Pablo Ferreyra no se acostumbra a ver su foto en los carteles por la calle. Pasaron menos de dos meses desde que se embarcó en una campaña que todavía tiene un fin incierto. De la mano de un puñado de organizaciones de base, apuntó a complementar la oferta kirchnerista con una propuesta que pueda resultar más atractiva al progresismo porteño que la lista del Frente para la Victoria, pero también a los votantes desencantados de la centroizquierda local devenida centroderecha. “Quiero proponer una agenda propia donde nos identificamos con algunas políticas del gobierno nacional pero que también apunte a resolver problemáticas particulares de la Ciudad y de cada comuna”, se define.

–Al principio tenía un poco de miedo, pero no. La campaña fue mucho más intensa de lo que me esperaba. En un principio, aunque uno se prepara, nunca está lo suficientemente listo para lo que viene después. Pero desde el momento en que decido ponerme al frente de una campaña tengo que estar a la altura del desafío y de aquellos a quien represento. Así que fui adquiriendo una mirada más sólida sobre la Ciudad, conociendo más a fondo las problemáticas, recorriéndola.

–Vamos a seguir trabajando con la misma dinámica que adoptamos durante la campaña: reuniéndonos periódicamente con todas las organizaciones que nos acompañan, manteniendo una línea de denunciar los problemas del gobierno de Mauricio Macri, pero además hacer contrapropuestas, y en caso de que yo esté en la Legislatura usar ese lugar para que se expresen a través mío los sectores populares que nos acompañan. Siempre buscamos seguir la lógica de basarse en un programa político que nos sirva de anclaje para encarar las problemáticas de la ciudad.

–La verdad que sí. Eso se debe a que el macrismo ha chocado con serias limitaciones y ha perdido el acompañamiento de algunos sectores que lo blindaban de determinadas consecuencias. Es una agenda que ya existía, pero que se coló en la campaña por la incapacidad del macrismo de lidiar con esos conflictos, como el déficit de vivienda o la inseguridad. Y eso además se potencia porque mientras Macri solo piensa en ser Presidente en el 2015, el PRO aquí y ahora, como propuesta vecinal, comienza a encontrar sus límites, hace agua en todos lados.

–Tenemos una relación excelente tanto con Daniel Filmus como con Juan Cabandié y tenemos un apoyo absoluto a la gestión de la Presidenta, sobre todo ante un panorama en el que los sectores de la derecha intentan poner en riesgo estos diez años de avances populares y conquistas de derechos. Nuestra idea es buscar en la Legislatura un mecanismo que nos permita un vínculo aceitado con todos los que busquen defender los logros de estos diez años. Pero también queremos que Alternativa Popular sea una fuerza autónoma y que funcione en coordinación con el bloque del Frente para la Victoria.