EL PAíS › EL GOBIERNO URUGUAYO RESPONDERA HOY A KIRCHNER

Un comunicado muy esperado

La respuesta será a través de una comunicación al Parlamento uruguayo. La presentará el canciller oriental Didier Opertti quien, tratando de enfriar el conflicto, instó a mejorar las relaciones entre ambos países.

Es evidente que la Cancillería uruguaya piensa ser muy puntillosa con el comunicado con el que le responderá al gobierno argentino por el caso de la desaparición de la nuera del poeta Juan Gelman. Por segundo día consecutivo, la declaración fue postergada y, según explicó el canciller uruguayo Didier Opertti, se conocería hoy cuando brinde un informe ante el Parlamento. Componedor, Opertti adelantó que la intención del gobierno de Jorge Batlle será “restablecer el nivel de relaciones en lo diplomático y en lo político”. Desde esta orilla, el gobierno argentino insistió en marcar que su posición en materia de derechos humanos es inmodificable, aunque eso le cueste roces con países vecinos. “Argentina no va a ceder respecto de la vocación de resolver cada uno de los temas de derechos humanos”, anunció el ministro del Interior, Aníbal Fernández.
Al menos en las declaraciones de su canciller, fue notorio el ánimo uruguayo de bajar los decibeles del conflicto. “La declaración tendrá precisiones y relación de hechos, sin juicios de valor sobre actitudes o declaraciones de las autoridades argentinas”, adelantó Opertti las características del ya famoso comunicado, la respuesta “clara y oportuna” que prometió la Cancillería el fin de semana frente a la querella que presentó el gobierno argentino para que se cite a militares y policías uruguayos en la causa por la desaparición de María Claudia García Irureta Goyena, ocurrida en 1976. Se sabe que el gobierno uruguayo hará allí un racconto de lo hecho en el caso.
“Lo fundamental es tener claro qué es lo que ha sucedido y cómo se han desarrollado las cosas y no entrar en una guerra de comunicados”, señaló el funcionario uruguayo. Opertti se dedicó a señalar las muchas –y obvias– coincidencias que existían entre Argentina y Uruguay: que eran socios del Mercosur, en el Río de la Plata, en el frente marítimo y en la central de Salto Grande. “Tenemos una relación muy profunda, muy fuerte, y no podemos decir que se hayan deteriorado. Quisiera decir que son excelentes, pero eso no se ajustaría estrictamente a la verdad”, matizó.
Del lado argentino no hubo tal ánimo pacificador. El jefe de Gabinete de la Cancillería, Eduardo Valdés, reconoció las “diferencias profundas” que existían entre los gobiernos de los dos países en materia de derechos humanos. Así, recordó que Argentina derogó las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final para aclarar los crímenes ocurridos durante la dictadura mientras que el gobierno uruguayo se ampara en su Ley de Caducidad para no dar los datos que posee sobre Irureta Goyena.
Ayer, en una entrevista a Página/12, el senador uruguayo Rafael Michelini, del opositor Partido Nuevo Espacio, reveló que desde el año 2000 Batlle conoce absolutamente todo lo relativo a la desaparición de Irureta Goyena. Por eso no sólo pudieron dar con el paradero de Macarena, la nieta de Gelman nacida en cautiverio y apropiada sino que también se enteraron de dónde se enterraron los restos. Según le contó el propio Batlle a Michelini, los restos se encuentran en el Batallón número 13 de Montevideo.
“Batlle hace dos o tres años dijo que conocía el destino de los restos; el gobierno argentino le ha pedido cooperación en el caso”, recordó ayer Valdés. “Hay diferencias en este tema, pero esperamos llegar a buen puerto”, agregó.

Pelea electoral

Otro costado de la polémica fue el estrictamente político. El ex presidente de Uruguay y precandidato presidencial del Partido Nacional, Luis Lacalle, insistió en sus críticas a Kirchner por manifestar sus preferencias por el candidato del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, para las elecciones de este año. Según Lacalle, el Presidente argentino incurrió en una “violación muy grave de comportamiento”.
El guante lo recogió el ministro del Interior. “No nos inmiscuimos en la vida política del Uruguay” y que las declaraciones del ex presidente buscaban “un poquitito de ventaja desde el punto de vista de lo político electoral”. “Tendrá todo el derecho del mundo de decir lo que él quiera y lo que le parezca, pero da la sensación de que cada vez que hay alguna cosa de éstas, siempre tiene una perlita para colocar”, añadió.
Fernández buscó demostrar que la intromisión en los asuntos internos del otro país no era unidireccional. Batlle, lo recuerdan bien en la Casa Rosada, pronosticó un triunfo electoral de Carlos Menem una semana antes de las elecciones presidenciales que ganó Kirchner.
“Si ellos tienen algún derecho en evaluar el peronismo peronista de Kirchner, y no el peronismo menemista de Menem, nosotros tenemos algún derecho, entonces, a hacer nuestra evaluación político ideológica y comentar que hay un señor del otro lado del Río de la Plata que se llama Tabaré Vázquez, que piensa muy parecido a nosotros. Y punto y aparte”, cerró Fernández.

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Opertti, canciller uruguayo, trata de morigerar el conflicto.
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