EL PAíS › ANALISIS COMPARATIVO DE COMO SE REALIZARON LOS SECUESTROS EXTORSIVOS

Todo lo que los casos tienen en común

Policías, dedos cortados, despliegue de armas largas, la repetición de la misma zona geográfica para las capturas, la capacidad de pasar controles policiales sin ser revisados: características de las bandas dedicadas al secuestro, que no son tantas como la sensación térmica hace pensar.

 Por Raúl Kollmann

El gobierno nacional maneja un documento de análisis comparativo de los últimos secuestros extorsivos. Algunas conclusiones son nítidas: casi todos los hechos se producen en cuatro municipios, San Isidro, Tigre, San Martín y la zona de San Miguel, en General Sarmiento. En la mayoría de los casos, la captura de la víctima la protagonizaron hombres que utilizaron varios vehículos, armas largas y chalecos antibala. En dos de los secuestros directamente se identificaron como policías y en otro está preso un uniformado, el ex sargento de la Policía Federal Juan Carlos Gómez.
En tres de los secuestros, las víctimas percibieron que cuando los llevaban pasaron por controles policiales. En los tres casos más analizados –los del joven Pablo Belluscio, Mirta Fernández, la hija de un capitalista de juego, y Leopoldo Andrada, padre de un joven relacionado con el mundo de la droga–, aparecen dos hombres que los secuestrados identifican como El Grandote y El Gangoso; en la banda percibieron al menos una persona de acento paraguayo o chaqueño, en la casa en la que los tuvieron cautivos se escuchaba el ruido de un tren en las cercanías; los mantuvieron tapados con un pasamontaña de lana y les dieron pastillas para dormirlos y dormidos les cortaron un dedo.
El documento que elaboró el Gobierno se limita a comparar hechos ocurridos en los principales secuestros, pero según parece de su lectura se desprenden una serie de conclusiones categóricas:
- No hay una multitud de bandas metidas en la industria del secuestro extorsivo. Son apenas dos o tres.
- Se mueven en una zona muy delimitada del norte del Gran Buenos Aires y los traslados se hacen a través de esencialmente dos autopistas: la Panamericana y el Camino del Buen Ayre.
- Actúan como una especie de patota policial, tanto por la cantidad de vehículos como por el armamento, los chalecos antibalas y el paso por controles policiales.
Este es el resumen de las comparaciones entre los secuestros de Andrada, Belluscio y Mirta Fernández.

El secuestro:
- En los tres casos se produjo de noche. Belluscio y Fernández a las 23, Andrada a las 21.30.
- En dos de los secuestros –Belluscio y Fernández– hubo disparos de armas largas.
- En el secuestro de Andrada, los delincuentes usaron gorras que decían Policía; en el de Belluscio chalecos antibalas con la leyenda Policía y en el caso de Mirta Fernández está detenido el sargento primero Gómez.
- En los tres secuestros hubo trabajos de inteligencia previa e incluso a Fernández le dijeron que habían estudiado sus movimientos durante cinco meses.

Los traslados:
- Entre los secuestradores hablaban de que “el otro grupo” estaba haciendo tal cosa o tal otra. O sea que la banda funcionaba en células.
- Los movieron a gran velocidad, lo que indica que iban por autopistas. Sin embargo, después se percibió en los tres casos que anduvieron varias cuadras con lomos de burro –seguramente colectoras de autopista– y luego en tierra o ripio.
- En los tres casos pasaron por controles policiales, porque escucharon que así lo decían los secuestradores dentro del auto.

