EL PAíS › TODAVIA NO HAY FECHA, PERO PRONTO SE REUNEN IBARRA Y KIRCHNER A DISCUTIRLO

Puerta abierta para hablar de candidaturas

En la Rosada dicen que “las puertas están abiertas”. En la Ciudad juran que será “esta semana o la que viene”. La reunión será para hablar de nombres y para discutir obras públicas para cambiar Buenos Aires.

 Por Santiago Rodríguez

Aníbal Ibarra considera que ya es hora de empezar a definir cómo se plantan frente a las elecciones del año que viene y llevará esa inquietud a la Casa Rosada la próxima vez que vaya a ver a Néstor Kirchner. Entre ambos todavía no hay ningún encuentro agendado, pero los hombres del Presidente sostienen que “Ibarra tiene las puertas abiertas” y quienes colaboran con el jefe de Gobierno anticipan que “esta semana o a más tardar la otra se van a reunir”. Ibarra también espera su contacto mano a mano con el santacruceño para dar impulso a un menú de obras e iniciativas que le cambiarán la cara a la ciudad de Buenos Aires.
En la Casa Rosada no tienen más que palabras de elogio para Ibarra. Atrás quedaron los días de problemas entre los ibarristas y los kirchneristas en la ciudad. Los tironeos terminaron en un par de reuniones que el jefe de Gobierno mantuvo con el jefe de Gabinete nacional, Alberto Fernández, en los cuales ambos ratificaron su voluntad de seguir siendo socios y resolvieron empezar a ordenar a sus respectivas tropas en el distrito.
“Con Aníbal está todo bien”, confió a Página/12 un kirchnerista al que habitualmente se lo puede ubicar en la Jefatura de Gabinete nacional y trazó un paralelo: “Así como el problema no es (Eduardo) Duhalde, sino el duhaldismo, lo mismo pasa en la ciudad; el problema no es Ibarra, sino el ibarrismo”.
Hoy en día, Kirchner lo reconoce como un aliado y es por eso que Ibarra tiene abiertas las puertas de la Casa Rosada. Para el santacruceño resultó determinante que frente al desplante del gobernador bonaerense Felipe Solá en el marco de la discusión por la coparticipación federal, el jefe de Gobierno porteño saliera de inmediato a respaldar la posición de la Nación. “No hay que olvidar –destacan sus colaboradores– que la ciudad también aporta mucho más de lo que recibe.” En el gobierno nacional están satisfechos, además, por el posicionamiento de Ibarra en el debate de la ley de responsabilidad fiscal.
Ibarra tiene resuelto que las elecciones del año próximo en la ciudad lo encontrarán nuevamente asociado al kirchnerismo, pero también se propone llegar a esa instancia con un espacio político desarrollado a nivel nacional y en poco tiempo más empezará a recorrer distintos distritos con el objetivo de empezar a aglutinar a aquellos que respaldan la agenda política fijada por Kirchner desde afuera del peronismo. De hecho, ya está preparando una hoja de ruta con su hermana Vilma.
Lo que Ibarra va a hablar con Kirchner cuando se junten es precisamente eso. “Entre otras cosas –precisó uno de sus hombres de confianza– tenemos que definir si mantenemos el acuerdo sólo en la Capital Federal o lo extendemos a otros distritos.” Cerca de Ibarra explican que, además, es necesario “ordenar los consensos y también los disensos”. Dicho en otras palabras es que debe quedar claro en la relación con el kirchnerismo que el espacio que encabeza –y el que eventualmente pueda liderar en el plano nacional– no es oficialista, sino aliado, con la diferencia que ello implica: que a veces van a acompañar las posiciones fijadas desde la Casa Rosada, pero en otras oportunidades no estarán del mismo lado aun cuando no pongan obstáculos.
En la Jefatura de Gobierno saben que esa tarea no es sencilla porque “el PJ tiene una tradición verticalista y están acostumbrados a que todos tienen que ir adonde el líder indica”. Sin embargo, advierten que “no somos oficialistas a los que nos digan lo que debemos hacer, sino aliados con un perfil independiente que acompañamos y buscamos acuerdos en todo aquello que se pueda. Tienen que entender que incluso a ellos les conviene que así sea”. A favor de esa conveniencia argumentan: “Si Aníbal se convierte en oficialista pasa a ser uno más dentro del esquema peronista ypierde toda la fuerza que tiene. Desde afuera, en cambio, puede aportarle a Kirchner mucho más”.
Fuera de la Capital Federal son conocidos los contactos de Ibarra con los socialistas rosarinos Hermes Binner y Miguel Liftschitz y con el cordobés Luis Juez, con quienes de hecho visitó a Kirchner hace poco más de un mes en la Casa Rosada. Pero el jefe de Gobierno porteño está seguro de poder articular expresiones políticas en provincias como Río Negro o incluso Buenos Aires y es habitual que sus operadores políticos reciban llamados de dirigentes de otros distritos que tienen representatividad y hoy están fuera del PJ y el radicalismo. Puede ser esa la base para concretar también allí algún tipo de acuerdo con el kirchnerismo.
En la ciudad de Buenos Aires el panorama es más claro porque la sociedad está vigente y la decisión es mantenerla, aunque no por eso deja de ser complicado. El escenario que se plantea Ibarra para las elecciones del año próximo es recrear el mismo esquema que le permitió retener la Jefatura de Gobierno porteño pero sin Elisa Carrió.
La diferencia no es poca cosa porque la jefa del ARI está muy bien posicionada en el distrito y puede drenarle muchos votos. El análisis de los ibarristas es que “ella va a llegar muy fuerte a las elecciones por varias razones: son legislativas y no está en juego lo mismo que cuando se trata de cargos ejecutivos, no hay que olvidar tampoco que la ciudad es propensa a poner contrapesos y objetivamente hay que decir que su enfrentamiento con (el ministro de Planificación, Julio) De Vido la favoreció”.
En el gobierno nacional coinciden. “La que más votos puede dispersarnos es Carrió”, dicen y agregan otro ingrediente: “A Luis Zamora se le termina su mandato de diputado y nada indica que tenga intenciones de volver a vender libros. Va a buscar la renovación de su banca y también se llevará su porción de votos”.
Con Cristina Kirchner jugada en la provincia de Buenos Aires, la principal dificultad que hoy tienen Kirchner e Ibarra es la falta de un candidato que les asegure el éxito, aunque de uno y otro lado de Plaza de Mayo sostienen que es posible encontrar uno que bien presentado a la sociedad y con una buena gestión como base (ver aparte) se quede finalmente con la victoria. “Para hablar de candidatos con Kirchner todavía falta, pero puede ser que conversen sobre el armado de una lista equilibrada con candidatos que representen a ambos”, contó a este diario un ibarrista sobre lo que puede surgir cuando Ibarra visite al santacruceño.

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En el Gobierno dan por superados los problemas con el jefe porteño y estiman la relación.
“Así como el problema no es Duhalde sino el duhaldismo, el problema no es Ibarra, sino el ibarrismo.”
 
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