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La Cámara de Diputados será el año próximo el reino casi absoluto del justicialismo que, con las 40 bancas conquistadas desde principio de año, ahora cuenta con 129 legisladores en su bloque y, por ende, con la llave necesaria para manejar el quórum. Todavía incluso tiene la chance de retener 24 puestos más de acá a fin de año.
El PJ puso en juego 29 bancas y no sólo las conservó sino que conquistó 11 más. Con estos números, ya le alcanza para tratar leyes a su antojo sin necesidad de recurrir a la oposición. Las proyecciones del oficialismo pronostican incluso una presencia aún mayor en la cámara baja. Todavía falta votar en 15 provincias y si mantienen los 24 lugares que quedan en disputa, el PJ se quedaría con 131 diputados propios.
La oposición se perfila debilitada, repartida entre la UCR, el ARI, Autodeterminación y Libertad y la derecha. Todo indica que la bancada radical se quedaría como medio centenar de representantes –una cifra lejana a la de 80, de mejores épocas–, el ARI con quince, más una veintena de partidos provinciales y tres representantes de AyL, el partido que encabeza Luis Zamora.
La fuerza del carapintada Aldo Rico pasará de ocupar un escaño, en manos de su hija María del Carmen Rico, a tener seis, aunque entre sus ocupantes habrá referentes que el duhaldismo cuenta como propios, como es el caso del pierrista Carlos Dellepiane. La fuerza del ex comisario Luis Patti sumará cuatro integrantes. Entre ellos, figura el ganadero Carlos Alchourón que renovó la banca que en el pasado había conseguido como candidato cavallista.
La cifra de 131 posibles diputados peronistas se acerca a la de 133 que signó los tiempos del apogeo menemista, que habilitó las privatizaciones. En el oficialismo celebran que ahora “no hay ley que se resista” pero rechazan las comparaciones con la composición parlamentaria de los noventa. “No queremos ni hegemonía ni personalismo”, dijo José María Díaz Bancalari, jefe del bloque.