EL PAíS › LA ASAMBLEA AMBIENTAL DE GUALEGUAYCHú VOLVIó A MARCHAR EN RECHAZO A LA PASTERA UPM-BOTNIA

Un pedido de definiciones para Macri

Los asambleístas reclamaron que el Gobierno “defina claramente qué política aplicará en el conflicto” con Uruguay. El ministro Bergman había prometido participar de la marcha pero no fue. Intendentes y vecinos exigieron apoyo oficial.

 Por Laura Vales

La asamblea de Gualeguaychú le exigió al presidente Mauricio Macri “que defina claramente qué política aplicará en el conflicto” por la pastera UPM-Botnia. Así lo reclamaron los vecinos al realizar una nueva marcha anual al Puente General San Martín, en la frontera argentino-uruguaya. El ministro de Ambiente, Sergio Bergman, no concurrió a la movilización aunque les había prometido a los vecinos participar, como lo hizo en numerosas oportunidades anteriores. El rabino no hizo mención a presiones de la Casa Rosada para que suspendiera su viaje, sino que argumentó haber faltado “por razones personales”.

Durante la protesta –tras doce años del inicio de las movilizaciones contra la pastera–, los vecinos leyeron una proclama: “Reclamamos que nuestro presidente Macri defina claramente qué política aplicará en este conflicto, no sólo por la salud de una vasta región que está en juego, sino por la soberanía nacional”. En este sentido, se quejaron de que el monitoreo “conjunto” y “permanente” que dispuso la Corte Internacional de La Haya “no se está realizando”.

La ausencia del ministro de Ambiente cobró especial relevancia debido a que el propio Bergman había anunciado que iría a Gualeguaychú. Finalmente, el funcionario envió en su representación al director de Recursos Hídricos, Osvaldo Fernández, y al rabino Damián Karo para que ocupara su lugar en la oración ecuménica que todos los años abre las marchas. Tras señalar que no podía concurrir “por razones personales”, Bergman prometió que el viernes 13 irá a Gualeguaychú a hablar con los asambleístas.

El faltazo fue criticado por el intendente local, Martín Piaggio, del Frente para la Victoria, y por su par de la ciudad vecina de Concepción del Uruguay, José Lauritto, también del FpV. “Teníamos expectativas con la llegada del rabino porque él ha estado vinculado a nuestras luchas contra este modelo de producción de las multinacionales, que instalan en los territorios periféricos industrias contaminantes que en los centros de poder están prohibidas. El pueblo de Gualeguaychú hoy necesita, y nosotros también como gobierno local, que como ministro de Ambiente él tome postura con respecto a esta causa”, dijo Piaggio a Página/12.

El intendente de Concepción del Uruguay apeló al mismo razonamiento: “No tenemos razones para dudar de por qué Bergman no vino”, sostuvo en declaraciones públicas. “Pero lo que tiene que saber es que su opinión se necesita. Porque él ahora está en la vereda que criticaba. Entonces, es necesario saber qué piensa hoy como nuestra máxima autoridad ambiental.”

El reclamo de la asamblea al Gobierno está vinculado a que cuando Macri se reunió con su par uruguayo, Tabaré Vázquez, en enero, omitió cualquier mención al conflicto por la pastera, que se inició justamente durante el primer mandato de Vázquez, en 2005. Pero la asamblea expresó también su disconformidad con lo que consideran una respuesta insuficiente del gobierno anterior, al que reconocen haber impulsado el juicio ante La Haya pero critican el rol que tuvo una vez dispuesto el monitoreo que debía realizarse sobre la pastera.

“Nosotros tenemos un fallo de la Corte Internacional que determinó que el gobierno uruguayo violó en reiteradas oportunidades el estatuto del Río Uruguay. En la segunda parte de ese fallo, los jueces se lavaron las manos y dijeron que no había pruebas suficientes de que la contaminación fuera atribuible en un cien por ciento a Botnia, pero nosotros sabemos que es así, porque más de 90 científicos argentinos midieron la contaminación y establecieron que ya en el momento en que se hizo el juicio Botnia estaba contaminando. Entonces, lo que vemos es que seguiremos protestando, pero lo que se necesita es una decisión política”, dijo Cristina Limba, encargada de prensa de la asamblea. “A pesar de que el gobierno anterior dijo que Botnia era una causa nacional, el monitoreo conjunto no se hizo como debía. Los responsables argentinos y uruguayos no se pusieron nunca de acuerdo y no hicieron públicas las mediciones de manera continua, como era el compromiso. En Gualeguaychú nos prometieron ponernos sensores de aire, pero jamás los instalaron. Como vecina, tengo que decir que Bergman siempre nos apoyó, y que ahora necesitamos que el Gobierno sincere cuál va a ser la política ambiental. Queremos que el Gobierno defienda los intereses de sus representados y no los de los capitales”.

El texto redactado por los asambleístas –que expresa los puntos de consenso de los convocantes a la marcha de ayer– incluye un párrafo en el que indica qué tipo de respuesta esperan: habla de “exigir” a la Comisión Administradora del Río Uruguay (la CARU, el organismo binacional encargado del monitoreo ambiental), “un papel activo” en el control y, de continuar la negativa uruguaya a colaborar, “que el Estado argentino active nuevamente los mecanismos de conflicto ante la falta de cooperación de ese país”. La proclama esboza así que la asamblea no aceptará un acuerdo de monitoreo entre los gobiernos de Macri y Vázquez que no cumpla con los puntos fijados ya en 2010 por la Corte de La Haya.

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La asamblea marchó hasta el Puente San Martín y reclamó que se cumpla con el monitoreo del río.
 
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