El Sindicato de Camioneros no logró un acuerdo con la cadena de supermercados Eki para garantizar la continuidad laboral de sus 2300 trabajadores, por lo cual anunció que el lunes iniciará “asambleas en todos los centros de logística que abastecen a los supermercados como Coto, Disco, Wall Mart y Día y no descartamos terminar con un paro nacional”. Así lo advirtió el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, al salir de la reunión que mantuvo con los empresarios en el Ministerio de Trabajo. El hijo del jefe de la CGT acusó además a la cartera laboral de “favorecer a la empresa”.

“La verdad, el ministro (Carlos) Tomada es un caradura. Por su ineficacia hemos realizado la movilización de ayer (por el jueves) y vamos a realizar todas las medidas necesarias si no hay una respuesta a los despidos”, declaró Moyano hijo. Horas antes, también sobre la quiebra de Eki, su padre había declarado sobre el rol del ministro en el conflicto: “Tomada es un cocoliche”.

La cadena de supermercados está en concurso de acreedores. Debe a sus empleados los sueldos de enero y parte de los de febrero y está impulsando además una serie de medidas de ajuste que ponen en duda su continuidad. El 1º de marzo los trabajadores comenzaron un paro. La mayoría de ellos pertenecen al sindicato de Comercio, mientras que unos 300 son del sector de logística, es decir, camioneros. El martes, el ministerio dictó la conciliación obligatoria en el conflicto.

En la crisis intervienen dos sectores gremiales. Por un lado está el sindicato de Comercio, que comanda Armando Cavalieri, que no hizo hasta ahora movidas muy visibles. El Sindicato de Camioneros se movilizó el jueves junto al opositor a Cavalieri.

Ese día, Tomada salió al cruce de las críticas de Moyano y aseguró que el ministerio está interviniendo para dar una solución a los despidos. El ministro señaló que están buscando cómo conseguir que los trabajadores cobren los sueldos que les deben y, por otra parte, que tengan una continuidad laboral. Entre las posibilidades que se negocian está la de que otra empresa se haga cargo de la cadena.

Eki, integrada por tres compañías –una de logística, una encargada de los supermercados grandes y otra de los locales chicos–, cambió de dueños en septiembre, y a fines del año pasado entró en concurso. Según fuentes gremiales, varios de sus locales fueron puestos en venta y en casi ninguno hay reposición de la mercadería. Desde el traspaso empresario, los empleados habían comenzado a sufrir demoras en el pago de los sueldos. Como parte de un plan de ajuste, los empresarios habían impulsado además retiros voluntarios.