EL PAíS › CANCILLER DE LAS RELACIONES CARNALES

Murió Guido Di Tella

El ministro record de Carlos Menem sufrió un accidente cerebro vascular.

El ex canciller Guido Di Tella falleció a los 71 años, víctima de un accidente cerebro vascular. Di Tella murió en una clínica de la Capital Federal, luego de haber sufrido un problema de salud mientras se encontraba en su casa de campo en la localidad bonaerense de Navarro.
La familia decidió mantener la mayor privacidad posible. El entierro se hará hoy, luego de que lleguen dos de sus hijos que viven en el exterior.
Di Tella fue canciller durante el gobierno menemista, cuando encabezó la reconstitución de las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña tras la guerra por las Malvinas y ocupó distintos cargos desde su militancia justicialista.
Nacido en Buenos Aires en junio de 1931, estaba casado y tenía cinco hijos.
Ingeniero industrial recibido en la Universidad de Buenos Aires, luego hizo un master como economista en el MIT (Massachusetts Institute of Technology, de los Estados Unidos).
En su época de estudiante universitario militó en la “Línea Recta”, una agrupación de Ingeniería de tradición antiperonista. Luego se acercó a la democracia cristiana, donde siguió en el antiperonismo, y poco después de la caída del gobierno de Juan Domingo Perón en 1955, la represión ejercida contra el peronismo y sus militantes lo llevó a la decepción y a acercarse a ese movimiento político, según solía relatar él mismo.
Durante el turno peronista que incluyó como presidentes a Héctor Cámpora, Raúl Lastiri, Juan Perón e Isabel Perón, entre 1973 y 1976, Di Tella fue viceministro de Economía. Cuando se produjo el golpe militar de 1976 compartió varios días de prisión con otros dirigentes justicialistas en el barco “33 Orientales”. Entre ellos, Carlos Menem.
Por la acción de varios economistas, incluido el ex ministro de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz, Di Tella consiguió salir en libertad y se fue a Inglaterra, donde ejerció la docencia en el Saint Anthony’s College de la Universidad de Oxford.
Hijo de Torcuato, un italiano antifascista que se convirtió en uno de los símbolos de la industria liviana nacional, en su trayectoria en la actividad empresaria privada se desempeñó como presidente de Inverco S.A., vicepresidente de Siam Di Tella, y fue presidente de la Fundación y director del Instituto de Desarrollo Económico e Industrial del Instituto Torcuato Di Tella.
Di Tella regresó a la Argentina luego de recuperada la democracia, y fue diputado nacional por el PJ de la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Antonio Cafiero, luego de que quedara constituido el peronismo renovador. Cuando Carlos Menem asumió la presidencia en 1989 fue fugazmente nombrado como viceministro de economía. No llegó a asumir porque propuso un “dólar recontraalto” y como paradójico castigo terminó designado embajador en los Estados Unidos.
Cuando se produjo la crisis de gabinete tras el Swiftgate, en enero de 1991, fue convocado por Menem para hacerse cargo del Ministerio de Defensa, cargo que ocupó por apenas seis días, hasta que la salida de Domingo Cavallo de la Cancillería produjo el paso de Di Tella a Relaciones Exteriores, donde se convirtió en el ministro que más tiempo ocupó el cargo en la historia: desde febrero de 1991 hasta diciembre de 1999.
Con un sentido del humor irónico, que mezclaba castellano e inglés, Di Tella encaró gestiones para consolidar las relaciones de la Argentina con los Estados Unidos, tarea que resumió en la frase “relaciones carnales”, que quedó grabada a fuego en la memoria colectiva. El mismo la defendía explicando que su expresión había producido un shock cultural de tan magnitud que quedaba garantizado su efecto: garantizar el alineamiento automático con los Estados Unidos.
Además, se obsesionó con el acercamiento a los kelpers, que consideraba clave en la recuperación de las Malvinas. La estrategia quedó como la “política de seducción”.
Un tercer pilar de la gestión de Di Tella en el Palacio San Martín estuvo relacionada con el fin de las disputas territoriales con Chile, cuyo broche estuvo dado por el acuerdo entre ambos países en torno a los Hielos Continentales.
Pero a los pocos meses de concluido el gobierno menemista, Di Tella debió acudir varias veces a la Justicia en el marco de la investigación por el tráfico de armas que comprendió a varios funcionarios de esa administración. Fue declarado inimputable y excluido de toda la causa luego que su abogado defensor León Carlos Arslanian argumentara que Di Tella padecía una Leucoencefalopatía Progresiva Multifocal, una afección cerebral de origen viral, degenerativa.
La inimputabilidad salvó a Di Tella de una posible condena, aunque poco después la Corte Suprema tumbó la causa de asociación ilícita de cuya jefatura la Justicia acusaba a su jefe Carlos Menem.

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