EL PAíS › MIGUEL LIFSCHITZ, INTENDENTE SOCIALISTA DE ROSARIO

“Una cosa es el gobierno de Kirchner y otra el PJ”

Tiene en claro la situación del espacio de centroizquierda ante el Gobierno y piensa que se puede apoyar y disentir, buscando construir. Dice que es posible sintetizar el apoyo de Ibarra con la oposición de Carrió, dos personas “indispensables”. El modelo del PT y el Frente Amplio, y el fantasma del Frepaso.

 Por Santiago Rodríguez

“En algún caso se puede ser oposición y en otras apoyar al Gobierno”, sostiene el intendente de Rosario, el socialista Miguel Lifschitz, acerca de lo que deberían hacer la centroizquierda frente a la administración de Néstor Kirchner y se posiciona así en un lugar intermedio al rol opositor que plantea Elisa Carrió y a la cercanía con la Casa Rosada que exhibe Aníbal Ibarra. Si bien considera que es posible articular en un mismo espacio a las diferentes expresiones del progresismo, Lifschitz advierte que “el desafío es aprender de los errores. Es necesario pensar en una estructura democrática y representativa de los diversos sectores y no sustentado en el personalismo de uno o dos referentes.”
–En el debate planteado acerca del modo de articular a la centroizquierda usted ¿cómo se posiciona? ¿Más cerca del Gobierno, como Aníbal Ibarra, o en el rol de opositor, como Elisa Carrió?
–No me encasillaría en esa clasificación. Mi visión apunta, por un lado, a una idea de independencia con respecto del Gobierno o del justicialismo; y por otro, a la consolidación de un espacio de centroizquierda a nivel nacional, en el que entendemos que el socialismo debe ser uno de los actores principales. Se puede coincidir y apuntalar muchísimas iniciativas del Gobierno con las que coincidimos y marcar las diferencias en aquellas otras cuestiones en las cuales podamos tener otra visión. En definitiva, esto quiere decir que en algún caso se puede ser oposición y en otras apoyar al Gobierno.
– ¿Acercarse al Gobierno no implica correr el riesgo de terminar en las redes del PJ?
–Depende qué se interprete por acercarse o no. Sostengo la necesidad de la independencia política, lo cual no es obstáculo para coincidir en poco, en mucho o en todo con el Gobierno, porque además el funcionamiento democrático necesita de distintas opciones políticas y la hegemonía no es buena en ningún caso y en ningún lugar.
–¿En qué acompañaría hoy al Gobierno y en qué no?
–Hay una gran coincidencia en todo lo que es la política que está llevando adelante en materia de derechos humanos y Justicia. También coincidimos en el posicionamiento que se ha tomado frente a la deuda externa y el Fondo Monetario Internacional. Creemos que en materia de políticas sociales hay que darles otra profundidad a los proyectos y que todavía no ha habido un avance con relación a las políticas anteriores. Habría que avanzar también, y todavía no se ha hecho, en modificar la política tributaria apuntando a una redistribución de los ingresos. Hay muchos temas en los que tenemos coincidencias y otros en los que esperamos o pretendemos otro tipo de respuestas.
– ¿Son esos los temas en torno a los cuales las diversas fuerzas de centroizquierda deberían estructurar una agenda conjunta?
–Sin duda. En esto vamos a estar coincidiendo programáticamente con la mayoría de los sectores de la centroizquierda y no sólo con los sectores políticos, sino también los sindicales como el caso de la CTA y los sectores económicos de la pequeña y mediana industria.
– ¿Cómo se hace para consolidar el espacio del que usted habla frente a un gobierno, como el de Kirchner, que se apropió de parte de la agenda de la centroizquierda?
–Es positivo que el Gobierno haya hecho propia parte de nuestra agenda y esté impulsando muchas iniciativas que históricamente han sido de este sector de centroizquierda y no las tradicionales del justicialismo. Esto indica un avance también positivo de todo lo que es el funcionamiento democrático de este país, pero no quita tampoco que se pueda coincidir con muchas de esas iniciativas desde una identidad propia, con una visión específica sobre la realidad y con unaorganización política independiente del justicialismo porque una cosa es el gobierno de Kirchner y otra el PJ.
–¿Qué organización política debería darse la centroizquierda?
–Debe darse en el marco de una coalición o de una confederación de organizaciones políticas que puedan constituir un espacio de articulación y de funcionamiento democrático sobre la base del respeto de las identidades particulares de cada uno de los grupos que hoy integran la centroizquierda a nivel nacional.
