EL PAíS › REUNION DE LA DICOM CON FISCALES FEDERALES PORTEÑOS

Los primeros ajustes

Cristina Caamaño, que tendrá a cargo las escuchas telefónicas, fue a Comodoro Py para hablar con los fiscales y escuchar sus inquietudes y necesidades respecto de su área.

Lo primero que hizo Cristina Caamaño al asumir al frente del Departamento de Interceptación y Captación de Comunicaciones (Dicom) que se ocupará de las escuchas telefónicas en investigaciones penales, fue ir a ver a todos los fiscales federales porteños. El gesto de acercamiento no pasó inadvertido, ya que se trata de uno de los sectores del sistema judicial que más resistencias opuso a la reforma procesal penal que comenzará a regir el año próximo, en especial de parte algunos fiscales enfrentados con la procuradora general, Alejandra Gils Carbó. Caamaño visitó una por una las fiscalías y se llevó un panorama de los inconvenientes que reinan en el rubor de la intercepción de teléfonos.

Caamaño fue recibida con buen ánimo en el edificio de los tribunales de Retiro, donde ella –como fiscal– conoce a sus colegas, algunos en el cargo desde los noventa y otros desde hace pocas semanas. Algunos de ellos le plantearon abiertamente que necesitan mejorar el tiempo que demora en concretarse una interceptación telefónica (a veces más de una hora), en especial en casos donde alguien corre riesgo de vida, como puede ser un secuestro. Hubo quienes le sugirieron que hace falta un monitoreo exhaustivo de las intervenciones de comunicaciones que se ordenan, la lista enviada y las que se concretan efectivamente. Caamaño explicó que para la nueva gestión es un tema central, y que ya se iniciaron gestiones ante las prestatarias de telefonía y ante la Aftic (que reemplazó a la Comisión Nacional de Comunicaciones).

La Dicom fue formalmente inaugurada ayer, cuando Caamaño y su equipo tomó posesión del edificio ubicado en Avenida de los Incas al 3800, que antes pertenecía a la ex Ojota, la Oficina de Observaciones Judiciales de la vieja Side, que efectuaba las escuchas. La fiscal se encontró allí con un sistema arcaico que se plantea modernizar. Ayer explicó que, por ejemplo, las escuchas se graban en CD, en promedio 30 mil por mes. “La idea es desarrollar un sistema que sea más ágil y más seguro, y que permita transferir todo de manera encriptada, a través de la nube”, señaló. “Todo lo que se capte –aclaró– se va a hacer a pedido de un juez o de un fiscal.”

En las reuniones que tuvo en las fiscalías de Comodoro Py 2002 (donde el único que estaba de licencia de doce fiscalías era Ramiro González), Caamaño insistió en transmitir que la Dicom, que se ocupará de las escuchas, es solo una parte de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico, que será un área clave en la Procuración ante el papel protagónico que tendrán los fiscales en las investigaciones a partir de la implementación del nuevo Código Procesal Penal. Esa área tendrá un cuerpo de investigadores, expertos en balística, informática y escena del crimen, peritos calígrafos, un gabinete de integridad sexual, cámara Gesell, entre otros rubros. Ya tiene en funcionamiento, por ejemplo, un cuerpo médico.

Por ahora, todo parecer marchar en buenos términos, pese a la desconfianza de algunos fiscales con la gestión de Gils Carbó. Entre mañana y el lunes, Caamaño golpeará las puertas de los despachos de los jueces federales. Y lo mismo hará luego en Morón y San Martín, que son zonas con alto nivel de demanda de escuchas y volumen de investigaciones.

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Cristina Caamaño y su equipo tomaron ayer posesión del edificio ubicado en Avenida de los Incas al 3800.
Imagen: Joaquín Salguero
 
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