EL PAíS › EL MINISTRO AXEL KICILLOF RATIFICó LA VOLUNTAD DEL PAíS DE CUMPLIR CON LA DEUDA EN SU DISCURSO EN EL G-77+CHINA

“La Argentina quiere pagar pero no la dejan”

El ministro habló en la sede de la ONU en Nueva York. Allí detalló la evolución de la deuda, criticó a los fondos buitre y advirtió sobre las posibles consecuencias del fallo. El G-77 le expresó su respaldo unánime.

Desde Nueva York

Frente a más de 100 representantes del G-77+China, el ministro de Economía, Axel Kicillof, ratificó ayer la voluntad del gobierno nacional de cumplir con el pago de la deuda externa y le solicitó al juez estadounidense Thomas Griesa que acepte el pedido de suspensión del fallo presentado por los abogados argentinos, a menos de 72 horas hábiles del próximo pago a los bonistas que ingresaron al canje. Desde Nueva York, y a 20 minutos de distancia del juzgado de Griesa, el ministro de Economía detalló la evolución de la deuda argentina, cuestionó la actitud de los fondos buitre y advirtió nuevamente sobre las consecuencias de la aplicación de la decisión judicial convalidada días atrás por la Corte Suprema de Estados Unidos. “La Argentina quiere seguir pagando su deuda reestructurada. Quiere pero no la dejan, es un caso inédito, insólito. Nos han impuesto determinadas condiciones que tienen consecuencias que ponen en riesgo la economía en su conjunto”, aseguró Kicillof.

La comitiva viajó a Estados Unidos ayer por la mañana para sentar la posición argentina en el seno de las Naciones Unidas, en una reunión de representantes del G-77+China. El grupo de 133 países (sobre un total de 193 que componen las Naciones Unidas) expresó su respaldo unánime a la postura del Gobierno y planteó la necesidad de establecer normas internacionales en los procesos de reestructuración de deuda (ver página 10). Se aprobó, además, el envío de una carta al juez Griesa, al gobierno norteamericano y a la Corte Suprema. Durante el día, el ministro argentino mantuvo una reunión con los representantes legales argentinos, encabezados por el abogado Carmine Boccuzzi, en la que, según el ministro, no hubo modificaciones en la situación judicial.

Por su parte, el mediador designado por Griesa, Daniel Pollack, informó que se realizó un primer encuentro con las partes, que coincidieron en mantener confidencialidad respecto de las negociaciones, con el objetivo de facilitar un posible acuerdo.

“Como el fallo ya está, Argentina pidió negociar de buena fe. Por eso solicitamos una suspensión de la sentencia para que se puedan analizar todos los riesgos hasta el próximo pago”, sostuvo Kicillof en su discurso, en el que explicó que si la Argentina quisiera pagar el lunes próximo a los bonistas que aceptaron reestructurar la deuda, no podría hacerlo porque los fondos serían embargados. Y, por otro lado, aun si aceptara pagar los 1500 millones de dólares que reclaman los bonistas que no ingresaron al canje, Argentina debería responder a reclamos por alrededor de 135 mil millones de dólares. “Ahora pende sobre nosotros un yunque de 15 mil millones, más 120 mil millones de dólares, que se puede caer sobre nuestra cabeza el día lunes”, alertó el ministro de Economía.

A esa cuenta llegan en el gobierno nacional sumando los fondos que litigaron ante el juez Griesa, entre los que se encuentra NML, de Paul Singer (unos 1500 millones de dólares), aquellos que no fueron alcanzados por esta sentencia pero que tampoco ingresaron al canje (unos 15 mil millones) y por último los reclamos que podrían venir de los bonistas que aceptaron ingresar al canje pero que exigen las mismas condiciones que el resto (“según cálculos conservadores –dijo Kicillof– 120 mil millones de dólares”).

“El accionar de los fondos buitre pone en riesgo no sólo la reestructuración de deuda, sino al país, a nuestro pueblo. La Argentina está dispuesta a negociar de buena fe. Pero, fíjense, de aquí al lunes que viene, si el juez no pone un paraguas legal, no pone una suspensión de la sentencia, la negociación va a ser muy compleja”, explicó Kicillof ante el auditorio de embajadores y diplomáticos del grupo de países en desarrollo. Con el tiempo en contra y los fondos buitre presionando para que no salga esa suspensión del fallo, la misión argentina en Nueva York fue volver a conseguir respaldos para su postura.

“Tiene que ser justa y razonable, no puede ser que el país tenga que optar en tres días ante el peligro de adoptar una deuda de 120 mil millones. Que ponga condiciones equilibradas que tengan en cuenta al ciento por ciento de los bonistas argentinos”, insistió Kicillof.

Durante una conferencia de prensa posterior, el ministro de Economía no descartó un cambio de jurisdicción en el pago a los bonistas, aunque afirmó que no puede “responder sobre hipótesis”. Por otro lado, aclaró que no estaba en su agenda reunirse con los abogados de los fondos buitre ni con el mediador Daniel Pollack, ya que la Argentina posee sus representantes legales, con quienes sí se había reunido más temprano. “Estamos dispuestos a negociar de buena fe. Estamos esperando la respuesta del juez. Por ahora lo que conocemos es el silencio de Griesa y la negativa de los bonistas”, remarcó Kicillof, haciendo hincapié en la necesidad de conseguir un plazo mayor para lograr un acuerdo.

Durante su exposición en Naciones Unidas, el ministro de Economía mostró un gráfico con la evolución de la deuda desde 1824, cuando se le solicitó un préstamo de un millón de libras esterlinas a la casa Baring Brothers para la construcción del puerto de Buenos Aires. “Esa deuda terminó de arreglarse en 1905, unos 80 años después. Las obras no se hicieron y Argentina pagó esa deuda por la que le habían llegado 500 mil libras esterlinas en vez de un millón”, relató Kicillof, que luego se concentró en el período ‘76-2003, cuando “comienza a gestarse la disparada de la deuda externa moderna de la Argentina”. Luego reflejó los procesos de canje de 2005 y 2010, sumados al pago al FMI y el acuerdo con el Club de París, entre otros puntos de la gestión iniciada por Néstor Kirchner.

Al introducir la exposición del ministro, el canciller Héctor Timerman agradeció la colaboración del G-77+China, que semanas atrás se reunió en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, donde ya había declarado su preocupación por la actitud de los fondos buitre. Timerman recordó palabras de la presidenta Cristina Kirchner en ese encuentro. “Hoy los fondos buitre ponen en peligro el sistema financiero internacional. No se trata de Norte o Sur, sino de una economía de la producción contra una economía de la especulación”, citó el canciller argentino.

Uno de los temas en los que hizo foco la comitiva argentina es en el impacto del fallo en los procesos de normalización de deuda de otros países. “Argentina pagó y quiere seguir pagando pero en situaciones razonables y posibles”, completó Kicillof.

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El ministro de Economía, Axel Kicillof, expuso ayer ante más de cien representantes del G-77+China en las Naciones Unidas.
 
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