–Algo así como el Frepaso...
–Sería un antecedente en alguna medida, pero justamente el fracaso del Frepaso nos muestra cuáles son los errores que no hay que volver a cometer. Es necesario pensar en una estructura democrática y representativa de los diversos sectores que se puedan sumar en un espacio de estas características y no sustentado en el personalismo de uno o dos referentes que no garantizan una integración plural de todos los sectores.
–En los últimos meses hubo reuniones con ese objetivo, pero no se llegó a nada. ¿Qué es lo que está frenando la construcción política?
–No diría que está frenada. Obviamente que tiene sus tiempos y que en un escenario de tanta fragmentación política como el que tenemos hoy en el país, y no sólo en la centroizquierda sino en todo el mapa político, es una tarea compleja y de largo aliento pensar en consolidar este tipo de estructuras asociativas de diversos sectores. Esta no es una tarea de corto plazo, sino un esfuerzo de largo plazo, y justamente el no haberlo hecho antes y haber buscado siempre los atajos de tratar de intentarlo tres meses antes de una elección nos están marcando la necesidad de repensar el tema y de buscar esfuerzos más sostenidos en el tiempo. Este año tiene que ser fundamental. Es un año no electoral y por lo tanto debe ser dedicado en forma preferencial y con toda la intensidad necesaria a consolidar estos lazos y esta perspectiva de trabajo en común para enfrentar el 2005.
–¿La falta de un referente nacional claro es una ventaja o una desventaja?
–Debiera ser una ventaja y constituir la oportunidad para construir justamente una fuerza sustentada en acuerdos programáticos y en la confluencia de diversos referentes.
–Aún cuando el proceso de construcción sea más lento...
–Seguramente será más lento, pero el desafío es aprender de los errores de varias décadas e intentar definitivamente una construcción seria, responsable y a lo largo del tiempo. Las experiencias de otros países vecinos, como el caso de Brasil, Uruguay o Chile, nos están mostrando que ése es el camino.
–¿Es posible una síntesis entre la postura de Carrió y la postura de Ibarra?
–Sí, es posible. Además, la síntesis es necesaria, y es lo que la sociedad de alguna manera está exigiendo. Este es el esfuerzo que hay que realizar; seguramente no va a ser sencillo porque nuestra tradición a veces de egoísmos políticos y de falta de visualización de los objetivos de largo plazo conspiran contra estas posibilidades.
–¿Carrió es ineludible en cualquier frente de centroizquierda?
–Sí, sin duda.
–¿Qué papel debería jugar el socialismo en un espacio de centroizquierda? Las experiencias del partido tanto en el Frepaso como en el ARI no fueron de lo mejor.
–Sin duda que esto tiene que ver con lo que planteaba en el sentido de la necesidad de pensar en una coalición de sectores políticos, donde todos estén sentados a la mesa y donde haya un mecanismo democrático y participativo para la toma de decisiones y para la estructuración de lacoalición en todos los niveles y en todo el territorio del país. La ausencia de esos mecanismos democráticos de conformación han sido los que han llevado al fracaso en su momento a la alianza entre el socialismo y el ARI y antes al Frepaso.
–¿Pero qué puede aportar concretamente el socialismo?
–Una estructura nacional que más pequeña o más grande tiene distribución territorial en todo el país y también una historia y una tradición importante. Además tenemos la experiencia de gobierno de 14 años continuados en una de las dos ciudades más importantes del interior, como es Rosario, y figuras políticas importantes como Hermes Binner, que además de haber sido intendente rosarino ganó las elecciones en la provincia de Santa Fe, es sólo por el mecanismo de la ley de lemas, o un senador nacional como Rubén Giustiniani. También aportamos la vinculación internacional que tiene hoy el socialismo con muchísimos partidos de gobierno en Europa y América latina.
–¿Y usted, como intendente de Rosario?
–Podemos aportar una experiencia de gobierno de muchos años, importante y reconocida a nivel nacional e internacional. La gestión es muchas veces la falencia más importante que tiene la centroizquierda; a veces tenemos buenos legisladores o referentes políticos, pero sin experiencia de gobierno, que es tan importante a la hora de disputar cargos ejecutivos.

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