EL PAíS › ESTEBAN BULLRICH NO RECIBIO A LOS MAESTROS Y LOS PADRES DE LA ESCUELA DE MONTE CASTRO

Un ministerio con las puertas cerradas

Lo invitaron al colegio a festejar el lunes el Día del Maestro. Si no va, lo celebrarán el martes en la Jefatura de Gobierno.

 Por Werner Pertot

Eduardo López, de la UTE, y Tito Nenna acompañaron a los docentes.
Imagen: Télam.

Una hora antes de que llegaran los docentes, las puertas de metal del Ministerio de Educación porteño estaban cerradas con candado, como diciendo: “No”. Un contingente de padres, docentes y no docentes de la escuela Monte Castro –donde separaron del cargo a siete personas por una parodia de Mauricio Macri y Esteban Bullrich– se concentró en la puerta del edificio para que el ministro de Educación los recibiera y dialogara con ellos. Sin embargo, el funcionario no los invitó a pasar. Con el viento helado y la lluvia de fondo, los docentes y padres reclamaron la reincorporación de las autoridades y demás trabajadores de la escuela y lo volvieron a invitar a Bullrich a ir a la escuela este lunes, al acto del Día del Maestro. “Si no viene, vamos a ir el martes a la puerta de la Jefatura de Gobierno a hacer el acto”, anunció el titular de la UTE-Ctera, Eduardo López.

“Bullrich dijo por todos los canales de televisión que le preocupa la comunidad educativa. Le pedimos que fuera a la escuela y el ministro no fue. Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Supongo que los recibirá a los padres y a los docentes”, dijo López poco antes de empezar el acto. Las puertas cerradas como para evitar una invasión decían lo contrario. Los docentes separados llegaron en medio de un aplauso general. “Nos sentimos desterrados”, explicó a este diario el bibliotecario Guillermo Di Fini, que estaba con su mujer y con su hijo Martín, quien se entretuvo con uno de los carteles que reclamaban contra el 0800.

Varios estudiantes, que venían con sus padres, lo abrazaron a Di Fini al grito de “¡Guille, Guille!”. Las madres de la escuela pegaron contra las puertas del ministerio unas cartulinas en las que los alumnos habían escrito frases para sus maestras. Entre corazones y estrellas, se leía: “Que vuelvan las seños”, “Las extrañamos”, “Las queremos”.

El auxiliar de portería suspendido, Néstor Davila, relató a este diario que lo citaron en julio “con verdades a medias y recibiendo veladas amenazas: ‘Usted se va cuando yo digo. Si se tiene que quedar 10 horas, se queda’. Como si estuviéramos detenidos. De repente, nos notificaron que nos separaron del cargo. Me tratan como si fuera Bin Laden y tirara dos torres por día, pero soy el que sigue abriendo la escuela cada mañana, porque no hay casero”, detalló Davila, que hace once años trabaja en esa escuela.

“Ministro, quiero que mis compañeros vuelvan a su escuela donde lo están esperando. Manifestamos el repudio por esta medida autoritaria e injusta”, sostuvo Analía, una de las maestras de la escuela. Rita, una de las madres, dijo que “no creemos que las medidas tomadas sean las correctas. Si bien las autoridades del gobierno porteño se sintieron ofendidas, se decidió hacer la teatralización para que los chicos entiendan. Los docentes tendrían que estar ocupando sus puestos hasta que se determine la sanción. Todos pedimos que vuelvan, porque se los echó frente a los alumnos”. “Se está hablando de que Buenos Aires sea la capital del amor. ¿Quieren hablar de amor? Piensen en la tristeza de los chicos. No les mientan ni nos mientan a los padres”, concluyó Rita.

Entre las banderas de UTE y las cartulinas de la escuela se podía ver al legislador porteño Francisco “Tito” Nenna, que escuchaba. Valeria, otra maestra joven y de rulitos, contó que abrieron un grupo de Facebook llamado “Queremos que vuelvan” para sumar adhesiones. “Como no vinieron a la escuela vinimos a hablar muchos acá”, dijo Valeria, que mencionó distintas muestras de solidaridad que recibieron de personas del barrio y de los comuneros de la Comuna 10.

López señaló que, como Bullrich no pensaba recibirlos, los docentes le querían hacer una invitación. “Bueno, señor ministro –dijo la maestra Analía–, lo invito al acto del Día del Maestro, que va a ser muy triste para nosotros. Es el día lunes. Hay en los dos turnos. Está invitado.”

“Sería un día muy triste si el ministro no va el lunes a la escuela –se sumó López–. De ser así, la comunidad educativa de la escuela Monte Castro y la de otras escuelas que nos quieran acompañar van a hacer el Día del Maestro... en la puerta de la Jefatura de Gobierno. Vamos a ir por una escuela plural y para que no se castigue por pensar distinto.” Como en un acto escolar, le cantaron a Bullrich el Himno Nacional y luego gritaron:

–Viva la escuela de Monte Castro.

–¡Viva!

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