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Por A. M.

“Carlos Telleldín no había sido elegido al azar para este crimen, se trataba de una persona que sabía manejar la impunidad en el submundo de la corrupción policial de la provincia de Buenos Aires”, aseguró ayer el fiscal José Barbaccia respecto del acusado de entregar la camioneta con que se voló la AMIA, durante una nueva jornada de alegatos en el juicio oral. Al final de la jornada, cuando terminaba su exposición el fiscal general Miguel Angel Romero, el Tribunal Oral Federal 3 interrumpió el juicio hasta el martes porque el defensor oficial Víctor Valle, abogado del ex policía bonaerense Raúl Ibarra, sufrió un ataque de hipertensión.
Romero llegó a mencionar la “personalidad mentirosa” del principal imputado, Telleldín. Y citó gran cantidad de jurisprudencia para dar por acreditada la participación necesaria del ladrón de autos en el ataque. Además, habló extensamente de la persecución del pueblo judío a lo largo de la historia. Tras este nuevo cuarto intermedio, se aguarda que el fiscal general termine su alegato y que su par Alberto Nisman reclame la pena de prisión perpetua para los cinco acusados de integrar la conexión local del atentado.
Durante su exposición, Barbaccia afirmó que el reducidor de autos Telleldín integró la conexión local del atentado a la AMIA porque su perfil era “absolutamente funcional al plan terrorista” y podía “garantizar el anonimato de sus ocasionales socios”. Y argumentó que “no fue elegido porque sí, sino porque sabía respetar el código de silencio, se sabía mover en el delito y garantizaba el anonimato de sus ocasionales socios”. Para el fiscal, el perfil de Telleldín “era absolutamente funcional al plan terrorista y por ello se encargó de ocultar cualquier dato que permitiera su correcta identificación” en caso de ser atrapado por el atentado. Barbaccia enumeró las versiones que dio el acusado sobre la venta de la camioneta –a libaneses, a coreanos, a un centroamericano– y remarcó que “después de un año empieza a filtrar la participación de la Policía Bonaerense en el ataque”, en el que están acusados de intervenir cuatro ex miembros de esa fuerza. “Ninguno de los acusados está sentado en la sala por casualidad, producto del azar o como prenda a una disputa política. Las pruebas son concretas, objetivas y su interpretación razonada”, subrayó Barbaccia, en obvia alusión al razonamiento utilizado por el abogado de Memoria Activa para justificar no haber acusado a los policías.