Ya son cuatro las condenas en su contra cosechadas por la ex funcionaria menemista María Julia Alsogaray. Esta vez la penaron a tres años y medio de prisión por irregularidades en la refacción del edificio de la ex Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano. El fallo incluyó un pedido de captura contra Alsogaray y los otros dos acusados, pero no quedará firme porque su defensa planea apelar. En tal sentido, se estima que no tendrá que ir a la cárcel, tal como ha sucedido con las condenas anteriores, que siguen cuestionadas en tribunales superiores a la espera de ser revisadas.

El que culminó ayer fue el sexto juicio oral en su contra; en cuatro terminó condenada y consiguió dos absoluciones, una de ellas por prescripción. En tanto, Alsogaray, de 72 años, enfrentará en marzo un nuevo juicio oral por el delito del cobro de sobresueldos junto a otros ex ministros menemistas, como Domingo Cavallo y Raúl Granillo Ocampo. Imperturbable, María Julia escuchó el veredicto y al retirarse del recinto dijo a los cronistas: “Ustedes saben que no hago declaraciones de prensa desde que no estoy en la función publica”.

El Tribunal Oral Federal Nº 6, integrado por José Martínez Sobrino, Julio Panelo y María del Carmen Roqueta, también condenó a tres años y medio al arquitecto Santiago Bignoli. Y aplicó tres años y tres meses al ex funcionario Enrique Kaplan, ex subsecretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente y ex peluquero de Carlos Menem. La Oficina Anticorrupción había pedido cuatro años de prisión para Alsogaray y tres años y medio para los otros acusados, mientras que la fiscal Sabrina Namer –ahora designada en la UFI-AMIA– había reclamado penas ligeramente más altas: cuatro años y dos meses para la ex funcionaria, tres años y seis meses para Kaplan y tres años y ocho meses para Bignoli.

Tanto a Alsogaray como a los otros dos condenados se les fijó una inhabilitación especial perpetua y multas de 50 mil pesos. Los tres están acusados de presunta defraudación a la administración pública en unos dos millones de pesos/dólares por las obras realizadas en el edificio que el gobierno de Menem asignó a la secretaría. En su declaración indagatoria, Alsogaray se defendió argumentando que las obras fueron hechas con dinero de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y sostuvo que se trataba de un “muy buen edificio” pero su construcción se remontaba a “la época de la guerra”, por lo que al momento de la ocupación, en 1994, “era un nido de ratas”. La ex secretaria contó que para desarrollar ese plan “confiaba” en sus colaboradores y en quienes la “asesoraban” y explicó que una vez tomada la decisión se apartó de concretar las tareas y el seguimiento y control porque, sostuvo, para ella “era chino básico”.

Según la acusación fiscal, los tres enjuiciados se habrían “beneficiado económicamente” mediante los trabajos de remodelación que fueron adjudicados en forma directa a la empresa de Bignoli, que supuestamente ya había remodelado el petit hotel que Alsogaray poseía en la calle Junín, en Recoleta, y que fue rematado por la Justicia.

Al término del juicio, la defensora pública Pamela Bisserier, a cargo de la representación legal de la ex funcionaria, afirmó que esperará hasta el 5 de marzo para escuchar los fundamentos del veredicto, pero anticipó que “seguramente se recurrirá” el fallo a la Cámara Federal de Casación Penal.

Alsogaray, una de las funcionarias de mayor confianza del ex presidente Carlos Menem, sigue en libertad a pesar de la cantidad de procesos que la tienen en el banquillo de los acusados. Su situación procesal dependerá de la celeridad con que se confirmen las sentencias anteriores, porque sólo irá presa cuando estas condenas sean ratificadas y queden firmes. La ex protegida del menemismo fue condenada por enriquecimiento ilícito porque durante las dos administraciones su patrimonio creció de 400 mil a 2 millones 500 mil dólares, y por eso en mayo de 2004 recibió la primera de sus cuatro condenas.