El cautiverio:
- A Andrada y Belluscio los tuvieron atados y encadenados a una cama. A Fernández la tuvieron atada, encadenada y esposada a la cama.
- Les pegaron. Hubo varias golpizas en el lugar de cautiverio. Fue una forma de maltrato psicológico.
- A Andrada sólo le dieron de comer sobras y no le permitieron ducharse. Belluscio recibió cuatro comidas diarias y Fernández se pudo bañar, ducharse y comer bien. Recibió un trato especial de su cuidador, aunque el informe omite que hubo violación, algo que está probado en la causa judicial.
- Andrada estuvo cautivo en dos lugares, Belluscio en tres y Fernández en dos.
- Los tres creen que estuvieron en casas quinta. Lo percibieron por los ruidos de sapos, el escaso tránsito y el cantar de algún gallo. Los tres tienen la sensación de que estuvieron en la zona Norte del Gran Buenos Aires, salvo Fernández que en algún momento estuvo en una casaquinta de Villa Elisa, al Sur del conurbano. Por algunos datos, la mujer estuvo en una casa del barrio San Pablo o La Paloma de Tigre.
- Los tres tienen la sensación de que no estuvieron lejos de San Fernando o Don Torcuato, ya que en ambos lugares hay aeropuertos y escucharon ruidos de aviones chicos.
- Para que no oyeran las conversaciones entre los secuestradores, en la habitación en que los tenían recluidos les pusieron una radio con el volumen fuerte. En dos casos, la FM La Mega y en el restante una radio mal sintonizada.
El corte del dedo:
- A Andrada le amputaron el meñique de la mano derecha, a Belluscio dos falanges del dedo índice de la mano izquierda y a Fernández también le cortaron un dedo.
- Les dieron a los tres pastillas para dormirse antes de la amputación. Calculan que durmieron entre 20 horas (Andrada), un día entero (Belluscio) y dos días (Fernández).
- Les dieron antibióticos en pastillas para evitar la infección. Sólo en el caso de Fernández le dieron también calmantes.

Las pruebas de vida:
- En los tres secuestros, le hicieron llegar a la familia videos como prueba de vida.

El rescate:
- En los tres casos los secuestradores se salieron con la suya. Por Belluscio se pagaron 146.000 dólares, por Fernández 800.000 pesos y por Andrada hubo dos pagos de rescate, el primero fue por 400.000 pesos y el segundo por 115.000.

La liberación:
- Los tres fueron dejados libres en la zona norte del Conurbano. Andrada en José C. Paz, Belluscio en Benavides y Fernández en Vicente López.

Los secuestradores
- Andrada y Fernández mencionan que en la banda había un individuo al que llamaron El Grandote, por su envergadura física.
- El jefe siempre pareció ser otro sujeto al que denominaron El Gangoso. Página/12 adelantó hace diez días que efectivamente también entre los investigadores policiales existe la convicción de que el líder de la banda es un hombre que negocia por teléfono y que utiliza un distorsionador de voz. Por eso, también los policías lo llaman El Gangoso.
- En el caso Andrada hay una mención a la cuestión de drogas. “A vos te entregó Mameluco”, le dijeron. En verdad Mameluco es un famoso traficante llamado Miguel Angel Villalba que está preso en Marcos Paz, pero que según parece sigue manejando su banda desde la cárcel. “Tu familia los cagó”, le dijo el cuidador justificando el secuestro. Mirta Fernández, en cambio, tiene elementos que indican que su secuestro fue entregado por un allegado de su padre, al que se lo conoce como un famoso capitalista de juego.
- Los tres secuestrados mencionan la presencia de mujeres en la banda. Al menos dos.
El informe que hoy maneja el Gobierno no se refiere al estado actual de la investigación. Tal vez el punto clave fue la detención del sargento Gómez, quien se quedó “prendado” de Mirta Fernández e intentó unacercamiento posterior. Sus llamadas fueron detectadas y lo detuvieron cuando gozaba de una especie de retiro temporal en el Partido de la Costa. Gómez dio datos sobre otros integrantes de la banda: Manolo El Chileno, detenido en la noche del miércoles, Lala (Horacio López), que logró escapar aquel día, el Negro Sombra (ver aparte), también prófugo, Tita y un tal Nicolás. Sin embargo, todos ellos parecen integrar una especie de grupo operativo, la mano de obra de los secuestros. Del jefe de la banda, El Gangoso, se sabe poco y mucho menos de los que están detrás de una organización que, está probado, no sólo se dedica al secuestro sino también a la comercialización de drogas, al robo de autos y camiones y otros negocios sucios que en la zona donde operan, Talar de Pacheco, Don Torcuato, son difíciles de mantener sin pagarles el peaje a los capangas de uniforme.

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