EL PAíS › EL OFICIALISMO SE IMPONíA ANOCHE EN LA ELECCIóN DEL NUEVO GOBERNADOR DE TUCUMáN

Manzur se declaró ganador en un lento escrutinio

El candidato del FpV reunía el 64,8 por ciento de los votos y casi a las 2 de la madrugada, acompañado por Daniel Scioli, anunció que la tendencia era “irreversible”. El radical José Cano, quien recibió el apoyo de Macri, sumaba el 31,3. Hubo incidentes en algunas localidades.

 Por Miguel Jorquera

Desde San Miguel de Tucumán

Un lento escrutinio estiró anoche el suspenso sobre el resultado de la elección del nuevo gobernador de Tucumán. Hasta que casi a las 2 de la madrugada, el candidato del Frente para la Victoria, Juan Manzur, se declaró ganador, tras marcar una “tendencia irreversible” a su favor en toda la provincia. A esa hora se llevaba escrutado el 9,12 por ciento de las mesas: Manzur cosechaba el 64,8 por ciento de los votos frente al 31,3 por ciento de su principal rival, el radical José Cano, candidato por la alianza opositora Acuerdo para el Bicentenario, que agrupa a la UCR, PRO, PJ disidente, el FR y Progresistas. Hasta ese momento, los candidatos habían cruzado declaraciones sobre los incidentes que se produjeron en algunas localidades (ver aparte) y Cano hasta había proclamado “estamos ganando por más de 20 puntos en la capital”. Antes de que el oficialismo se declarara vencedor, desde Acuerdo para el Bicentenario anunciaban que sus abogados harían un planteo ante la Junta Electoral Provincial para que “suspenda el escrutinio provisorio”. El gobernador José Alperovich reclamó entonces que concluyera el recuento “para respetar la voluntad popular” y que las denuncias se resolvieran en el escrutinio definitivo. El tribunal electoral no se había pronunciado por el pedido opositor.

Los candidatos presidenciales del FpV, Daniel Scioli, y de Cambiemos, Mauricio Macri, viajaron para apoyar a sus postulantes locales. Y también cruzaron declaraciones.

Acompañado por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el secretario general de Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro; los gobernadores Juan Manuel Urtubey (Salta) y Sergio Urribarri (Entre Ríos), entre otros funcionarios y legisladores, Scioli reclamó que “se respete la voluntad popular” y dijo que “vieron venir el resultado y abrieron en paraguas”, en referencia a “quienes quisieron empañar esta gran jornada democrática”. “Primero fueron contra el voto de los jóvenes, después quisieron suspender las elecciones y ahora ponen un manto de duda”, planteó, en repudio a “las maniobras” opositoras. A su turno, Macri le exigía a Alperovich y al propio Scioli que “garanticen el escrutinio en paz”.

Manzur fue el primero en salir para intentar quitarles dramatismo a los hechos de violencia, que repudió en una rueda de prensa en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno provincial. Sostuvo que “lo complejo del sistema electoral de acoples” generaba un escrutinio lento” y prometió que a las dos y media de la madrugada habría ya un 30 por ciento de los votos escrutados” y, con ellos, una tendencia sobre el resultado. La multiplicidad de boletas en el cuarto oscuro, que iba de 50 hasta casi 130 en algunos municipios, presagiaba una larga noche para conocer los resultados.

Con sus dichos, Manzur buscó despejar dudas de que “el Frente para la Victoria va ganando a lo largo y ancho de la provincia”, aunque reconoció que “la elección en la capital es mucho más pareja”, en alusión a las declaraciones opositoras que se adjudicaban un triunfo amplio en San Miguel de Tucumán. Desde su comando de campaña en el Hotel Catalinas, Cano –también sin datos oficiales– volvía sobre ese argumento y aseguraba que se imponían “por más de 20 puntos en la capital”. Pero no dio cifras sobre otros “distritos claves” que otros candidatos opositores también daban por ganados.

Pasada la medianoche, Acuerdo para el Bicentenario hacía pública su decisión de reclamar “la suspensión del escrutinio provisorio” y la “carga de datos” que consideraban manipulada, para que haya un único recuento voto a voto en el escrutinio definitivo. Una nueva apuesta judicial, en el marco de una seguidilla con que la alianza opositora intentó poner en dudas la realización de la propia elección.

Mitad de jornada

Al mediodía, ya había votado el 40 por ciento de los electores. El sistema de “movilizadores”, con que oficialistas y opositores dispusieron de flotillas de taxis contratados para llevar a sus simpatizantes a votar, funcionó a la perfección desde muy temprano.

A esa hora también habían votado los dos principales aspirantes a la gobernación tucumana. “Lo primero que hay que hacer desde nuestro punto de vista es cuidar lo que hemos conseguido porque tenemos cimientos sólidos y a partir de ahí ir en busca de lo que nos falta”, reiteró Manzur en la puerta del colegio de Yerba Buena en el que votó.

El principal candidato opositor, José Cano, votaba unos minutos después y exponía su propio discurso. “No puede ser que haya tantas boletas”, señaló para abrir el diálogo con los periodistas. “Esta tiene que ser la última vez que los tucumanos veamos autos caracterizados por (siglas de) dirigentes políticos y la entrega de bolsones (de comida)”, agregó luego para insistir en las denuncias de “dádivas” a cambio de votos y contra el sistema de “movilizadores”, al que la oposición no fue ajena.

Poco antes, el gobernador Alperovich había salido a responder las primeras denuncias de fraude y había asegurado que la elección transcurría con normalidad. Después se producirían incidentes en algunos distritos (ver aparte). La jornada electoral y el resultado de la elección, al cierre de esta edición, eran inciertos.

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El candidato del FpV, Juan Manzur, habló de una “tendencia irreversible” y se declaró ganador.
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