no somos gorilas”, explicó Giarracca en ese sentido.

La psiquiatra y activista de los derechos humanos Diana Kordon fue quien convocó a Sarlo a acompañar la Plataforma. Desde su punto de vista, no se habían establecido acuerdos acerca de los límites del documento. “Cualquiera puede estar o no estar. Firmar o no firmar. No hay ningún problema al respecto, hay absoluta libertad”, afirmó con relación a cómo se reunieron las firmas, y aclaró: “El documento es el elemento que nos une, y tenemos el criterio de que ésta sea una construcción horizontal donde nadie es vocero de nadie”.

Para Gargarella, la carta de Sa-ccomanno “tiene que ver con una historia personal de enfrentamientos entre ellos, pero Plataforma 2012 tiene que ver con un espacio de encuentro de personas que no piensan todo necesariamente igual”. El jurista consideró que, más allá del entredicho de ayer, es importante hacer visibles “algunas acciones y omisiones muy fuertes que tienen que ver con esta administración, y la Ley Antiterrorista metaforiza, en ese sentido, algo muy importante para todos los que están en el grupo”.

La Ley Antiterrorista sancionada hace algunas semanas es uno de los ejes del documento. “Hoy la homogeneidad discursiva empieza a estar atravesada por algunas filtraciones que la erosionan: el relato épico ha iniciado un proceso de desenmascaramiento. La asociación entre derecho de huelga y extorsión o chantaje o la justificación de la sanción de la Ley Antiterrorista serían expresiones paradigmáticas de este fenómeno”, afirman los intelectuales en la Plataforma. Otro punto puesto en cuestión es la política gubernamental de cara a las empresas mineras, petroleras, cerealeras, en paralelo con un “relato oficial” que lo ubicaría como opuesto a las corporaciones. También se evocan en la Plataforma los nombres de varias personas que fueron asesinadas por las policías provinciales o por otros grupos que contaron con su complicidad a lo largo de este año. Según Giarracca, esos puntos siguen siendo una base de consenso de cara a la construcción colectiva de un pensamiento crítico. “Es un espacio necesario, pero creo que la manera de construirlo tambien dice algo sobre el espacio. Me paso la vida estudiando la formación de un ‘nosotros’ y esto va a contrapelo de todo lo que he escrito a lo largo de los últimos años”, explicó la socióloga.

Informe: Sol Prieto.

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El escritor Guillermo Saccomanno y la ensayista Beatriz Sarlo.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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