EL PAíS › LA AMIA CONSIDERO “FALSAS, INFUNDADAS Y CALUMNIOSAS” LAS ACUSACIONES DE TIMERMAN

Del silencio a una pronta respuesta

El canciller había renunciado a la AMIA y acusado a sus dirigentes y a los de la DAIA de “impedir el avance de la investigación del atentado por su accionar obstruccionista”. Ayer le contestaron con una carta firmada por el presidente de la mutual.

Las autoridades de la AMIA salieron al cruce de las críticas que el canciller Héctor Timerman les hizo en su carta de renuncia como socio a la mutual judía, y consideraron “intolerable e inadmisible la más mínima insinuación” de que pudieron haber actuado con ánimo de “obstaculizar” el avance de la investigación del atentado de 1994. En una nota que le enviaron a la Cancillería, calificaron además de “falsas, infundadas y calumniosas” las consideraciones del funcionario. Timerman cuestionó tanto a los dirigentes de la AMIA como a los de la DAIA por querer “culpables, pero no un juicio”.

“Lamentamos que el hecho de haber manifestado una posición contraria al Memorándum de Entendimiento firmado con la República de Irán nos haya convertido en destinatarios de acusaciones tan graves como injuriosas de su parte. Esas reacciones no hacen más que demostrar una profunda falta de respeto ante el disenso y la imposibilidad de aceptar posturas diferentes”, sostuvo la conducción de la AMIA, en una carta firmada por su presidente, Leonardo Jmelnitzky, y su secretario general, Mario Sobol.

En este marco, agregaron que les causaron “consternación las fuertes amenazas que en su carta pone de manifiesto, preocupación que se acrecienta teniendo en cuenta que las mismas se originan en quien ostenta el cargo de canciller de la Nación”.

El martes, Timerman comunicó a la AMIA su renuncia como socio y, al mismo tiempo, hizo público que tampoco quiere ser representado por la conducción de la DAIA. El canciller planteó que no le parece aceptable “que la injusta muerte de las víctimas de la AMIA se convierta en una pieza de ajedrez de los intereses geopolíticos de otros países o grupos partidarios locales”. En diálogo con Página/12, contó que se decidió porque le “dolió el silencio de los dirigentes de la comunidad ante las acusaciones del fiscal Alberto Nisman”. “Se borraron como durante la dictadura; no quiero que hablen más en mi nombre”, señaló.

El canciller apuntó además al rol de los fondos buitre, la derecha republicana y el gobierno de Israel en la campaña de rechazo al Memorándum de Entendimiento con Irán. “No podemos permitir –agregó en su carta– que la memoria de las víctimas del atentado sea utilizada como herramienta de presión de los fondos buitre, como hacen con la intensa campaña montada en los Estados Unidos.” En este sentido, recordó que dos años antes de que Nisman presentara “su canallesca denuncia, ya los fondos buitre publicaban solicitadas sobre un supuesto pacto espurio entre la Argentina e Irán”.

“No los acuso a ustedes de montar una conspiración –señaló–, los acuso de que vuestro silencio como dirigentes comunitarios valida que la escoria local e internacional utilice a las víctimas para sus fines espurios.”

La renuncia de Timerman a la AMIA se produjo en términos similares a los expresados hace una semana por un plenario de judíos progresistas, que plantearon que no se sienten representados por AMIA y DAIA. Entre los oradores de ese encuentro estuvo el ex director ejecutivo de la DAIA, Jorge Elbaum, que en dos columnas publicadas en este diario detalló las presiones que recibió la entidad para oponerse al Memorándum con Irán, al que inicialmente había apoyado, en consonancia con los familiares de las víctimas del atentado.

Los lobbistas, agregó Elbaum, operaron desde el mismo día en que las autoridades de la AMIA y DAIA no objetaron el acuerdo, argumentando que las tratativas “convertirían a los ayatolás en actores de política internacional, cuando en realidad debían ser etiquetados como belicosos terroristas incapaces de llegar a ningún acuerdo diplomático”. En el rechazo al memorando con el que se intentó que los imputados iraníes declararan, se sumaron fundaciones financiadas por los fondos buitre, especialmente por Paul Singer, que tomaron el tema como un ariete para debilitar al gobierno argentino en su negociación por la deuda, así como congresistas norteamericanos del Partido Republicano –que habían recibido aportes de una fundación de Singer–, voceros de las embajadas de Estados Unidos e Israel, así como del PRO.

Timerman completó lo relatado por Elbaum sobre el cambio de postura de los dirigentes comunitarios. “Era un paso para intentar destrabar la situación y juzgar a los sospechosos, que Irán no iba a extraditar. Ellos dijeron que sí al principio y después que no. La Presidenta les ofreció que traigan una idea alternativa. Y no trajeron nada, salvo la posibilidad de reformar la Constitución para juzgar en ausencia, algo que en la Argentina nunca se hizo. Por eso, insisto en que los dirigentes de la comunidad judía no quieren avanzar en buscar formas de juzgar a los sospechosos. Ellos dicen culpables sí, juicio no.”

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“No quiero que hablen más en mi nombre”, advirtió Héctor Timerman.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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