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Todos conformes tras una tensa jornada de piquetes

En un día de protesta, los integrantes del Bloque Piquetero Nacional intentaron llegar a la Casa Rosada. Un vallado policial se los impidió porque justo arribaba el presidente chino.

“La evaluación de la jornada es positiva.” Con minutos de diferencia, el líder piquetero Néstor Pitrola y funcionarios del Ministerio del Interior hicieron –cada uno desde su óptica– la misma lectura del atardecer de un día agitado. En medio de la expectativa por la llegada al país del premier chino, Hu Jintao, el Bloque Piquetero Nacional decidió marchar hacia el microcentro para entregar un petitorio al presidente Néstor Kirchner, en reclamo por la continuidad de los planes sociales. Pero desde temprano las organizaciones de desocupados se toparon con la decisión del Ejecutivo de impedir que los cortes alteraran la agenda bilateral. El primer signo de esa voluntad fue el fuerte dispositivo policial en el Puente Pueyrredón, que frenó el paso de las columnas durante dos horas tensas, aunque finalmente se les permitió cruzar hacia la Capital. “El Puente no se corta más”, ¿exageró? el titular de Interior, Aníbal Fernández. Luego los manifestantes marcharon hacia una Plaza de Mayo vallada como para un Boca-River y entregaron un documento que nunca llegó a destino.
Mientras el jefe de gobierno chino llegaba al aeropuerto de Ezeiza, todas las cámaras de televisión se trasladaron por un instante al Puente Pueyrredón. Allí, cerca de 150 efectivos policiales bloqueaban el acceso de los piqueteros que intentaron subir al puente por la avenida Pavón, luego de concentrarse en la estación Avellaneda. Escoltados por varios camiones hidrantes, los uniformados buscaban evitar que el tráfico fuera obstruido. Pitrola, junto a otros referentes del BPN y la Asamblea Nacional de Trabajadores, la CTD Aníbal Verón y la FTC, negociaron durante más de dos horas con el jefe del operativo, comisario inspector Mario Díaz, hasta que llegaron a un acuerdo: las columnas podían avanzar hacia Capital, pero no permanecer en el lugar.
“Lo del Gobierno fue ridículo, porque para que no cortáramos el puente lo cortaron ellos dos horas, y ante el éxito de la movilización tuvieron que dejarnos pasar”, señalaron los líderes de los desocupados. “No es lo mismo –respondieron desde el Gobierno– que la situación permanezca bajo control policial que bajo control de los piqueteros. Está la decisión de impedir ese tipo de cortes.” De esta manera quedó plasmada la postura oficial, que fue reforzada por Fernández en declaraciones a la prensa. “El puente no se corta más, tenemos que recuperar pacientemente la vida normal de los argentinos, y las diferentes agrupaciones” deberán saber “cómo manifestarse”, señaló el ministro mientras participaba en un acto en Ciudad Evita.
“Si nos hubieran dejado pasar antes, a las tres de la tarde estábamos desconcentrando, antes de que llegara el presidente chino”, se quejó el líder del MTL, Beto Ibarra. Lo cierto fue que los manifestantes llegaron al microcentro a la misma hora que Hu Jintao a la Casa Rosada, pero era imposible acercarse a menos de cien metros de la Plaza. Con la clara intención de evitar cualquier incidente, el Gobierno dispuso un fuerte vallado en las inmediaciones y desplegó cerca de 500 efectivos de la Policía y la Guardia de Infantería. El celoso operativo incluyó decenas de patrulleros, motos y un helicóptero y el cierre de las estaciones de subte que llegan hasta la Catedral y Plaza de Mayo.
Con un cansancio visible en los rostros y los hombros rojos por el sol, los manifestantes se ubicaron sobre la Diagonal Sur y la Avenida de Mayo, para exigir que algún funcionario del Gobierno recibiera un petitorio con los puntos de reclamo de las organizaciones sociales: trabajo para los desocupados y subsidios de 350 pesos, la implementación de un salario mínimo, vital y móvil de 800 pesos y la libertad de todos los presos políticos.
Los dirigentes piqueteros entregaron finalmente el documento, pero éste nunca llegó a la Casa de Gobierno. “Desmentimos que nosotros hayamos recibido ningún papel, sólo le leyeron un panfleto a un delegado del ministerio, pero no le entregaron nada”, explicaron voceros de la cartera de Interior, cuando los manifestantes habían desconcentrado. “Nosotros le dimos el texto a un funcionario que se acercó hasta el vallado, pero si se les traspapeló no tenemos problemas en enviárselo enseguida por fax”, dijo sorprendido Pitrola a Página/12 ante esta revelación. “De todos modos –explicó–, la jornada de lucha fue un éxito y creo que el reclamo les debe haber quedado bien en claro.”
En la Casa Rosada también había satisfacción. “Había dos situaciones: queríamos evitar cualquier tipo de inconveniente sobre el puente y además estaba la visita del presidente chino. Todo se desarrolló en orden, y en todo momento el Gobierno mantuvo su voluntad de diálogo.”

Informe: Alfredo Ves Losada

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“El Puente Pueyrredón no se corta más”, aseguró el ministro del Interior, Aníbal Fernández.
 
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